La fiebre por las bicis urbanas sigue, y seguirá mucho tiempo. En estos tiempos de crisis la gente no está para invertir en bicis de montaña ultracaras, que se quedan obsoletas en una sola temporada, y de la que puede disfrutar el poco tiempo libre que dispone. Bueno, cada vez seremos menos en la montaña, en ese caso, ¡bien! El futuro es la bici como medio de transporte low cost, independiente, flexible y amigable en las ciudades. Y si a esto le añadimos una incipiente cultura underground (mucho más madura en otros países), tenemos que la bici urbana será más que un medio de transporte, una salida más que digna al incierto mercado del mountain bike, estancado hace mucho tiempo como un deporte minoritario.
Sólo con pasar un par de días en Londres, Amsterdam o cualquier ciudad europea es como asomarse por una ventana al futuro. Y en este futuro hay cada vez más bicis por la calle. Y bicis con personalidad: bicis de pista tuneadas, con piñón libre o fijo, singlespeeds, carretera, custom, low ride, bicis de chatarra pero curiosas, bicis de carbono para ir a comprar el pan... Infinitas posibilidades de llevar al terreno de la bici eso que llaman cultura urbana, y que no es más que la reivindicación del individuo, la originalidad y el estilo contracultural (o su pretensión). Más que una moda, la bici en la ciudad será una necesidad, y una forma de entender la relación del invididuo con la urbe en el siglo XXI. Esto último no lo he copiado de ningún ensayo de urbanismo pedante. Es que soy así de freak.
En fin, buen momento para recordar una mítica peli ochentera sobre bicis: Quicksilver. ¡Increible ver a Kevin Bacon sobre una singlespeed de carretera por San Francisco en los años 80! Tengo que conseguirla como sea...
http://www.youtube.com/watch?v=J9bQi_fqH5U
Y otra japonesa:
Felicidades por el blog! Cuando estuve en Brujas había centenares de bicis. Eso sí, era una ciudad más pensada para ellas que Barcelona...
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