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jueves, 9 de enero de 2014

Estampas invernales

Las navidades en mi pueblo me han permitido pocas fiestas para la bici, como estaba previsto. El frío y sobre todo la lluvia se instalaron un buen día, y acabé por irme yo antes que los elementos. Pero en los días de sol que hubo antes pude disfrutar de unas buenas rutas sobre las carreteras semidesérticas.

En estas semanas de fondo sobre la flaca, mi nueva mejor amiga en el invierno, estoy descubriendo una forma inédita de acercarme a la bici. Más simple, pura y desprovista de ataduras. No hay que preocuparse por la presión de la horquilla ni por cómo trazar una bajada o cómo encarar una trialera. Es simple pedaleo. No hay que pensar. Ni siquiera hay que actuar por instinto o por actos reflejos, como ya hacemos sobre la montaña cuando llevamos años haciendo trialeras. Sí, la carretera exige concentración como toda actividad física, pero de una manera muy distinta a la que exige la montaña. Estás tú y tus piernas, tus pulmones y tu corazón, frente a una dura superficie de asfalto. Es muy parecido a correr, y por eso lo comparo con un entrenamiento doblemente efectivo de cara a cuando retomemos las ruedas gordas, para la mente y para el físico.



En fin, en esa especie de estado contemplativo y opiáceo en el que te sumerges con la carretera, también adquieres una perspectiva distinta del paisaje, más propio de esta estación recién estrenada (y de este año, por cierto). Estampas zen que recuerdan épocas doradas del ciclismo y carreras épicas, como las que en estas fechas ha estado emitiendo Televisión Española y Teledeporte: una muy buena decisión la de retransmitir algunas de las mejores etapas o pruebas ciclistas de 2013, como la Paris-Roubaix, la Flecha Valona o algunas etapas del Tour. Es de agradecer que la tele pública siga dedicando tantos recursos al ciclismo, igual que hace con la vela o el patinaje artístico, que son mucho más populares y practicados en nuestro país. Y cuando digo recursos me refiero a pagar la señal de retransmisión de esas carreras y pagar el sueldo a un comentarista y medio (a Perico Delgado lo cuento como autónomo). Sólo con una inversión así, audaz, arriesgada, y dedicada al segundo deporte más practicado en nuestro país, se puede contrarrestar las horas y horas de fútbol, chismorreos sobre fútbol y resúmenes de chismorreos sobre fútbol que emiten la tele pública y su canal dedicado al deporte.

No sé si estoy siendo suficientemente sarcástico...

Bueno, como no queda tanto tiempo para las primeras carreras del calendario de Clásicas, y este año las voy a seguir atentamente, aquí va un resumen de la Paris-Roubaix de 2013.


martes, 25 de junio de 2013

Roadtrip II parte


Nos habíamos quedado en mi pueblo, cuando apagué el cerebro durante un par de días. Venía de pasar unas jornadas en Calatayud y Logroño, en un comienzo de junio frío y lluvioso. Pues nada, al llegar a mi pueblo soriano, obviamente, las condiciones siguieron así. Tanto que nada más llegar a casa encendí la chimenea. Y abrí una cerveza, claro. No podía ser mejor: mes de junio, chimenea y cielos grises. El paraíso.

Estuve aletargado ese fin de semana, y el lunes ya me puse en marcha. El objetivo, después de dos días sin tocar la bici, era atacar una bonita ruta que hice hace unos meses con los colegas de Navaleno BTT. No toda la ruta entera sino un bucle con comienzo y fin en San Leonardo de Yagüe.

En tierra de Pinares.
San Leonardo, en la comarca de Pinares, es uno de los pocos municipios españoles que conservan el nombre con el que se le bautizó durante el régimen franquista. El antigüamente conocido como San Leonardo de Arganza, cambió a San Leonardo de Yagüe en honor al militar falangista Juan Yagüe, conocido como "el carnicero de Badajoz". Objetivamente no veo ningún motivo para que San Leonardo (como cualquier otro pueblo de España) lleve el apellido de militares franquistas o republicanos en sus topónimos. Una cosa es la historia, respetarla y conocerla sin ideologías ni prejuicios, y otra cosa es hacer de la historia un lastre, que ofenda a las víctimas y ensucie el presente de sus honrados habitantes, 70 años después de una guerra civil. San Leonardo debería eliminar ese apellido de su topónimo, que hace referencia a un personaje infame de la historia, y quedarse así. ¿O es que alguien se imagina que Srebrenica, en Bosnia, pasara a llamarse Srebrenica de Mladic? La historia para los libros, no en los carteles de las calles.

Aparte de la polémica, San Leonardo es un pueblo que me encanta. Y desde allí parte una ruta formidable que atraviesa el Cañón del Río Lobos. Bueno, no exactamente desde allí. Antes hay que dar una vuelta por la comarca. El caso es que para la ocasión decidí hacer uso de la bici que tengo en mi pueblo: la Sunn rígida. He de decir que a los que nos gusta el mountain bike, una rígida es como un disco de vinilo para un melómano. No existe mayor sensación de música en las piernas que con una rígida. Los surcos y el ruido de fondo pasan de la cubierta a la cadena, y de ésta al pedal. Una rígida por los senderos mullidos, limpios y puros del Cañón es como el Dark Side of the Moon de Pink Floyd o el Oxygène de Jean Michel Jarre, en un tocadiscos.
Un sendero pata negra.

Conforme iba adentrándome entre las estribaciones del Cañón, el sendero se iba haciendo más estrecho y revirado, pero conservaba un firme compacto y a la vez mullido, que era como rodar por una moqueta. Mientras tanto, buitres merodeando las lomas, un cielo gris amenazante y un espacio vacío, únicamente poblado de ruidos y murmullos del bosque. Toda una obra de rock progresivo o de música electrónica analógica, para las piernas. Una sinfonía de esencias y de flow, incrementado como un amplificador al ir montado sobre una rígida del año 96. Cientos de decibelios y miles de watios silenciosos por un tubo de acero Tange.

Y esa fue la ruta épica de esos días en mi pueblo. Otros días transcurrieron y decidí montarme un pequeño circuito en forma de pumptrack, en una chopera donde de pequeños, con 10 o 12 años, los amiguitos del pueblo montamos un pequeño circuito para nuestras bicis. En ese mismo lugar, ya casi con 40 años en las piernas, encontré divertido volver a trazar ese mismo circuito y probarlo como pista de pumptrack, entre comillas, porque era más un pasatiempo que un verdadero circuito de pumptrack, claro. Me acordaba perfectamente del trazado entre los árboles, de modo que en una mañana tuve listo el circuitillo. Tenía su gracia, pero dar 5 vueltas a fondo no era nada fácil. Pedaleo, trazar, arracar, curva, arrancar... 15 segundos de sprint por vuelta era un buen entrenamiento, así que me pasé allí unos buenos ratos de mañana y de tarde.
Recuerdos de carreras en casa (y de
cosas históricas, como la matrícula de mi
primer coche o la placa antigua de la casa)

Circuitillo entre los chopos, recuperado
25 años después...
Sí, es curioso cómo después de 25 años uno vuelve a los sitios donde era feliz con sus amigos de la infancia y con las bicicletas. Ahora, en vez de una BH iba con un bicicletón de enduro, pero en el fondo eran esas mismas sensaciones de libertad, naturaleza e ingenuidad que en esos años. Ese circuitillo, pequeño y ridículo como el circuito del Jarama visto en el año 2013, era en aquellos años el epicentro del mundo, y el origen de una serie de cosas que fueron surgiendo con el paso del tiempo: una forma de ver la vida sobre dos ruedas gordas.


jueves, 15 de noviembre de 2012

Top 5 Rutas

La lista de hoy son las cinco mejores rutas que he probado. Rutas con predominio del sendero, el bosque y el enduro, aunque no exclusivamente enduro. Hay muchas más zonas, senderos y rutas memorables, en Les Gets, Morzine, Calatayud, los Monegros o Almería, pero por simplificar en un listado con un poco de distintos lugares por donde he montado, estos son los que salen.

1. Sunnega-Täsch-Zermatt, Suiza
Se lleva la medalla de oro esta ruta memorable, que parte de la cota 2.200 del Sunnega (Zermatt) y recorre las faldas de una montaña alpina durante unos 12 km casi sin perder altura, a través de un singletrack colgado de las alturas. El singletrack perfecto. Después, a partir del pueblo de Täsch, la ruta se adentra en una zona de denso bosque y veritiginosos senderos, y se vuelve a Zermatt siguiendo otro pedazo de sendero paralelo al tren cremallera, más técnico y rocoso. Todo esto teniendo al Matterhorn, ese icono de las montañas, a la vista durante 4 o 5 horas. Por panorámica, simplicidad de líneas y mezcla entre sencillez, rotundidad y técnica, esta es la mejor ruta que he podido hacer en más de 20 años de MTB, sin ninguna duda.

2. Ruta Bajo Peñas, Aínsa (Huesca)
La excelente red de rutas que ofrece Aínsa a través de su CentroBTT Zona Zero es casi interminable. La primera que hicimos hace dos años fue esta, y quizás por eso también es la que recuerdo con más cariño, por la cantidad de sorpresas y novedades que nos encontramos. Hacer una ruta así la primera vez que llegas a una zona inédita en el pirineo de Huesca, tiene muchas posibilidades de convertirse en épica, y esta lo fue. Senderos larguísimos, bosques, paisajes variados y un final apoteósico nos hizo admirar desde el principio esta comarca, que se coloca en un merecido segundo puesto, también reconociendo el compromiso y entusiasmo de sus riders locales. Desde entonces, Aínsa se ha convertido en un destino obligatorio cada año.


3. Alcubilla-Río Lobos, Soria
Qué puedo decir... La travesía "Mi pueblo-Cañón del Río Lobos" es un clásico que organizo cada año para los colegas, y una ruta de extraordinaria belleza, diversión y disfrute. La Paris-Roubaix del MTB, para nosotros. Una ruta clásica de cross country por parajes semidespoblados, de verdadera naturaleza campestre y rural, que desemboca en uno de los rincones de Castilla y León más interesantes, donde sólo habitan los buitres leonados. Historia, geología, flora y fauna en una ruta para disfrutar de la bici en estado puro, y de un silencio que sólo se puede escuchar igual en las tierras de Castilla. Medalla de plata claramente.


4. La Molina 2500-Alp, Cataluña
Las rutas y senderos fuera de los mapas suelen ser un atractivo adicional, por lo que tienen de clandestino. Ha habido unos cuantos de este tipo a lo largo de los años, pero quizás el de La Molina a Alp, que conocí por vez primera en un descenso avalancha, es el que más nos ha gustado y nos ha hecho repetir más veces. Dentro del concepto Bike Park, como es el de La Molina, existen puntos a favor y en contra para el uso de la bici. En los Alpes franceses, por ejemplo, la cantidad de senderos fuera de pista es considerable y de altísima calidad, por lo que perfectamente se puede disfrutar de un bike park con una bici no de descenso, sin bajar por las pistas específicas de DH. De hecho, la evolución del concepto enduro (y de los propios parks) cada vez hace más aptas las bicis para entornos de alta montaña y remontes. Así que, por barrer para casa, el descenso desde la cota 2.500 del Bike Park La Molina hasta el pueblo de Alp se gana un lugar en el top 5. Por ser uno de los más largos y sin embargo accesibles (apto para cualquiera), y también bonitos y completos.

5. Travesía Cercedilla-Segovia, Madrid/Segovia
Otro de los lugares especiales para la bici que he podido probar es, como no podía ser de otra manera, la Sierra de Madrid. Y dentro de ésta, existen innumerables recorridos (el Descenso 2000 de Los Leones, la ruta de Cueva Valiente, las de Cercedilla, la Tubería, el Ortiz...) Pero si tengo que escoger uno, dentro del concepto de Ruta de larga distancia, me quedo con la travesía de Cercedilla hasta Segovia, cruzando la sierra de Guadarrama. Especialmente si es en otoño, los paisajes y las vistas son excelentes, y tras coronar la carretera de la república nos adentraremos en un frondoso bosque lleno de senderos, rincones y riachuelos que nos conducirán casi hasta las puertas de Segovia. Una ruta entre dos mundos: el que simboliza una megaurbe como Madrid (las torres al fondo) y una tranquila y noble ciudad de provincia como es Segovia. En medio, uno de los bosques más bonitos de la cordillera central.



viernes, 9 de noviembre de 2012

En la Tierra Media

En mi último viaje a la Tierra Media junto a mi compañera, quisimos explorar de nuevo el territorio de la Laguna Oscura, un remoto paraje de las Tierras Altas de Rohan en el que según la leyenda habitan seres mágicos. Antiguamente este territorio estaba oculto bajo el hielo de los glaciares, y también estuvo poblado por animales fantásticos como lobos y dientes de sable. Ahora, siglos después, el lugar es un paraje de montañas abruptas, frío viento y bosques inmensos que en otoño se pueblan de hojas amarillas y tonos mostaza.


Las Tierras Altas de Rohan y la Laguna Oscura son paisajes mágicos para los medianos y sus habitantes, llamados así mismos numantinos. Son una raza de humanos fuertes y duros, de estatura corta pero muy voluntariosos, habituados a un clima extremo de inviernos fríos. También habitan esa tierra los elfos y algunas familias de enanos. Al otro lado de las montañas se ocultan los ejércitos de los orcos, dominados por el Señor Oscuro.














La Laguna Oscura es una puerta de entrada al territorio del Señor Oscuro, y hasta allí quisimos llegar mi compañera y yo: hasta la Puerta Negra, el llamado Pico Turbión. El límite de la Tierra Media y la frontera con el reino del temido Señor Oscuro. Más veces habíamos intentado atravesar la frontera y nos fue imposible. Así que esta vez tenía que ser la definitiva, pero una terrible ventisca nos lo impidió. Más arriba de la Laguna Oscura todo era viento y niebla, y el páramo de montaña pantanoso se había convertido en una trampa. Ni la magia del conjuro Gore-Texum nos libró de las inclemencias. Nuestra misión era depositar la bandera roja de nuestra Comunidad del Castillo en en la Puerta Negra. Pero las fuerzas del Señor Oscuro son muy poderosas. Es el señor del viento y el frío, y los utilizó en nuestra contra para hacernos fracasar en nuestro objetivo.

Así que mi compañera y yo volvimos a nuestra aldea, contentos por haber llegado al territorio de las Tierras Altas y haber vuelto sanos y salvos a nuestra comunidad. Ávidos de nuevas aventuras la próxima vez que volvamos a las Tierras Altas de la Tierra Media.


lunes, 30 de julio de 2012

Soria, Siberia y el Doctor Zhivago

Si existe un sitio al que por más veces que vayas no te cansas, ese es el Cañón del Río Lobos. En general toda la provincia de Soria, aunque yo no puedo ser objetivo porque me delatan mis raíces. El caso es que diremos esto en voz baja para que no corra el bocaoreja, no sea que estos rincones se masifiquen y se conviertan en una romería de domingueros, atraídos por una estampa bucólica a dos horas de la gran ciudad. Nota para los que escriben y leen el Lonely Planet: no leáis a partir de este punto. Aquí no hay nada que ver, iros a Toledo o a Segovia a comer cochinillo en Cándido.

Lo cierto es que este es el eterno dilema del turismo sostenible: atraer a la gente a destinos y rincones fantásticos, de manera que su impacto no erosione el entorno. Esto es lo deseable, lo ideal. Un turismo respetuoso y armónico, en proporción al desarrollo de la zona; así ambos se benefician y pueden crecer conjuntamente, si se tercia lo de crecer, claro. Que crecer por crecer a lo bobo, termina cansando...

En esta parte del mundo, Soria, hay mucho que ver y mucho que hacer, pero pocos habitantes y pocos recursos. Para ser (escrupulosamente) políticamente incorrectos se podría decir que los recursos se los llevaron otros -o los expoliaron- a lo largo de los años, y que la gente se fue donde colocaron esos recursos. El de Castilla siempre ha sido el verdadero expolio, y no el que dicen de Cataluña. El resultado: una tierra de emigrantes que se ha quedado despoblada. Una tierra rica, con la mayor masa forestal de España, que se ha quedado infraexplotada -o manejada por unos pocos-, y una tierra que por todo lo anterior, importa a muy pocos y no recibe ni atención ni infraestructuras. Soria es la única capital de provincia en España que no está unida por autovía, y casi tampoco por ferrocarril. Pero lejos de lloriquear, como hacen otros, los sorianos son duros y tiran adelante con lo que tienen, que no es poco. Así han logrado crear una especie de reserva espiritual de Occidente, como decía aquel payaso, que sólo conocemos y valoramos unos pocos, en voz bajita, y que nos reconocemos enseguida. Vino, setas, trufas, bosques, románico, antiguos glaciares... son solo algunas de las exportaciones de Soria para paladares que saben apreciar lo bueno y lo auténtico.

Por eso, cualquier iniciativa de desarrollo en esta especie de región de las Galias es digna de elogio, admiración y apoyo. Como la de los amigos de Navaleno, que conocí en el curso de la EEMTB de este año y que han montado una empresa basada en el modelo de Centros BTT en esta pequeña localidad a los pies de la sierra. Así que en esta excursión de fin de semana a mi tierra decidí visitarles y de paso descubrir el entorno biker de la zona, que era prometedor. Y vaya si lo fue. Una preciosa ruta en compañía de 14 bikers locales nos llevó hasta el Cañón del Río Lobos por una vía que no había hecho nunca y que me pareció extraordinaria. De allí, pasamos por San Leonardo y Casarejos estribando la comarca, y haciendo parte de la vía -abandonada- de tren que abastecía de madera la enorme fábrica Norma, de San Leonardo -hoy casi muerta, antaño un centro maderero de primer orden-.

Curiosamente, en esa vía se rodó parte de la peli Doctor Zhivago. Soria y Siberia quizás no sean tan diferentes entre sí, al fin y al cabo. Y no lo digo por el frío.

Por cierto, el próximo 11 de agosto los amigos de Navaleno BTT organizan una interesantísima prueba no competitiva en un circuito precioso entre pinares. ¡Seguro que nos veremos más veces, chavales!

La crónica seria de la ruta, aqui.





jueves, 17 de noviembre de 2011

Proyectos


El otoño prometía ser "caliente" en cuanto a actividades, digamos, laborales. Y no está defraudando. A algunos cambios y reubicaciones en mi actual trabajo (para mejor, afortunadamente), hay que añadir algunos interesantes proyectos "extraescolares", como es el de la EEMTB, la Escuela Española de Mountain Bike, de la cual formo parte y en la que obtuve el título de monitor y guía de MTB. Ahora estamos trabajando con ellos desarrollando la web y la nueva línea de comunicación en un bonito proyecto que empieza prácticamente desde cero, si bien la escuela lleva funcionando desde 1998.

Eso, empezar un proyecto "desde cero" es casi lo más excitante de un trabajo y de una aventura como esta. Lo cual me lleva al siguiente Gran Proyecto en el que estoy ya casi sumergido, a punto de hacer "chafúm": la fabricación de cerveza artesanal. Efectivamente, amigos. Con la ayuda de Dios y del Congreso, espero algún día convertirme en un flamante microproductor de cerveza, conquistar el mercado de Alcoba de la Torre, fundar una asociación de amigos de mi birra, ponerme pedo con mi propio mejunje, y por fin dominar el mundo.

Lo que quiero decir es que... con la que está cayendo ahí fuera, la única forma de mantener la cabeza despejada es tenerla ocupada con proyectos. Y eso hago. No sin antes hacer una recomendación a la descabellada audiencia de este blog. No quisiera pasar la oportunidad para hacer propaganda electoral y decir: Vota útil. Vota Bob Esponja.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Rutones Verbeneros III

Hello! Aqui, la nueva superproducción del Team.
Perfecto para inaugurar esta nueva plataforma web de Sierra Commmmmm...

lunes, 18 de enero de 2010

La bici del abuelo


Mi abuelo utilizaba esta bici para ir de pueblo en pueblo tocando con la orquesta Los Marines. Ahora voy a restaurarla, con los 40 o 50 años que tendrá. Cuando era pequeño, esta bici me parecía un tanque. Enorme, pesada, dura como una piedra. Un verdadero hierro, y además intocable, ya que mi abuelo la cuidaba como a un hijo. Y ahora la veo en la terraza de casa, rescatada del pajar del pueblo donde ha estado los últimos 10 años. La veo frágil, oxidada y en las últimas. Un gigante herido, un viejo esperando a la muerte, pensando en los días gloriosos en los que era brillante, cromada y resplandecía por los pueblos.

Pero no ha llegado su hora aún. Esta bici va a volver a rodar por los caminos y tendrá una segunda o tercera madurez. Es hora de rescatar su orgulloso porte y devolverle la dignidad que tienen las grandes leyendas. Seguro que a mi abuelo le gustará verla desde el lugar donde está.

Comienza el proyecto de la memoria histórica "RetroBike 2010".

martes, 7 de julio de 2009

Hoya de San Blas revisited

Después de una semana en el dique seco por culpa de una buena hostia y por las fiestas de San Juan en Soria, volvía a la acción. Hace dos sábados, ya al final de la ruta - extraordinariamente buena-, perdí el pie subiendo una trialera y casi me clavé el manillar en el pecho. Tuve la sensación de que me rompía el esternón, aunque afortunadamente no fue nada, después de que me revisaran en el centro de salud.

El golpe me dolió toda la semana siguiente. Casi no podía darme la vuelta en la cama, así que no habría podido montar aunque hubiera querido. Pero como ya tenía pensado ir a los San Juanes, me perdí la salida del sábado y aproveché para recuperarme.

Y el fin de semana pasado tocaba boda en Madrid. Aprovechando la coyuntura, pude llevarme la bici y salir a hacer algo el sábado por la mañana, justo antes de la boda. Así que nos reunimos con el Team y con Félix para volver a la Hoya de San Blas, donde habíamos estado en septiembre pasado. Esta vez, la ruta era la misma prácticamente, pero con la salvedad de que incluía una rica variante llamada "Motojet": un singletrack de bajada ultrarrápido, entre bosque. Igual que la mítica persecución con motojets de El Imperio Contraataca entre el bosque de los ewoks.

Divertidísima y durilla ruta por la gran Sierra, que siempre nos ofrece los mejores senderos, a pesar de la triste noticia del cierre del camino Smidt.

happy trails

jueves, 28 de mayo de 2009

Ruta de los Cromagnones o La Rupestre




Creo que voy a dar por inaugurada una nueva competición-ruta anual, que con el tiempo espero que se convierta en tan famosa y popular como la Cabrerés, los Monegros o la Pingüinos... Efectivamente, la ruta desde mi pueblo hasta el Cañón del Rio Lobos, en Soria, será considerada una ruta comparable al Camino de Santiago o al Paris Dakar, y los corredores más pros se darán de hostias por disputarla, cobertura en TV, revistas especializadas, sponsors...

Bueno, en realidad creo que no me gustaría esta mierda. No vaya a ser que todo el mundo conozca estos rincones y nos invada la horda de globeros. En vez de eso, prefiero invitar a mis amigos y pasar un fin de semana de putísima madre en mi casa, hacernos una ruta cañera, y al terminar darnos un buen homenaje de comida y bebida.

Lo que sí haré es convocar el año que viene otra vez esta ruta, pero como en el Downtown de Lisboa: por invitación. De hecho, el año pasado ya fuimos unos cuantos: Fernando, Lolo, Rober, gente de Calata... Este año Willy, Vico, Félix y Luis. El año que viene ya tengo unos cuantos candidatos, unos repetirán, otros no, y otros serán nuevos. ¡La III Rupestre está en marcha!

martes, 14 de abril de 2009

El mapa del tiempo

Todos sabemos que la primavera es una estación jodidamente traicionera. Puede amanecer despejado y en dos horas empezar a llover a muerte, o bien que bajen las temperaturas por un frente polar que te deja tieso, o hacer un sol implacable como en pleno mes de julio. La primavera es así, y en los tiempos del cambio climático, todavía más.

Por eso, el pasado viernes día 10 de abril, Viernes Santo, vi cómo caían copos de nieve del tamaño de un huevo frito, en mi pueblo. Y dos días después, estaba en mangas de camisa (casi) montando en bici bajo un sol radiante, aunque a 10 o 12 grados. Vamos, que no se sabe con lo que te vas a encontrar.

Para evitar esto en parte, existe la predicción meteorológica. El hombre o la mujer del tiempo. Pero hacer caso a las predicciones de la tele, la radio o los periódicos es perder el tiempo. NO DAN UNA.

Las predicciones del tiempo están basadas en fórmulas, algoritmos y patrones matemáticos, y hay numerosos modelos. Los buenos no los utilizan los civiles. Efectivamente, habéis acertado. Los buenos son los que usan los militares.

Estos enlaces son mapas de predicción basados en modelos que utiliza la marina y la aviación norteamericanas. Y sólo ellos predijeron que el viernes nevaría en mi pueblo, y no el Florenci Rey de turno. Son dos buenas herramientas para predecir (no asegurar) qué tiempo va a hacer esta primavera. Son un poco complejos de utilizar, pero con un poco de tiempo se pueden averiguar muchas variables: temperatura, humedad, viento, etc. Y casi siempre aciertan.

FNMOC WXMAP
GFS Europa - Modelo de predicción numérica

martes, 25 de marzo de 2008

EIPHA


Ya está en las tiendas de bicis de gran parte de España el número 19 de la revista gratuita Wallride, donde escribo un articulito muy majo titulado "Preparando la caza". Es uno de los mejores artículos que he leido nunca sobre mountain bike, por cierto. Más que los de Xavi Fané, Espinoza o cualquier otro cantamañanas.

Es broma.

Por otro lado, hay varias cosas que están cociéndose en la Olla de los Sueños (versión ibérica del Teatro de los Sueños de Old Trafford). Estos días de semana santa he estado trabajando en una entrevista al insigne Tom Ritchey, y en el proyecto del Transition Freeride Festival. Pronto se verán los resultados de otro magnífico trabajo de la factoría Jandemor. Como hacía un mal tiempo de cojones he encerrado a la bici en la jaula, y ahora está hambrienta cual jodido lobo en la estepa siberiana.

Pero ya han llegado las oscuras golondrinas en el balcón sus nidos a colgar, y con ellas una serpiente negra que se comerá sus huevos y dejará golondrinas y golondrinos huérfanos, mientras ella campa a sus anchas por el bosque buscando otras presas que desmenuzar entre sus dientes. Efectivamente, ya es primavera en los almacenes Arias, y todos sabemos lo que significa la primavera: faldas cortas. A los que os gusta travestiros os encanta la primavera, pero a los que montamos en bici la primavera también es El Inicio de la Parte más Hardcore del Año (EIPHA), es decir, cuando más montamos y cuando más castigamos al cuerpo con rutas salvajes y birras heladas. Es un festival que dura hasta que dura dura, como dice el señor Marín.

En fin, que vuelve la Black Mamba!!!

Wallride Mag

martes, 16 de octubre de 2007

Épico



Este puente del Pilar ha sido hardcore. Primero, el concierto de Héroes en Zaragoza el día 10 (tremendo), y luego desde allí a mi pueblo, epicentro del mountain bike mundial. Un fin de semana con acento maño, por otra parte, porque convoqué a seis colegas de Calatayud para hacer una ruta el sábado. El triángulo Barcelona-Calatayud-Alcubilla sigue hiperactivo.

Además, vino mi primo zamorano, que también le da a los pedales, y nos echamos unas rutas bien ricas. El viernes 50 km por el monte, pistas y senderos muy bonitos que yo no conocía del todo. La ruta era inédita y nos gustó especialmente. Desde el pueblo hasta Langa, donde nos tiramos unas birras en una terraza al sol, como lagartos. La vuelta costó un poco, pero cuando llegamos teníamos más hambre que el perro del afilador, y nos metimos p'al cuerpo medio kilo de tallarines, ideales para lo que nos esperaba el día siguiente. Terminamos de comer a las 7 de la tarde, y luego la sobremesa duró hasta que nos fuimos al sobre.

Amanecimos el sábado con otro día radiante y fresco. Sol pero fresco, de esas mañanas con un buen rocío en los caminos. Vinieron los de Calata a las 10, y salimos los 8 individuos con dirección al cañón del Río Lobos. La ruta prometía. Primeros kilómetros de rodaje y calentamiento. Luego la cosa se empezó a animar, al pasar el mirador del Portillo, ya en el Parque Natural. Vistas impresionantes y primeros amagos de cansancio entre la concurrencia. Fotos, risas, jiji jojo, y a seguir. Bajada final hasta el Puente de los Siete Ojos, impresionante y muy rápida. Y final clásico por el cañón, con bastantes peatones pero con las mejores estampas del día. La mejor época sin duda para ver el cañón.

Evidentemente, llegamos al final de la ruta jodidos pero contentos. Con 54 km en las piernas a través de las montañas. Pero como estaba planeado que fuera así, el final de la ruta coincidía con el restaurante El Cañón, otro clásico de la zona. Ser diseñador de la ruta tiene esa responsabilidad, pero cuando sale bien la satisfacción es doble. Corrieron las cervezas, volaron los platos de cordero (o más bien oveja), se esfumaron las botellas de vino y gaseosa... en fin, el típico banquete de después de una ruta épica. Luego seguimos con las celebraciones hasta la noche.

Resultado: un puente espectacular, en pleno otoño, con buenos colegas y buenos productos de la tierra. ¡Qué bien se lo pasa la muchachada y qué bien nos trata la madre tierra!

happy trails