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jueves, 1 de mayo de 2014
CADENCIA
Un proyecto largamente perseguido por fin ve la luz. CADENCIA es la revista que desde hace tiempo quería hacer. Ciclismo y mountain bike pero también otras muchas cosas que no tienen nada que ver con las bicis... ¿o sí? Cansado de las típicas publicaciones que sólo hablan de bicis, ruedas de 26, 27´5 o 29, y nuevos productos, he querido plasmar lo que hay detrás de los paisajes que vemos cuando montamos en bici. Reflexiones, imágenes, temas que surgen en las conversaciones con tus compañeros de ruta...
CADENCIA es lo que surge cuando monto en bici, el resultado de mis experiencias y vivencias sobre las dos ruedas. Hecha desde la bici, no para la bici. Y en los tiempos que vivimos, una alternativa a la decadencia que se empeña en arrastrar el pensamiento general.
Espero que la disfrutéis, y sobre todo que dediquéis un rato de vuestro valioso tiempo para LEER cosas que se salgan de lo previsible, que las hay y muchas. Sé que esto es pedir mucho en la rutina de saturación informativa en la que nos movemos, pero... la opción B es la decadencia.
-¡Pedalea, copón!
viernes, 25 de octubre de 2013
Bici nueva pero antigua
Esta semana he estrenado bici. Después de mucho sopesar, valorar, analizar y buscar excusas para no hacerlo, no encontré ninguna. Todo me conducía a desprenderme de mi noble bici urbana (El Cuervo), que me ha acompañado durante un par de años, y lanzarme a una nueva aventura ciclista. Agradecido por el buenísimo comportamiento de la Univega convertida en singlespeed, buscaba otra cosa. Ruedas grandes, geometría aún más retro. Nos despedimos con mutuo afecto, se la entregué a su nuevo dueño (un chaval de Hong Kong de Erasmus en Barcelona, muy majete) y se queda en buenas manos.
En mi búsqueda de lo esencial, lo sencillo y lo primigenio había llegado a dos opciones. Decantarme por una bici de montaña de 29 pulgadas o por una bici de carretera. Ambas opciones, singlespeed. Porque tengo claro que todo lo que no sean bicis dobles, de montaña pura, no pueden ser más que singlespeed. Al menos es lo que yo busco: bicis simples, cuanto más mejor. Para moverse por la ciudad, para entrenar o pasear. Y además que estéticamente aporten algo, claro.
Así que me he decidido por la opción más rebuscada, pero también la más simple y la más antigua. El antepasado, el neanderthal de las bicis, el fósil redescubierto y reinventado por una marca que, hay que decirlo, es irregular y errática como pocas, pero que mantiene unas líneas y unos principios que nadie más en la industria de la bici mantiene. Kona. Capaz de ser los mejores bestsellers del freeride en los principios de los 2000, morir de éxito y malvivir a base de gamas mediocres en los últimos años, y renacer hace un par de temporadas con maravillas y delicatessen minoritarias como son la Unit o la Honzo.
Mi nueva bici es la Kona Paddy Wagon. Un 42-16 de rueda libre o fixed con la que estoy aprendiendo a montar de nuevo. Con 37 años esta es mi primera bici de carretera (si se puede llamar así), y MOLA.
Me gusta haberme reecontrado con una casa familiar como es Kona. Siempre me ha gustado y es una de las marcas con más personalidad del mercado, a pesar de esos vaivenes que comentaba. Así que nada, a disfrutarla.
Y ahora, este video es una divertida parodia de lo que somos los mountain bikers, manías y actitudes que nos delatan. Muy bueno y bastante acertado. Aunque yo añadiría una cosa más: los pantalones. No se es un auténtico mountain biker sin todos tus pantalones marcados con grasa de cadena o descosidos en la pernera derecha. Es uno de los rasgos que delatan inevitablemente a cualquier biker.
En mi búsqueda de lo esencial, lo sencillo y lo primigenio había llegado a dos opciones. Decantarme por una bici de montaña de 29 pulgadas o por una bici de carretera. Ambas opciones, singlespeed. Porque tengo claro que todo lo que no sean bicis dobles, de montaña pura, no pueden ser más que singlespeed. Al menos es lo que yo busco: bicis simples, cuanto más mejor. Para moverse por la ciudad, para entrenar o pasear. Y además que estéticamente aporten algo, claro.
Así que me he decidido por la opción más rebuscada, pero también la más simple y la más antigua. El antepasado, el neanderthal de las bicis, el fósil redescubierto y reinventado por una marca que, hay que decirlo, es irregular y errática como pocas, pero que mantiene unas líneas y unos principios que nadie más en la industria de la bici mantiene. Kona. Capaz de ser los mejores bestsellers del freeride en los principios de los 2000, morir de éxito y malvivir a base de gamas mediocres en los últimos años, y renacer hace un par de temporadas con maravillas y delicatessen minoritarias como son la Unit o la Honzo.
Mi nueva bici es la Kona Paddy Wagon. Un 42-16 de rueda libre o fixed con la que estoy aprendiendo a montar de nuevo. Con 37 años esta es mi primera bici de carretera (si se puede llamar así), y MOLA.
Me gusta haberme reecontrado con una casa familiar como es Kona. Siempre me ha gustado y es una de las marcas con más personalidad del mercado, a pesar de esos vaivenes que comentaba. Así que nada, a disfrutarla.
Y ahora, este video es una divertida parodia de lo que somos los mountain bikers, manías y actitudes que nos delatan. Muy bueno y bastante acertado. Aunque yo añadiría una cosa más: los pantalones. No se es un auténtico mountain biker sin todos tus pantalones marcados con grasa de cadena o descosidos en la pernera derecha. Es uno de los rasgos que delatan inevitablemente a cualquier biker.
jueves, 25 de julio de 2013
Tormenta de verano
La semana pasada, con La Molina, cerré la trilogía de visitas obligadas anuales a estaciones de los Pirineos. Falta Vallnord, adonde iremos mañana para ver la copa del mundo. Dolor de manos y dedos, las típicas tormentas de la tarde y mucha diversión han sido las notas dominantes de estos días. Me sorprendió gratamente La Molina, que parece haberse quedado satisfecha asumiendo un papel de estación modesta, limitada en su infraestructura, pero que esconde grandes regalos. Este año incluso se han permitido retocar (para mejor) algunos tramos y puntos concretos de los circuitos. Sin ser una estación explotada ni al 80% de su potencial, sigue manteniendo la dignidad.
Lo mejor de todo fue que justo al terminar de montar, a eso de las 4 y media (apurando al máximo los 20€ de forfait) se desató un tormentón formidable, de esos que mola quedarse mirando. La tormenta fue tan gorda que al bajar con el coche hacia Toses y Ribes de Freser, me encontré una caravana de coches colapsando la carretera, ante el granizo y la nieve que se estaba acumulando en el asfalto y las cunetas. NIEVE un 20 de julio.
Con esto y alguna salida que quizás se tercie por aquí cerca, cerramos la temporada con la Black Mamba y nos iremos de vacaciones con los deberes hechos.
Lo mejor de todo fue que justo al terminar de montar, a eso de las 4 y media (apurando al máximo los 20€ de forfait) se desató un tormentón formidable, de esos que mola quedarse mirando. La tormenta fue tan gorda que al bajar con el coche hacia Toses y Ribes de Freser, me encontré una caravana de coches colapsando la carretera, ante el granizo y la nieve que se estaba acumulando en el asfalto y las cunetas. NIEVE un 20 de julio.
Con esto y alguna salida que quizás se tercie por aquí cerca, cerramos la temporada con la Black Mamba y nos iremos de vacaciones con los deberes hechos.
jueves, 18 de julio de 2013
Grandvalira
Con seis hermosos moratones en las piernas aún frescos y lozanos, como souvenirs del viaje a Suiza, me planté en el fin de semana siguiente de regresar de los Alpes. Ya había pasado una semana desde que volvimos del viaje y, al contrario de lo que me pasó el año pasado, ya quería volver a coger la bici. El año pasado, al volver de Zermatt, pasó una cosa muy curiosa, y es que dejé la bici embalada en la caja un mes entero. Según la había traído en el avión. Acabé tan satisfecho que no quise tocar la bici durante un buen tiempo, esperando que no se empañaran los recuerdos de aquel pedazo de viaje y de senderos. Cualquier cosa que hiciese después de Zermatt iba a ser una auténtica mierda comparado con aquello, así que no merecía la pena ni sacar la bici de la caja de cartón en la que la llevé. Y no fui el único, porque a mi colega de aquel viaje, Simon, le pasó lo mismo.
Este año ha sido distinto. No es que el viaje fuera peor, ni mucho menos, pero no quería desaprovechar el buen momento en el que me veía. El calor no está castigando demasiado, tenía pendiente subir a los Pirineos, y apetecía pasar un finde fuera de la ciudad con Cris. Así que una semana después de volver de Suiza nos fuimos a Andorra. Concretamente a Grandvalira.
Granvalira es una estación y bikepark que me encanta. Por su situación no es un destino masificado, y la calidad de las bajadas son excelentes. Además las hay de todos los tipos, y en especial de las que más me gustan: las fáciles. Senderos sin dificultad técnica pero donde se pueden alcanzar grandes velocidades y muchísimo flow. Bajadas largas desde cotas altas, que atraviesan praderas infestadas de marmotas, con curvas y switchbacks interminables, y fluidez total. Las últimas tormentas de verano habían dejado un terreno perfecto, con un agarre excelente, y las montañas estaban preciosas.
Así que el sábado lo pasé disfrutando de las bajaditas a buen ritmo, y del deporte local por excelencia: el avistamiento de marmotas. Especialmente había una que cada vez que subía en el telesilla de la Solana la encontraba en la misma postura: haciendo de guardiana en su madriguera. La marmota tenía su guarida justo debajo de uno de los postes del telesilla, y se pasó la mañana apostada a la entrada mirando pasar a unos cuantos muchachos con sus bicicletas, por encima de su cabeza.
Y como es habitual en esas latitudes, a eso de las 2 de la tarde el cielo comenzó a cubrirse de nubarrones negros. No tardaron en descargar una buena cantidad de agua y unos cuantos rayos y truenos, y ya no paró hasta el día siguiente. Toda la tarde lloviendo. Algo muy de agradecer, la verdad. Yo ya me había quedado a gusto con las bajadas de la mañana, así que no me importó en absoluto tener que meter la bici en el coche y largarnos al camping. Pasar la tarde en los Pirineos, escuchando la lluvia en la tienda de campaña también es parte del encanto que tiene la montaña. ¡No todo en la vida es bici, aunque parezca mentira!
Otra visita anual a Grandvalira y al camping Santa Creu (como no podía ser de otra forma) realizada con éxito. Me encanta Andorra.
Con cara de bobo en el telesilla... ji, ji. |
Granvalira es una estación y bikepark que me encanta. Por su situación no es un destino masificado, y la calidad de las bajadas son excelentes. Además las hay de todos los tipos, y en especial de las que más me gustan: las fáciles. Senderos sin dificultad técnica pero donde se pueden alcanzar grandes velocidades y muchísimo flow. Bajadas largas desde cotas altas, que atraviesan praderas infestadas de marmotas, con curvas y switchbacks interminables, y fluidez total. Las últimas tormentas de verano habían dejado un terreno perfecto, con un agarre excelente, y las montañas estaban preciosas.
Así que el sábado lo pasé disfrutando de las bajaditas a buen ritmo, y del deporte local por excelencia: el avistamiento de marmotas. Especialmente había una que cada vez que subía en el telesilla de la Solana la encontraba en la misma postura: haciendo de guardiana en su madriguera. La marmota tenía su guarida justo debajo de uno de los postes del telesilla, y se pasó la mañana apostada a la entrada mirando pasar a unos cuantos muchachos con sus bicicletas, por encima de su cabeza.
Y como es habitual en esas latitudes, a eso de las 2 de la tarde el cielo comenzó a cubrirse de nubarrones negros. No tardaron en descargar una buena cantidad de agua y unos cuantos rayos y truenos, y ya no paró hasta el día siguiente. Toda la tarde lloviendo. Algo muy de agradecer, la verdad. Yo ya me había quedado a gusto con las bajadas de la mañana, así que no me importó en absoluto tener que meter la bici en el coche y largarnos al camping. Pasar la tarde en los Pirineos, escuchando la lluvia en la tienda de campaña también es parte del encanto que tiene la montaña. ¡No todo en la vida es bici, aunque parezca mentira!
Otra visita anual a Grandvalira y al camping Santa Creu (como no podía ser de otra forma) realizada con éxito. Me encanta Andorra.
martes, 28 de mayo de 2013
El origen del mundo
Llegando al pueblo abandonado de Morcat. |
Este año, además, localizamos una casa rural magnífica en pleno centro del pueblo, de piedra, con enormes y limpias habitaciones, garaje para bicis y todas las comodidades que un grupo de sucios bikers embarrados necesitan. Sobra decir lo bien que comimos y bebimos en todo momento.
Pirineos nevados a finales de mayo... WTF!? |
Y así fue. Salimos desde Aínsa con dirección a Margudgued por una pista que bordeaba el caudaloso río Ara, afluente del aún más caudaloso Cinca. Para calentar motores suavemente. Nada más abandonar Margudgued comenzaba la verdadera ruta, con un comienzo demoledor en subida. Después comenzaba una sucesión de sube-baja muy bonito, ya en sendero, que se adentraba en el monte atravesando varios tipos de vegetación y relieves, como las famosas y autóctonas margas de terreno arenisco gris.
Morcat. |
El viento del norte era intenso en lo que quedaba de Morcat. Así que rebautizamos aquel manojo de casas dejadas de la mano de Dios como Mordor. Fue el momento de reponer fuerzas, comer y prepararnos para el descenso a otro valle, persiguiendo su correspondiente río, y en busca del preciado tesoro del "Coño del mundo". Un descenso trepidante, otra sucesión de subes y bajas por sendero, y por fin llegamos al ansiado paraje.
El "Coño del mundo" es una garganta horadada por el río, con numerosas pozas, cortados y cavidades. De hecho nos encontramos un grupo de descenso de barrancos. Llegamos al fondo de la garganta andando, atravesamos el cauce del río, que pasa sin cubrir los pies sobre un lecho de roca caliza como las que abundan en la zona, y una vez allí abajo, entre cascadas, pozas y cuevas, se apareció la roca mágica. Evidentemente, el nombre es bastante gráfico pero acertado. Seguro que si esta roca estuviera en tierras de aborígenes australianos, la habrían considerado sagrada. Lo más curioso de esta roca es que no tiene nada que ver con las que la rodean. Parece una roca volcánica en medio de una zona de rocas sedimentarias y calizas. Y sobre todo, las aguas transparentes y el suelo blanco del fondo del cauce dan a las pozas un color turquesa intenso.
Alfonso y Simon. |
Los kilómetros ya empezaban a pesar, pero aún quedaban dos buenas bajadas. La primera, un impresionante sendero bordeando la ladera de la montaña, y con el valle de Boltaña a la izquierda. Cualquier pequeño fallo en esa bajada significaba rodar como un rolling stone entre el bosque, al menos 500 metros de caída. Pero el sendero estaba en tan buen estado, tan bien trazado y bajábamos tan concentrados que afortunadamente no hubo nada que lamentar. Una bajada sinuosa de las que se graban en la retina.
El "Coño del mundo" (el nombre es así). |
Habían sido unas seis horas de ruta, 30km totales y un par de miles de calorías perdidas por los intrincados senderos de Aínsa. Pero habíamos llegado y vuelto de un lugar que desprendía magia. ¿Te imaginas que en realidad esa cueva extraña fue en un tiempo muy lejano el origen de los senderos?
Los integrantes de la ruta: Alfonso, Charlie, Simon, Alfonso, Guillermo, Jesús. |
martes, 30 de abril de 2013
Escapada
Madrid, amigos, la Sierra. Siempre vivo una escapada a casa con gran excitación. Muchas actividades condensadas en pocos días, con distintos grupos y personas, yendo del Metro a un sitio, de ese sitio a la otra punta de la ciudad, de la ciudad a la sierra, y de la sierra de vuelta... Al menos el AVE facilita las cosas y no hay que perder medio domingo o medio viernes en transportes, ni hacer tránsitos por el aeropuerto.
El sábado, curso con la Federación Madrileña de Ciclismo. Una concurrencia de casi 60 alumnos, interesantes perfiles y gran nivel de todos ellos. La apuesta de la FMC por la formación especialista, en estos tiempos que corren, es digna de elogio; y más aún la apuesta por el mountain bike y la formación de profesionales con perfiles diversos, para ser emprendedores y líderes de opinión.
Y el domingo, con mis rodillas enteras y dispuestas, ruta por la sierra con los Sospechosos Habituales, es decir, el Team. Dos horas de subidón por bonitos bosques, desde La Jarosa, y bajada por el mítico DH 2000. Con la Intense Tracer de Jesús, como máquina cedida. Fantástica ruta y no menos divertida bajada, con Guitarra de estrella invitada al protagonizar una bonita voltereta absurda ejecutada en estilo libre.
Después ya vinieron las cañas, las risas, el Romantic... pero en cuanto quise darme cuenta ya estaba otra vez acomodándome en el asiento del tren, aliviado por no haberlo perdido. Un domingo más en una estación, rodeado de cientos de viajeros que, como yo, buscamos escapadas y experiencias lejanas a la rutina. Con amigos, con familias, en un paisaje. Y después, siempre volvemos a casa en los mismos trenes, aviones o coches. Somos animales nostálgicos de la vida nómada, pero siempre volvemos al nido. Para seguir con nuestras ajetreadas vidas, hasta que se presente la próxima ocasión de volar.
Así ha sido siempre, y así seguirá siendo.
El sábado, curso con la Federación Madrileña de Ciclismo. Una concurrencia de casi 60 alumnos, interesantes perfiles y gran nivel de todos ellos. La apuesta de la FMC por la formación especialista, en estos tiempos que corren, es digna de elogio; y más aún la apuesta por el mountain bike y la formación de profesionales con perfiles diversos, para ser emprendedores y líderes de opinión.
Y el domingo, con mis rodillas enteras y dispuestas, ruta por la sierra con los Sospechosos Habituales, es decir, el Team. Dos horas de subidón por bonitos bosques, desde La Jarosa, y bajada por el mítico DH 2000. Con la Intense Tracer de Jesús, como máquina cedida. Fantástica ruta y no menos divertida bajada, con Guitarra de estrella invitada al protagonizar una bonita voltereta absurda ejecutada en estilo libre.
Después ya vinieron las cañas, las risas, el Romantic... pero en cuanto quise darme cuenta ya estaba otra vez acomodándome en el asiento del tren, aliviado por no haberlo perdido. Un domingo más en una estación, rodeado de cientos de viajeros que, como yo, buscamos escapadas y experiencias lejanas a la rutina. Con amigos, con familias, en un paisaje. Y después, siempre volvemos a casa en los mismos trenes, aviones o coches. Somos animales nostálgicos de la vida nómada, pero siempre volvemos al nido. Para seguir con nuestras ajetreadas vidas, hasta que se presente la próxima ocasión de volar.
Así ha sido siempre, y así seguirá siendo.
La megaciudad, al fondo. |
Unos individuos peligrosos. |
Más individuos peligrosos. |
Nieve en Navacerrada y la Bola del Mundo. |
Preparándonos para la bajada. 1700m. |
Intense Tracer, por gentileza de Jesús. |
martes, 26 de marzo de 2013
Grandes clásicas
Las grandes clásicas de la competición de carretera son por estas fechas. París-Roubaix, Milán-San Remo, Tour de Lombardía, Tour de Flandes, y Lija-Bastón-Lieja. Y en mountain también ya hay unas cuantas citas antes del comienzo de temporada. Está la Absa Cape Epic, el DH de Sant Andreu, la Andalucía Bike Race, incluso la Titan Desert. Y la más clásica de todas, posiblemente: la Sea Otter. Citas para los pros, tanto de rallye como de descenso, con las que preparan la temporada.
Nosotros no somos menos y también vamos consolidando citas de pretemporada ineludibles. Una de ellas es el Predator Weekend o Chuletas Weekend, que este año celebra su V edición. Por lo menos.
En preparación está ya la Clásica del Cochinillo.
Nosotros no somos menos y también vamos consolidando citas de pretemporada ineludibles. Una de ellas es el Predator Weekend o Chuletas Weekend, que este año celebra su V edición. Por lo menos.
En preparación está ya la Clásica del Cochinillo.
viernes, 21 de diciembre de 2012
La montaña mágica
El invierno es una época interesante para ciertos menesteres relacionados con el mountain. Aparte de que la mayoría de los pros empiezan el entrenamiento de cara a la temporada, otros muchos que no planificamos mucho el año y que vamos encadenando salidas durante todo el año, pasamos de todo y vamos a nuestro aire. Por ejemplo, después de las vacaciones de verano y hasta las de navidad, entre septiembre y diciembre, sí que hay una especie de "mini temporada" muy interesante, como es el otoño. Pero aparte de eso, el resto del año "todo el monte es orégano" y yo lo considero cien por cien ciclable.
Por eso, en las últimas semanas del año y las primeras del siguiente, es un periodo de tierra de nadie, en el que se abren posibilidades tan fantásticas como los circuitos piratas. Salir a hacer misiones de "Search and destroy" y crear nuevos trazados, circuitos, recorridos... aprovechando que el terreno está maleable y se pueden dibujar curvas e imaginar caminos llenos de flow.
Aquí mi último proyecto: el bonito parque de Montjuïc, el trazado del Campeonato de España 2010, y el enorme potencial de una zona especialmente bonita en invierno (la montaña mágica).
Por eso, en las últimas semanas del año y las primeras del siguiente, es un periodo de tierra de nadie, en el que se abren posibilidades tan fantásticas como los circuitos piratas. Salir a hacer misiones de "Search and destroy" y crear nuevos trazados, circuitos, recorridos... aprovechando que el terreno está maleable y se pueden dibujar curvas e imaginar caminos llenos de flow.
Aquí mi último proyecto: el bonito parque de Montjuïc, el trazado del Campeonato de España 2010, y el enorme potencial de una zona especialmente bonita en invierno (la montaña mágica).
viernes, 9 de noviembre de 2012
En la Tierra Media
En mi último viaje a la Tierra Media junto a mi compañera, quisimos explorar de nuevo el territorio de la Laguna Oscura, un remoto paraje de las Tierras Altas de Rohan en el que según la leyenda habitan seres mágicos. Antiguamente este territorio estaba oculto bajo el hielo de los glaciares, y también estuvo poblado por animales fantásticos como lobos y dientes de sable. Ahora, siglos después, el lugar es un paraje de montañas abruptas, frío viento y bosques inmensos que en otoño se pueblan de hojas amarillas y tonos mostaza.
Las Tierras Altas de Rohan y la Laguna Oscura son paisajes mágicos para los medianos y sus habitantes, llamados así mismos numantinos. Son una raza de humanos fuertes y duros, de estatura corta pero muy voluntariosos, habituados a un clima extremo de inviernos fríos. También habitan esa tierra los elfos y algunas familias de enanos. Al otro lado de las montañas se ocultan los ejércitos de los orcos, dominados por el Señor Oscuro.
La Laguna Oscura es una puerta de entrada al territorio del Señor Oscuro, y hasta allí quisimos llegar mi compañera y yo: hasta la Puerta Negra, el llamado Pico Turbión. El límite de la Tierra Media y la frontera con el reino del temido Señor Oscuro. Más veces habíamos intentado atravesar la frontera y nos fue imposible. Así que esta vez tenía que ser la definitiva, pero una terrible ventisca nos lo impidió. Más arriba de la Laguna Oscura todo era viento y niebla, y el páramo de montaña pantanoso se había convertido en una trampa. Ni la magia del conjuro Gore-Texum nos libró de las inclemencias. Nuestra misión era depositar la bandera roja de nuestra Comunidad del Castillo en en la Puerta Negra. Pero las fuerzas del Señor Oscuro son muy poderosas. Es el señor del viento y el frío, y los utilizó en nuestra contra para hacernos fracasar en nuestro objetivo.
Así que mi compañera y yo volvimos a nuestra aldea, contentos por haber llegado al territorio de las Tierras Altas y haber vuelto sanos y salvos a nuestra comunidad. Ávidos de nuevas aventuras la próxima vez que volvamos a las Tierras Altas de la Tierra Media.
Las Tierras Altas de Rohan y la Laguna Oscura son paisajes mágicos para los medianos y sus habitantes, llamados así mismos numantinos. Son una raza de humanos fuertes y duros, de estatura corta pero muy voluntariosos, habituados a un clima extremo de inviernos fríos. También habitan esa tierra los elfos y algunas familias de enanos. Al otro lado de las montañas se ocultan los ejércitos de los orcos, dominados por el Señor Oscuro.
La Laguna Oscura es una puerta de entrada al territorio del Señor Oscuro, y hasta allí quisimos llegar mi compañera y yo: hasta la Puerta Negra, el llamado Pico Turbión. El límite de la Tierra Media y la frontera con el reino del temido Señor Oscuro. Más veces habíamos intentado atravesar la frontera y nos fue imposible. Así que esta vez tenía que ser la definitiva, pero una terrible ventisca nos lo impidió. Más arriba de la Laguna Oscura todo era viento y niebla, y el páramo de montaña pantanoso se había convertido en una trampa. Ni la magia del conjuro Gore-Texum nos libró de las inclemencias. Nuestra misión era depositar la bandera roja de nuestra Comunidad del Castillo en en la Puerta Negra. Pero las fuerzas del Señor Oscuro son muy poderosas. Es el señor del viento y el frío, y los utilizó en nuestra contra para hacernos fracasar en nuestro objetivo.
Así que mi compañera y yo volvimos a nuestra aldea, contentos por haber llegado al territorio de las Tierras Altas y haber vuelto sanos y salvos a nuestra comunidad. Ávidos de nuevas aventuras la próxima vez que volvamos a las Tierras Altas de la Tierra Media.
jueves, 4 de octubre de 2012
Rampage
Este fin de semana vuelve el Red Bull Rampage para deleite de los amantes de Jackass. Mientras, preparo mi vuelta a la bici tras casi 2 meses de inactividad rutera.
Este es el vídeo de la edición 2010.
lunes, 30 de julio de 2012
Soria, Siberia y el Doctor Zhivago
Si existe un sitio al que por más veces que vayas no te cansas, ese es el Cañón del Río Lobos. En general toda la provincia de Soria, aunque yo no puedo ser objetivo porque me delatan mis raíces. El caso es que diremos esto en voz baja para que no corra el bocaoreja, no sea que estos rincones se masifiquen y se conviertan en una romería de domingueros, atraídos por una estampa bucólica a dos horas de la gran ciudad. Nota para los que escriben y leen el Lonely Planet: no leáis a partir de este punto. Aquí no hay nada que ver, iros a Toledo o a Segovia a comer cochinillo en Cándido.
Lo cierto es que este es el eterno dilema del turismo sostenible: atraer a la gente a destinos y rincones fantásticos, de manera que su impacto no erosione el entorno. Esto es lo deseable, lo ideal. Un turismo respetuoso y armónico, en proporción al desarrollo de la zona; así ambos se benefician y pueden crecer conjuntamente, si se tercia lo de crecer, claro. Que crecer por crecer a lo bobo, termina cansando...
En esta parte del mundo, Soria, hay mucho que ver y mucho que hacer, pero pocos habitantes y pocos recursos. Para ser (escrupulosamente) políticamente incorrectos se podría decir que los recursos se los llevaron otros -o los expoliaron- a lo largo de los años, y que la gente se fue donde colocaron esos recursos. El de Castilla siempre ha sido el verdadero expolio, y no el que dicen de Cataluña. El resultado: una tierra de emigrantes que se ha quedado despoblada. Una tierra rica, con la mayor masa forestal de España, que se ha quedado infraexplotada -o manejada por unos pocos-, y una tierra que por todo lo anterior, importa a muy pocos y no recibe ni atención ni infraestructuras. Soria es la única capital de provincia en España que no está unida por autovía, y casi tampoco por ferrocarril. Pero lejos de lloriquear, como hacen otros, los sorianos son duros y tiran adelante con lo que tienen, que no es poco. Así han logrado crear una especie de reserva espiritual de Occidente, como decía aquel payaso, que sólo conocemos y valoramos unos pocos, en voz bajita, y que nos reconocemos enseguida. Vino, setas, trufas, bosques, románico, antiguos glaciares... son solo algunas de las exportaciones de Soria para paladares que saben apreciar lo bueno y lo auténtico.
Por eso, cualquier iniciativa de desarrollo en esta especie de región de las Galias es digna de elogio, admiración y apoyo. Como la de los amigos de Navaleno, que conocí en el curso de la EEMTB de este año y que han montado una empresa basada en el modelo de Centros BTT en esta pequeña localidad a los pies de la sierra. Así que en esta excursión de fin de semana a mi tierra decidí visitarles y de paso descubrir el entorno biker de la zona, que era prometedor. Y vaya si lo fue. Una preciosa ruta en compañía de 14 bikers locales nos llevó hasta el Cañón del Río Lobos por una vía que no había hecho nunca y que me pareció extraordinaria. De allí, pasamos por San Leonardo y Casarejos estribando la comarca, y haciendo parte de la vía -abandonada- de tren que abastecía de madera la enorme fábrica Norma, de San Leonardo -hoy casi muerta, antaño un centro maderero de primer orden-.
Curiosamente, en esa vía se rodó parte de la peli Doctor Zhivago. Soria y Siberia quizás no sean tan diferentes entre sí, al fin y al cabo. Y no lo digo por el frío.
Por cierto, el próximo 11 de agosto los amigos de Navaleno BTT organizan una interesantísima prueba no competitiva en un circuito precioso entre pinares. ¡Seguro que nos veremos más veces, chavales!
La crónica seria de la ruta, aqui.
Lo cierto es que este es el eterno dilema del turismo sostenible: atraer a la gente a destinos y rincones fantásticos, de manera que su impacto no erosione el entorno. Esto es lo deseable, lo ideal. Un turismo respetuoso y armónico, en proporción al desarrollo de la zona; así ambos se benefician y pueden crecer conjuntamente, si se tercia lo de crecer, claro. Que crecer por crecer a lo bobo, termina cansando...
En esta parte del mundo, Soria, hay mucho que ver y mucho que hacer, pero pocos habitantes y pocos recursos. Para ser (escrupulosamente) políticamente incorrectos se podría decir que los recursos se los llevaron otros -o los expoliaron- a lo largo de los años, y que la gente se fue donde colocaron esos recursos. El de Castilla siempre ha sido el verdadero expolio, y no el que dicen de Cataluña. El resultado: una tierra de emigrantes que se ha quedado despoblada. Una tierra rica, con la mayor masa forestal de España, que se ha quedado infraexplotada -o manejada por unos pocos-, y una tierra que por todo lo anterior, importa a muy pocos y no recibe ni atención ni infraestructuras. Soria es la única capital de provincia en España que no está unida por autovía, y casi tampoco por ferrocarril. Pero lejos de lloriquear, como hacen otros, los sorianos son duros y tiran adelante con lo que tienen, que no es poco. Así han logrado crear una especie de reserva espiritual de Occidente, como decía aquel payaso, que sólo conocemos y valoramos unos pocos, en voz bajita, y que nos reconocemos enseguida. Vino, setas, trufas, bosques, románico, antiguos glaciares... son solo algunas de las exportaciones de Soria para paladares que saben apreciar lo bueno y lo auténtico.
Por eso, cualquier iniciativa de desarrollo en esta especie de región de las Galias es digna de elogio, admiración y apoyo. Como la de los amigos de Navaleno, que conocí en el curso de la EEMTB de este año y que han montado una empresa basada en el modelo de Centros BTT en esta pequeña localidad a los pies de la sierra. Así que en esta excursión de fin de semana a mi tierra decidí visitarles y de paso descubrir el entorno biker de la zona, que era prometedor. Y vaya si lo fue. Una preciosa ruta en compañía de 14 bikers locales nos llevó hasta el Cañón del Río Lobos por una vía que no había hecho nunca y que me pareció extraordinaria. De allí, pasamos por San Leonardo y Casarejos estribando la comarca, y haciendo parte de la vía -abandonada- de tren que abastecía de madera la enorme fábrica Norma, de San Leonardo -hoy casi muerta, antaño un centro maderero de primer orden-.
Curiosamente, en esa vía se rodó parte de la peli Doctor Zhivago. Soria y Siberia quizás no sean tan diferentes entre sí, al fin y al cabo. Y no lo digo por el frío.
Por cierto, el próximo 11 de agosto los amigos de Navaleno BTT organizan una interesantísima prueba no competitiva en un circuito precioso entre pinares. ¡Seguro que nos veremos más veces, chavales!
La crónica seria de la ruta, aqui.
viernes, 27 de julio de 2012
Viejos rockeros...
Junio y julio han sido apoteósicos. He podido tachar de mi lista de tareas dos de los objetivos vitales que perseguía desde hace años; dos de las cosas que quería hacer en esta vida: montar por el Cervino-Zermatt (ver post anterior), y ver a Billy Idol en concierto. Ambas experiencias han satisfecho por completo mis expectativas. A veces cuando tienes muchas ganas de hacer algo y finalmente lo haces o sucede te quedas igual, no pasa nada, no hay un antes y un después. Pero hay otras veces en que sí, hay un antes y un después del evento en cuestión. En este caso, sobre todo en lo de Zermatt. Conciertos hemos visto ya unos cuantos, y a todos los grandes, por eso Billy no impresiona tanto como concierto en sí. Lo que es espectacular es ver a un pibe de 56 años, una leyenda del rock, dándolo todo a dos metros de ti y coger al vuelo la púa de uno de los mejores guitarristas de la historia: Steve Stevens.
En fin, son dos cosas que tenía que hacer y afortunadamente, gracias a los dioses, he podido hacerlas y además en compañía de mis amigos. Además esa noche, en la farra posterior y después de ver a un magnífico grupo amateur en directo tocando versiones de los Stones o de AC/DC, nos echaron de un garito por hacer pequeñas travesuras, en medio de los pijos que habían ido a escuchar rock, así que el rock'n'roll attitude lo llevamos a su máximo esplendor en la tórrida noche madrileña. El decoro y los buenos modales son un invento de la burguesía para mantener el control sobre la clase trabajadora. El rock es, precisamente, la banda sonora de la clase popular frente al sistema establecido. Hoy a los rockeros se les llamaría perroflautas. La sociedad es así de gilipollas.
Para rematar la jornada de Billy Idol, celebramos un reencuentro nostálgico con otra vieja gloria del rock, pero del otro rock, el de las ruedas gordas. La Casa de Campo puede que sea el lugar más horadado por los bikers de la capital, el parque de atracciones -nunca mejor dicho- de la bici, a 10 minutos de la Gran Vía. Horas y horas de rutas, entrenamientos, paseos e incluso carreras de la Copa del Mundo. John Tomac, Tinker Juarez o Thomas Frischknecht han rodado por aqui. En fin, la Kelicampo en jerga castiza es una vieja gloria del rock, y mi reencuentro con ella después de casi 7 años de exilio voluntario fue emocionante y divertido, como escuchar en directo un viejo tema de los Stones -Gimme shelter podría valer-. Una gran jornada de singletracks suaves y sinuosos, de calor y polvo, de viejos y conocidos senderos en los que veo cómo pasan los años por ellos, sin que pierdan su esencia, incluso mejoran con el tiempo. Una Titus (Dani) y una Heckler (myself). Nostalgia de buen rock'n'roll.
En fin, son dos cosas que tenía que hacer y afortunadamente, gracias a los dioses, he podido hacerlas y además en compañía de mis amigos. Además esa noche, en la farra posterior y después de ver a un magnífico grupo amateur en directo tocando versiones de los Stones o de AC/DC, nos echaron de un garito por hacer pequeñas travesuras, en medio de los pijos que habían ido a escuchar rock, así que el rock'n'roll attitude lo llevamos a su máximo esplendor en la tórrida noche madrileña. El decoro y los buenos modales son un invento de la burguesía para mantener el control sobre la clase trabajadora. El rock es, precisamente, la banda sonora de la clase popular frente al sistema establecido. Hoy a los rockeros se les llamaría perroflautas. La sociedad es así de gilipollas.
Track de la ruta en la Casa de Campo. |
Para rematar la jornada de Billy Idol, celebramos un reencuentro nostálgico con otra vieja gloria del rock, pero del otro rock, el de las ruedas gordas. La Casa de Campo puede que sea el lugar más horadado por los bikers de la capital, el parque de atracciones -nunca mejor dicho- de la bici, a 10 minutos de la Gran Vía. Horas y horas de rutas, entrenamientos, paseos e incluso carreras de la Copa del Mundo. John Tomac, Tinker Juarez o Thomas Frischknecht han rodado por aqui. En fin, la Kelicampo en jerga castiza es una vieja gloria del rock, y mi reencuentro con ella después de casi 7 años de exilio voluntario fue emocionante y divertido, como escuchar en directo un viejo tema de los Stones -Gimme shelter podría valer-. Una gran jornada de singletracks suaves y sinuosos, de calor y polvo, de viejos y conocidos senderos en los que veo cómo pasan los años por ellos, sin que pierdan su esencia, incluso mejoran con el tiempo. Una Titus (Dani) y una Heckler (myself). Nostalgia de buen rock'n'roll.
miércoles, 25 de julio de 2012
jueves, 7 de junio de 2012
30 de junio, Calatayud
El próximo día 30 de junio se dará cita, en la ciudad de Calatayud, el Wallride Night Town.
Festival dedicado a las bicis de ruedas más gordas, cuyo plato fuerte es la celebración, por segunda vez, de un descenso urbano con el aliciente añadido de ser nocturno. Un trazado 30% tierra, 60% asfalto y 10% aire, que hará las delicias de todos.
Durante el día, además de contar con nuestro campillo y pasarelas para disfrutar de los saltos, haremos 4 horas de entrenamientos oficiales con remontes y calles cortadas, para dar salida a la carrera al caer la noche. Miles de watios se encargarán de iluminar todo el trazado, que discurrirá desde el mismo y majestuoso castillo de Ayud, hasta la plaza de España.
Además, al término de la carrera tendrá lugar la primicia del estreno en España de la última producción de Anthill Films: Strenght in numbers. Estreno patrocinado por Red Bull.
La participación del DH urbano es de un máximo de 170 corredores por cuestiones de horarios. Terminada la prueba se darán entrega los trofeos, en la carpa habilitada en el castillo para la posterior MEGAFIESTA, donde unos dj's pincharan unas sesiones para deleite del personal.
Habrá, gracias a varios sponsors, un gran sorteo de material, y muchas sorpresas más! ¡Animaos y venid a disfrutar de la gran fiesta del freeride! ¡Os esperamos!
Inscripciones: 15 e federados. 20 € no federados. Plazo desde 23 mayo, hasta dos días antes de la celebración del evento. Inscripciones limitadas a 170 corredores, (por exigencias del formato).
El evento en Facebook
Más información: http://www.defer.es/noticias
Durante el día, además de contar con nuestro campillo y pasarelas para disfrutar de los saltos, haremos 4 horas de entrenamientos oficiales con remontes y calles cortadas, para dar salida a la carrera al caer la noche. Miles de watios se encargarán de iluminar todo el trazado, que discurrirá desde el mismo y majestuoso castillo de Ayud, hasta la plaza de España.
Además, al término de la carrera tendrá lugar la primicia del estreno en España de la última producción de Anthill Films: Strenght in numbers. Estreno patrocinado por Red Bull.
La participación del DH urbano es de un máximo de 170 corredores por cuestiones de horarios. Terminada la prueba se darán entrega los trofeos, en la carpa habilitada en el castillo para la posterior MEGAFIESTA, donde unos dj's pincharan unas sesiones para deleite del personal.
Habrá, gracias a varios sponsors, un gran sorteo de material, y muchas sorpresas más! ¡Animaos y venid a disfrutar de la gran fiesta del freeride! ¡Os esperamos!
Inscripciones: 15 e federados. 20 € no federados. Plazo desde 23 mayo, hasta dos días antes de la celebración del evento. Inscripciones limitadas a 170 corredores, (por exigencias del formato).
El evento en Facebook
Más información: http://www.defer.es/noticias
miércoles, 30 de mayo de 2012
Los camioneros
Otra vez con los bártulos a cuestas hacia el coche. Otra vez la tarde del jueves en casa haciendo la maleta con unas cervezas y la música a toda leche. Otra vez ese fin de semana largo, merecido, que pretende ser una celebración de la vida y la aventura. Y sin embargo cada vez es distinto, nuevo, inédito. Uno no se cansa de hacer estas rutinas improvisadas. Estos fenómenos normales. Coger una moneda, echarla a cara o cruz y decidir qué hacer el fin de semana según salga. Ese tipo de cosas convierten la vida en una colección de momentos inolvidables con tus amigos.
Y luego, la vida en la carretera. Meterse 625 kilómetros como el que se toma un café con cruasán, llevar puesta la radio cual camionero y de vez en cuando intercalarla con una buena descarga de rock... Y ha sido en estos largos viajes cuando he llegado a mitificar la figura del camionero. Un individuo cuya profesión es circular por las carreteras de Dios, haga buen o mal tiempo, haya mucho o poco tráfico. Que come cuando tiene hambre y duerme cuando tiene sueño, salvando las paradas técnicas obligadas por los tacómetros.
Una clase de personas habituadas a esa soledad del viajero, pero que también la comparte con extraños. Con otros camioneros. Que, como un clan de hormigas, se transmiten los mejores lugares donde parar a comer en el camino. O las mejores estaciones de servicio o áreas de descanso. Que avisan de boca a oreja si hay un atasco, un accidente o si han sufrido un reventón. En un código propio al que solo ellos tienen acceso. Dispersos por toda la geografía, la gran familia de hormigas lleva a sus espaldas frigoríficos, coches, paquetes o casas prefabricadas. Quién sabe. Y eso que a veces son un peligro para el resto de los pequeños insectos que pueblan las vías por donde transitan o paran. Pero son ellos, los camioneros, los que abastecen nuestras ciudades, pueblos, comunidades autónomas y reinos de taifas, en esta España nuestra que invierte en AVES en lugar de hacerlo en líneas de tren para el transporte de mercancía, y así reducir los costes del cada vez más caro transporte por carretera y por petróleo.
Cumbre en Patones |
Guitarra bajando el Genaro |
Aunque también es verdad que en ese hipotético caso, los camioneros se verían abocados a la extinción, como tantos otros oficios que han quedado en las cunetas del capitalismo motorizado, a lo Mad Max. Puede que los camioneros sean lo más parecido a un biker sobre el asfalto, más incluso que los moteros. Gente que a pesar de ser su trabajo disfrutan del camino, hacen de su vehículo un templo y comparten un código con sus congéneres.
Por cierto, el fin de semana en Madrid, muy bien.
Con nuestra mascota, Mini-Yo. Jorge, Fernando, Félix y Alfonso. |
jueves, 19 de abril de 2012
Trek12... ?¿
Este año tenía como reto la 24Doce de Moralzarzal, en junio. Pero hace poco supe que la organización de la prueba había creado una serie de carreras del mismo formato, pero de 12 horas, a disputarse entre enero y mayo, con la emblemática prueba de Moralzarzal como fin de fiesta. Esta sí, de 24 horas o de 12. Una de estas pruebas de 12 horas, repartidas por toda España, cae en Cataluña el próximo sábado. Así que me apunté sin dudarlo hace varias semanas. He estado entrenando, mentalizándome para la prueba en solitario...
Bien, hoy jueves, estoy en casa con un resfriado de tres pares de co... narices, y tengo serias dudas de si podré ir a la carrera el sábado. Lo mejor de todo es que no había tenido ni un solo resfriado en todo el invierno, ni desde hace meses, y me ha tocado justo ahora. Es lo que se llama "una situación oportuna". O lo que comúnmente también se puede llamar "una verdadera putada".
En fin, es lo que hay. Espero recuperarme en tiempo récord a base de agua con miel y limón, vahos de eucalipto, frenadol y sesiones de cama-sauna y manta... Es sabido que nada más salir de un resfriado o una gripe (al menos a mi me pasa) vuelves a hacer deporte con más ganas y los pulmones más despejados. También influirá, claro está, la sensación de euforia y las endorfinas que vuelven a activarse después del letargo..
De todas formas, si los futbolistas pueden reponerse de un día para otro de gripes, resfriados, luxaciones o esguinces ¡no sé por qué los bikers no!
Un adelanto de la prueba
Bien, hoy jueves, estoy en casa con un resfriado de tres pares de co... narices, y tengo serias dudas de si podré ir a la carrera el sábado. Lo mejor de todo es que no había tenido ni un solo resfriado en todo el invierno, ni desde hace meses, y me ha tocado justo ahora. Es lo que se llama "una situación oportuna". O lo que comúnmente también se puede llamar "una verdadera putada".
En fin, es lo que hay. Espero recuperarme en tiempo récord a base de agua con miel y limón, vahos de eucalipto, frenadol y sesiones de cama-sauna y manta... Es sabido que nada más salir de un resfriado o una gripe (al menos a mi me pasa) vuelves a hacer deporte con más ganas y los pulmones más despejados. También influirá, claro está, la sensación de euforia y las endorfinas que vuelven a activarse después del letargo..
De todas formas, si los futbolistas pueden reponerse de un día para otro de gripes, resfriados, luxaciones o esguinces ¡no sé por qué los bikers no!
Un adelanto de la prueba
viernes, 9 de marzo de 2012
Where is the limit
Un nuevo vídeo de las aventuras y desventuras de un viaje a Madrid. ¡El primero de la temporada!
Parafraseando en tono de mofa, obviamente, al personaje Josef Ajram.
Y de Bonus para el finde, el trailer de un proyecto sobre el mejor de todos los tiempos: Steve Peat.
Parafraseando en tono de mofa, obviamente, al personaje Josef Ajram.
Y de Bonus para el finde, el trailer de un proyecto sobre el mejor de todos los tiempos: Steve Peat.
viernes, 27 de enero de 2012
El reducto
Hay tiendas para todos los gustos y necesidades del biker. Hay tiendas generalistas, especializadas, artesanales, personalizadas, grandes superficies... Y he llegado a la conclusión de que el tipo de bici determina el tipo de tienda que le conviene. Cada bici tiene su tienda, porque cada bici tiene sus necesidades. No es lo mismo buscar piezas para una moderna Lapierre que para una Klein, por poner un ejemplo. Creo que hay dos puntos diferenciales en una tienda de bicis: la experiencia y sabiduría de sus comerciales, y los productos. En lo primero, efectivamente hay muchas tiendas con buenos profesionales, expertos, conocedores de la bici y magníficos en lo suyo. Pero entre ellos, sólo unos pocos son verdaderos "cracks" y de verdad saben de mountain bike. Ellos definen su oferta y su público objetivo, y por eso orientan su negocio hacia un sector del mercado o hacia otro. Y por tanto, traen el material que mejor se ajusta a lo que quieren ofrecer.
El grupo de tiendas con algo especial es muy reducido. La mayoría son tiendas comerciales, correctas, unas más y otras menos, lo normal. Pero algunas, aunque aparentemente sean "normales" esconden a verdaderos gurús de la bici. Tipos que viven la bici y acumulan experiencia a través de años de historia. Es el caso de esta tienda: Bikeshop. Escuchar y hablar con su responsable, Alfonso, es hacer un posgrado en mountain bike y en ciclismo en general. Y eso, a pesar de que su tienda es la típica tienda de bicis de barrio, con sus bicis para niños, su gama media... pero eso es el escaparate. En la trastienda esconde verdaderas joyas, piezas incunables que pasan desapercibidas para el público general, ni falta que les hace. Ciertos detalles y bicis que destacan a los ojos de cualquiera con algo de idea sobre bicis. Casi cualquier pieza, por difícil o des-stockada que parezca, está en su poder. Por eso, dar con un "mago" como Alfonso te salva el culo de muchas situaciones, por ejemplo a la hora de rebuscar piezas sueltas para tu bici retro, o para solucionar los problemas mecánicos de los estándares modernos.
Como en anteriores entradas dedicadas a otros personajes de este mundillo, el caso de Alfonso y Bikeshop es el ejemplo de una especie en peligro de extinción. Las tiendas online son una amenaza para las tiendas de barrio, y para las tiendas de masas, en general. Pero sobre todo para los profesionales de un sector pequeño y hecho a sí mismo. Con la relativa resurrección de las bicis para uso urbano, las tiendas vuelven a recuperar cierto protagonismo en la escena. Luego están los usuarios principiantes, que siempre necesitan el apoyo de los profesionales cercanos. Pero el peligro está más en los usuarios expertos, que muchas veces preferimos el servicio y la oferta, a veces imbatible -todo hay que decirlo, de las tiendas online. Hay que seguir protegiendo el valor añadido que suponen estos reductos de sabiduría de la bici de montaña.
El grupo de tiendas con algo especial es muy reducido. La mayoría son tiendas comerciales, correctas, unas más y otras menos, lo normal. Pero algunas, aunque aparentemente sean "normales" esconden a verdaderos gurús de la bici. Tipos que viven la bici y acumulan experiencia a través de años de historia. Es el caso de esta tienda: Bikeshop. Escuchar y hablar con su responsable, Alfonso, es hacer un posgrado en mountain bike y en ciclismo en general. Y eso, a pesar de que su tienda es la típica tienda de bicis de barrio, con sus bicis para niños, su gama media... pero eso es el escaparate. En la trastienda esconde verdaderas joyas, piezas incunables que pasan desapercibidas para el público general, ni falta que les hace. Ciertos detalles y bicis que destacan a los ojos de cualquiera con algo de idea sobre bicis. Casi cualquier pieza, por difícil o des-stockada que parezca, está en su poder. Por eso, dar con un "mago" como Alfonso te salva el culo de muchas situaciones, por ejemplo a la hora de rebuscar piezas sueltas para tu bici retro, o para solucionar los problemas mecánicos de los estándares modernos.
Como en anteriores entradas dedicadas a otros personajes de este mundillo, el caso de Alfonso y Bikeshop es el ejemplo de una especie en peligro de extinción. Las tiendas online son una amenaza para las tiendas de barrio, y para las tiendas de masas, en general. Pero sobre todo para los profesionales de un sector pequeño y hecho a sí mismo. Con la relativa resurrección de las bicis para uso urbano, las tiendas vuelven a recuperar cierto protagonismo en la escena. Luego están los usuarios principiantes, que siempre necesitan el apoyo de los profesionales cercanos. Pero el peligro está más en los usuarios expertos, que muchas veces preferimos el servicio y la oferta, a veces imbatible -todo hay que decirlo, de las tiendas online. Hay que seguir protegiendo el valor añadido que suponen estos reductos de sabiduría de la bici de montaña.
martes, 24 de enero de 2012
Anarquía y milenarismo
Estos días estoy retomando una actividad típica del inicio de año: campillear. Como los miles de asiduos a este blog saben, YO tengo un campillo, hecho con sangre, sudor y lágrimas el año pasado en intensas jornadas de sol a sol y de birra a birra. Resulta gratificante tener tu propio campillo al aire libre, privado y secreto, hecho a medida. Por supuesto, cuanto más ilegal mejor. Ah, sí. Todos los que lo han probado saben de qué hablo. Esa sensación de intimidad, de recogimiento, de propiedad privada pero al mismo tiempo pública e ilegal... Esa sensación de infringir las ordenanzas municipales (o andar en un terreno alegal), esas mañanitas de abrir trazados, de pensarlos e idearlos previamente ... Hablo de CREAR ARTE, AMIGOS!!! CREAR!!! EL MILENARISMO!!!
Bien, ejem, pues resulta que ahora estoy en "esos días" de periodo en el que me apetece intercalar otras modalidades de bici, léase sacar a pasear la doble. Bajar el sillín, ropa cómoda, y a subir y bajar por los caminitos. A veces, eso sí, hay que lidiar con los simpáticos perritos y sus no menos simpáticos dueños, que campan a sus anchas y se lanzan corriento detrás de ti con la intención no precisamente de pedirte un Powerbar. Pero bueno, en el fondo yo tampoco soy un santo bajando por donde me da la gana. Lo que pasa es que entre unas cosas y otras, uno se siente un poco proscrito y delincuente por ir en bici. Circuitos ilegales, improperios de los peatones por la calle, de los conductores, y ahora también de los paseantes y domingueros. Hasta sus perros nos tocan los cojones.
Pero es que, amiguitos, cada uno tiene que buscar la forma de esquivar las argucias del Sistema. Luego se quejan de que los jóvenes son unos perdidos, pero nadie nos lo pone fácil para practicar un deporte inmensamente popular como es la bici. Bueno, claro, también es que de 100 personas que van en bici, un 20? por ciento hacen mountain bike real. Pero independientemente de eso, ¿dónde hay circuitos urbanos de BMX, dirt jump, o simples senderitos, acotados y seguros para ciclistas, donde no molestemos a nadie? Igual que hay cientos (porque hay cientos) de campos de fútbol, baloncesto, petanca y su puta madre en verso, pues quizás tendría que haber DOS o TRES recintos (indoor o outdoor, tampoco nos vamos a poner finos) para la peña que va en bici. En mi zona, hay uno, sí, de BMX semi profesional, que no es lo que busco. Hay unas rampas y un half pipe en la Marbella. Tampoco es para mi. Y ya está, no hay más. El resto son pistas profesionales de BMX en las afueras. Por eso tenemos que andar ocupando jardines, parques, mobiliario urbano, y lo que pillemos. No vamos a estar montando en bici en una piscina municipal, digo yo.
Por lo tanto, digo lo de siempre: anarquía y birra fría. Estrategia Juan Palomo: yo me lo guiso, yo me lo como. Okupa y resiste los campillos mientras puedas. Eso sí, en el fondo es mejor, no sea que en el futuro tengamos que pagar impuestos por montar en bici en un recinto. ¡¡Aaargh!! ¡¡Como vulgares jugadores de fútbol 7!!!
Bien, ejem, pues resulta que ahora estoy en "esos días" de periodo en el que me apetece intercalar otras modalidades de bici, léase sacar a pasear la doble. Bajar el sillín, ropa cómoda, y a subir y bajar por los caminitos. A veces, eso sí, hay que lidiar con los simpáticos perritos y sus no menos simpáticos dueños, que campan a sus anchas y se lanzan corriento detrás de ti con la intención no precisamente de pedirte un Powerbar. Pero bueno, en el fondo yo tampoco soy un santo bajando por donde me da la gana. Lo que pasa es que entre unas cosas y otras, uno se siente un poco proscrito y delincuente por ir en bici. Circuitos ilegales, improperios de los peatones por la calle, de los conductores, y ahora también de los paseantes y domingueros. Hasta sus perros nos tocan los cojones.
Pero es que, amiguitos, cada uno tiene que buscar la forma de esquivar las argucias del Sistema. Luego se quejan de que los jóvenes son unos perdidos, pero nadie nos lo pone fácil para practicar un deporte inmensamente popular como es la bici. Bueno, claro, también es que de 100 personas que van en bici, un 20? por ciento hacen mountain bike real. Pero independientemente de eso, ¿dónde hay circuitos urbanos de BMX, dirt jump, o simples senderitos, acotados y seguros para ciclistas, donde no molestemos a nadie? Igual que hay cientos (porque hay cientos) de campos de fútbol, baloncesto, petanca y su puta madre en verso, pues quizás tendría que haber DOS o TRES recintos (indoor o outdoor, tampoco nos vamos a poner finos) para la peña que va en bici. En mi zona, hay uno, sí, de BMX semi profesional, que no es lo que busco. Hay unas rampas y un half pipe en la Marbella. Tampoco es para mi. Y ya está, no hay más. El resto son pistas profesionales de BMX en las afueras. Por eso tenemos que andar ocupando jardines, parques, mobiliario urbano, y lo que pillemos. No vamos a estar montando en bici en una piscina municipal, digo yo.
Por lo tanto, digo lo de siempre: anarquía y birra fría. Estrategia Juan Palomo: yo me lo guiso, yo me lo como. Okupa y resiste los campillos mientras puedas. Eso sí, en el fondo es mejor, no sea que en el futuro tengamos que pagar impuestos por montar en bici en un recinto. ¡¡Aaargh!! ¡¡Como vulgares jugadores de fútbol 7!!!
miércoles, 21 de diciembre de 2011
Lo nuevo y lo viejo
En lo que llevamos de diciembre he estado ya un par de veces en Madrid. Una para el puente de la Constitución y otra por trabajo. Así que en la primera, aproveché entre otras cosas para montar en bici por los senderos de mi tierra. En esta ocasión fue un clásico que, paradójicamente, no había catado en mis 20 años de experiencia biker, y que tenía a escasos 60 km de casa. Me refiero a la zona de Hoyo de Manzanares. He hecho descensos urbanos en Hoyo, y otras muchas rutas por la zona y por la sierra, pero nunca había rodado en la tierra de Hoyo. El sitio se puso bastante de moda entre la comunidad de las ruedas gordas como residencia de invierno. Por su clima y geografía, Hoyo es agradable para montar en invierno, es soleado, el terreno es seco y poco húmedo, y tiene una red de senderos excelentes y técnicos. Justo en ese momento de auge Hoyero me fui a Barcelona, así que lo tenía como asignatura pendiente desde hace tiempo.
Ahora me he desquitado un poco. Hoyo, de la mano del guía-sherpa Félix, y con los inconmensurables Guitarra y Dani, se ha convertido en mi nuevo favourite spot de Madrid. Trialero, granítico, técnico, sinuoso, bonito. Un lugar perfecto para rodar a los pies de la sierra y a dos pasos de la gran ciudad. La única desventaja es que, una vez más, necesitas cargar la bici en el coche para dirigirte a casi cualquier sitio que merezca la pena en Madrid pero, en este caso, compensa.
Ahora me he desquitado un poco. Hoyo, de la mano del guía-sherpa Félix, y con los inconmensurables Guitarra y Dani, se ha convertido en mi nuevo favourite spot de Madrid. Trialero, granítico, técnico, sinuoso, bonito. Un lugar perfecto para rodar a los pies de la sierra y a dos pasos de la gran ciudad. La única desventaja es que, una vez más, necesitas cargar la bici en el coche para dirigirte a casi cualquier sitio que merezca la pena en Madrid pero, en este caso, compensa.
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