Mostrando entradas con la etiqueta cooperación. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta cooperación. Mostrar todas las entradas

miércoles, 5 de junio de 2013

El día del planeta

Los que amamos la naturaleza no necesitamos que exista un día como hoy para tener presente, cuidar, respetar y enseñar a que otros respeten al medio ambiente. Hoy, Día Mundial del Medio Ambiente, todos se ponen el lacito verde, la etiqueta "eco" y hacen pomposas declaraciones de lo ecológicos que son. Empresas, gobiernos, ciudadanos y todo cristo. Tener actitudes "ecológicas" o ser "ecologista" hace años era cosa de hippies, oenegeros y gente de poca importancia. Los típicos brasas de chapita en el chaleco, barbudos ellos y de pelo largo y desaliñado, ellas. Ser ecologista era ser poco menos que un cutre y un fumeta, vamos. Ahora la globalización ha convertido en ecologistas a cualquier estrella de cine, futbolista, político o tertuliano. No digo que eso esté mal. Siempre es bueno que existan figuras públicas que presten su imagen a campañas sociales o medioambientales, y que se lo crean, como por ejemplo Leonardo di Caprio, que es un ecologista convencido y siempre apoya campañas dando ejemplo en su vida diaria. Lo que pasa es que esto no es lo habitual. Lo normal es que este tipo de campañas con prescriptores se queden en meras estrategias de marketing, en fotos para la galería. Con lo cual, una actitud ecologista, que por definición busca el equilibrio del impacto del ser humano en la naturaleza, minimizar su huella, etc, se convierte en un instrumento más de consumo. Cuando lo que dice el ecologismo, entre otras cosas, es "empieza por consumir menos, y luego ya hablamos de otras cosas".

En esta trampa caemos todos, tampoco nos engañemos. Yo el primero. Y esto no es más que una reflexión de cómo funcionan las cosas. El "Día mundial del medio ambiente" no es más que otro de esos productos de consumo, como el día de San Valentín o el Día de la Madre. Que sí, que está bien que al menos durante un día del año las flores, los corazoncitos o las madres sean los protagonistas. Pero pasarse de celebraciones, hacer de este tipo de días una especie de acto público de exaltación y enaltecimiento de lo importante que es el tema que toque, y sobre todo venderlo, sobarlo, pisotearlo en los medios, convierte una idea y un concepto intangible en un producto más en las estanterías del comercio global. Es decir, lo convierte en una mierda enlatada.

Para mi, todos los días son del Medio Ambiente, de los animales en peligro de extinción, de la pesca sostenible, de los bosques tropicales, de las dehesas, del monte, la montaña, los ríos y los jardines. Y para poner en práctica lo que hoy predicarán unos y otros, lo único que hay que hacer es una cosa muy sencilla pero muy complicada: cambiar de mentalidad y verse a uno mismo como un microbio más dentro del gran ecosistema interconectado que es el planeta.

Para todos, Feliz Día del Planeta.

jueves, 23 de mayo de 2013

Las bicicletas son para los europeos

Luego nos quejamos, pero los países que más kilómetros hacen al año en bici (sus habitantes, se entiende) no son aquellos donde hace mejor tiempo o hay menos coches. Es justo al revés. Según un estudio de la Asociación Europea de "Accounting" (algo así como auditoría), los españoles sólo recorren 20 km al año en bici, por persona. El país de la UE que menos usa la bici, en el país probablemente con más días de sol al año. En cambio, los que más recorren kilómetros en dos ruedas son los... ¡daneses! con más de 900km por habitante. 

Estas cifras no hacen sino alertar de dos cosas: una, ¿que los españoles somos unos vagos? No, no es tan sencillo. Pero es evidente que algo pasa con nosotros. Y dos, que las bicis no se llevan bien con los países mediterráneos.

No es sólo una cuestión de usar más la bici. No es que la gente odie hacer ejercicio en este país. Los gimnasios están llenos y los parques de gente corriendo, también. La gente se ve casi obligada a utilizar el coche para moverse porque las ciudades y los centros de trabajo están mal planteados. Si se facilitara el trabajo desde casa, por ejemplo, no habría necesidad de desplazamiento para mucha gente. Si se ampliara la cobertura ferroviaria en lugar de recortarla porque es deficitaria, se ganaría en eficiencia de transporte. Y si la organización de las ciudades fuese más abierta con el transporte público y privado de bicicletas, seguramente se reducirían los problemas de tráfico, de contaminación y de salud. No creo que existan muchas medidas que generen efectos sostenibles en estos tres ámbitos, aparte de la bici.
La cuestión, por tanto, es de mentalización ciudadana y de responsabilidad pública.

En algunas ciudades europeas ya ha saltado la alarma hace tiempo. Los problemas de movilidad y transporte tienen colapsados a ciudades como Bruselas, donde el tema se refleja en este estupendo documental. Y las iniciativas de la Unión Europea a través del programa CIVITAS están incentivando el uso de la bici en las ciudades medias y grandes. Sin ir más lejos, este mes de mayo se ha repetido una iniciativa, la European Cycling Challenge, para que ciudades como Dublin, Utrecht, Londres oeste, Lille, Bolonia o Padua, compitan entre ellas amistosamente por ver cuál es la que más kilómetros hace en bici. 

 ¿Hay alguna ciudad española en esta campaña? No. ¿Alguien ha oído algo de esto en España? Yo tampoco.


miércoles, 22 de febrero de 2012

Descensos urbanos... para los pobres

Desde hace unos años se disputa lo que ya se ha convertido en un clásico de los descensos de pretemporada en el calendario internacional: el descenso urbano de Valparaíso, Chile. Han dado la vuelta a YouTube los vídeos del eslovaco Filip Polc bajando a toda pastilla por las estrechas calles y los enormes saltos del circuito de Valparaíso. Acaba de disputarse la edición 2012, que ha ganado el chileno Mauricio Acuña. Aqui la edición 2011 y la cámara subjetiva de Antonio Leiva:



Descensos urbanos hay en muchas ciudades como el pionero de Lisboa, en Santos (Brasil), Guayaquil (Ecuador), el mismo Rio de Janeiro; Medellín, Manizales (Colombia), etc. ¿Veis alguna característica en común?

Con la excepción de Lisboa, se trata de países de Sudamérica, en desarrollo, con clima tropical o en verano austral en estas fechas, y en los que un evento así supone un acontecimiento mediático y popular importante. De esta forma, los pilotos que compiten en la copa del mundo de DH entrenan la pretemporada y se lo pasan bien en países exóticos y baratos para los organizadores del evento. Y lo más importante: que los pilotos locales se ponen las pilas y dan lo máximo de sí mismos para batir a las estrellas del descenso internacional. ¡Y lo consiguen! Si no, ved el vídeo del descenso urbano de Santos para escuchar a Greg Minaar o Cedric Gracia su respeto hacia los pilotos locales.

Por eso, más allá de llevar la bicicleta de descenso a los países pobres o en auge -en lo que hay una clara estrategia de marketing-, organizar pruebas internacionales para que los "pros" luzcan palmito como estrellas me parece bastante injusto. Es como organizar carreras promocionales de Formula 1 en un país con pilotos locales, y luego no dejarles participar en el mundial. No deja de ser un espectáculo y un entretenimiento para la gente, y para los practicantes del MTB -que los hay, y muchos- en estos países. Pero también es ponerles un trozo del primer mundo ante sus narices para después desmontar el tinglado y marcharse con el circo a otro lado. Excepto, claro, cuando un local como el chileno Acuña gana a las estrellas.

martes, 17 de enero de 2012

Post de reflexión



Leyendo el otro día al lúcido y gran Bauman en La Contra, me vienen a la cabeza varias ideas que ya han aparecido por aqui anteriormente. "La única certeza que tenemos hoy en día es la incertidumbre", es el titular de la entrevista. La realidad, tal como la conocemos, ya no es más que un conjunto de realidades que dependen de cómo las percibe cada uno. No hay nada permanente ni duradero, todo es a corto plazo: los trabajos, las relaciones, el futuro. El consumo rápido crea personas-objetos de consumo, para todas las circunstancias. No existen verdades inmutables ni certezas: ni religión, ni política, ni ciencia. Lo único que salva Bauman del futuro incierto y del ser humano en una situación impredecible son dos cosas: el destino de cada uno y el carácter. Lo primero es lo que nos viene más o menos dado. Lo segundo es el espíritu de cada uno, que busca su propio futuro.

Relacionado con esto, hoy he escuchado a un tipo hablar sobre los movimientos sociales antiglobalización. Aparte de caer en los típicos argumentos que se suelen escuchar en este tipo de entornos, y de hacer una lectura muy particular de la historia del capitalismo y de la economía (y eso que era economista, o licenciado), decía una cosa que me ha dado pie a las siguientes reflexiones.

Explicaba que los movimientos sociales (agrupando en ellos al sindicalismo moderno y a los movimientos antimilitarista, ecologista y feminista, principalmente, que se desarrollaron desde los años 60), llegaron a un punto hacia los años 80, en pleno auge de la primera oleada neoliberal, en que se condensaron en una gran plataforma alternativa al sistema: el movimiento antisistema (o antiglobalización). Fruto de él han sido los foros sociales mundial (Porto Alegre, Nairobi, Génova, Dakar, Caracas, etc). Su base ideológica: una respuesta de la sociedad civil hacia el capitalismo globalizado neoliberal. La crítica desde el Sistema hacia este movimiento es que no hacen ninguna propuesta. Y su respuesta es: no es tan importante la propuesta sino identificar el problema

Pasadas las primeras oleadas neoliberal y la respuesta antiglobalización de los 90, el capitalismo ha vuelto a contraatacar. La última crisis financiera y la ofensiva de recortes sociales al Estado del bienestar están rediseñando el panorama socioeconómico del mundo: actores transnacionales, nuevos y descentralizados. La respuesta ante ese contraataque ha sido el 15-M. Los Indignados, como así los conocen ya en Italia, Francia, Europa entera, desde aquellos ciudadanos que se reunieron en la Puerta del Sol en primavera del año pasado. La lectura que hacía esta persona, ligada al movimiento del foro social, de este panorama de movimientos y cambios sociales evidentes, era también particular. En su opinión, no acababa de ver la conexión entre los Antiglobalización y lo que está siendo el 15-M y los Indignados. Para mi, la relación está clara.

Lo que un día fue un movimiento global, anticapitalista (el más importante quizás, desde las Internacionales socialistas), ha evolucionado en un grado más local, concreto y a pie de calle. La segunda oleada neoliberal, de la primera década del siglo XXI, ha sido quizás más profunda y radical, al no existir ya ningún bloque ideológico de contrapeso. Quizás por eso se ha generalizado el impacto social y con ello el malestar. No ya hacia el Sistema, que en estos 10 años ha intoxicado a casi todos los ámbitos y se ha convertido en algo totalmente difuso y etéreo, como un organismo en cloud. Sobre todo se ha generado malestar hacia la política y la forma clásica de organización social. 

Conclusión: el Contrato Social actual, aquello que todos hemos firmado tácitamente (el trabajo, el capital, la delegación de la soberanía en el Estado, etc), ha expirado. Era un contrato firmado en los cimientos de la revolución francesa, y ya es papel podrido. El socialismo intentó romperlo, pero fracasó. El problema es que nadie sabe muy bien qué lo va a sustituir, si es que lo va a sustituir algo nuevo. Y volviendo a Bauman y su teoría del Estado líquido "todo es impredecible". El estado cada vez se asemeja más a una empresa, no se sabe bien dónde empieza y dónde acaba; y los movimientos sociales que este año han barrido buena parte de Occidente y de los países árabes-mediterráneos, no se sabe bien hacia dónde van, qué pretenden o cómo quieren cambiar las cosas. Pero al menos están aqui. La alternativa, de no haber existido, quién sabe cómo de nefasta sería.

jueves, 21 de julio de 2011

Una bici cambiará el mundo


Propongo que, ahora que estamos en pleno verano, los políticos se vayan todos de vacaciones a hacerse una lobotomía forzada. De esta forma, quizás con un poco de suerte volverían en septiembre con un cerebro renovado y con capacidad suficiente para decir más de dos frases coherentes. ¿Y qué hacemos en este país durante el verano sin fútbol y sin políticos? Muy fácil: sustituirlos por los tertulianos de Sálvame. En vez de hablar de si uno le ha puesto los cuernos al otro, o de que fulano le dijo a mengano que era una persona non grata, que cambien el sujeto "Ortega Cano", por decir alguien, por "Zapatero"; "Ana Obregón" por Dolores de Cospedal; y "Falete" por Mariano Rajoy. Y listo. Ya tenemos debate político de calidad para todo el verano: entretiene, divierte y genera conversación de terraza y sombrilla.

Para el caso, la política en este país se reduce a eso: hablar de chismorreos. Lo mismo da escuchar el discurso de José Blanco que el de Kiko Matamoros. Y no nos engañemos: es mucho más divertido oir barbaridades de un profesional del medio como Matamoros, que de un pobrecito hablador como Pepe Blanco.

El nivel de desarrollo de un país debería medirse por dos indicadores: el índice de circo mediático que hay en sus televisiones y el índice de bicis por habitante. Leía el otro día el amplio reportaje de Borja Echevarría en El País: Revolución ciclista, en el que analiza -ahora ya dejando de lado las ironías- que la bicicleta se está convirtiendo en un reflejo del nivel de felicidad/desarrollo de un país. La forma en que el ciudadano se relaciona con el espacio en la ciudad está cambiando. Como está cambiando el papel del mismo ciudadano en relación a las instituciones, al gobierno, al poder, a la política, a los medios. Estamos frente a una revolución, no frente a una crisis. Superar una crisis supone volver después a un punto inicial parecido al original. En este caso, las cosas no volverán a ser como antes. Para bien o para mal. Por eso estamos en una Revolución. Y el vehículo de esta revolución bien puede ser un vehículo sencillo pero acorde a la nueva sociedad.

Nuestra sociedad en estos momentos es "impredecible y vertiginosamente cambiante". Descentralizada, con el papel del Estado en entredicho, con una clase política y pública en franca decadencia, el individuo se convierte en el centro del mundo, en protagonista de su propia Historia. Vuelven a cuestionarse las cosas que se cuestionaron en la época de la pre-Revolución Francesa (¿es el Estado el garante de nuestros derechos, tenemos libertad de elección, somos todos iguales?). Como somos protagonistas y dueños de nuestro destino, ¿por qué dejarlo en manos de los políticos? ¿Por qué dejarlo en manos de los poderes fácticos?

Curiosamente, aunque cada vez hay más máquinas, cada vez más buscamos más el beneficio individual en ellas, no el del progreso científico, por ejemplo. No se inventan aparatos para hacer que los ciegos vean o los sordos oigan. Se inventa el iPad. Pero lo cierto es que las máquinas y la tecnología nos igualan. Somos todos igual de individualistas con las nuevas herramientas. Conectados a un mundo virtual pero desconectados con el vecino. Y eso crea masas críticas con el sistema real, ya que en el físico ya existe otra lógica de relación, verdaderamente democrática. Y una masa crítica conectada en lo virtual también puede llegar a estarlo en lo real. Y cambiar el sistema.

Por eso, la bici simboliza el nuevo espíritu ciudadano del siglo XXI: libertad, igualdad, fraternidad. Redes de información descentralizadas y sin monopolios mediáticos. Rutas de bits conectados por nodos espontáneos y naturales como líderes de opinión, no líderes económicos o políticos/de partido. Herramientas de cambio social, no de entretenimiento. Sería muy irónico que lo que en un momento de la Historia se utilizó y consideró como "ocio" acabe siendo un elemento de cambio social: las tecnologías, los medios sociales, como sistema de organización ciudadana y de control político; y la bicicleta como vehículo antiguo, denostado y minusvalorado, que resurge como vehículo sin dependencia energética, globalizador y democrático.

lunes, 23 de mayo de 2011

Sobran las palabras

A partir de ahora, todo será distinto.



...porque algo ha cambiado.

¿Y por qué estoy tan seguro? Porque no necesita escribirse en un post. Se sabe. Y con eso basta.

martes, 10 de mayo de 2011

Conspiraciones



Son tiempos extraños y absurdos estos que vivimos. Cada época tiene sus tiempos extraños y absurdos, claro, pero a nosotros nos toca hablar de los nuestros. Y los hechos que nos tocan a nosotros se caracterizan por ser extrañamente ridículos. Sucesos que nos venden y nosotros compramos como si se tratase de píldoras de realidad, de colores y sabores. Nos las tragamos. Las de los colores que más nos gustan. Sucesos planos y simples que aceptamos sin cuestionar ni analizar. Ñam, ñam, qué ricas. Los medios de comunicación ayudan a hacer esta digestión, claro. Y ahora también, las redes sociales. Que son el paraíso de las pildoritas. La ciudad de las pirulas. El gran centro comercial. Si ayer la tele era un hipermercado de la realidad proyectada, hoy las redes sociales son un mall. No solo las píldoras de los medios. También las de los otros. Atracón.

Pero hoy en día, en pleno siglo XXI, nadie puede alimentarse a base de píldoras, gominolas, pastillas o cacahuetes. Podemos consumir algunas, comer de aqui y de allá, como complemento vitamínico, de aperitivo, de postre... Pero atragantarse a base de pirulas le deja a uno gilipollas. Y te vuelves un inocente ciudadano crédulo y manejable. Me refiero a este tipo de sucesos, de acontecimientos históricos que suceden o nos cuentan. No son como los pintan. No son tan fáciles ni tan fotogénicas como aparecen en los medios (es decir, como se proyecta la realidad). Algunas cosas, sencillamente, están meticulosa y precisamente planeadas por ciertos intereses que a nosotros los mortales, se nos escapan.

Ejemplo: la única Superpotencia que queda viva se jacta de liquidar al enemigo mundial Nº1. Coincidiendo con un largo periodo de crisis mundial y el fin de un ciclo en muchos países árabes y de Oriente Medio, el Imperio Democrático acaba con el último villano que amenazaba la hegemonía del American Way of Democracy. Se da la circunstancia de que el Premio Nobel de la Paz asume el papel de Capitán América y con su escudo decapita al malvado Bin Laden. Ahora ya no hay excusa para que otros posibles villanos vuelvan a obstruir las incipientes democracias populares del mundo árabe, y quiten su parte del pastel al Imperio. Obama se apunta la victoria de una guerra venganza no declarada que ha durado 10 años, y vivirá de este crédito hasta su reelección en 2012. Jugada maestra. Y el mundo bendice a Obama, que ha acabado con el malo sin importar cómo. Parece mentira que, siendo el país de Hollywood, no piensen en las segundas partes de las películas, cuando los malos contraatacan con más fuerza. Y parece mentira que, sin otra superpotencia que les haga sombra, el sheriff del mundo siga siendo el mismo de siempre. Elige a los malos y los mata. Al resto les perdona la vida. Mientras tanto, ha dejado a su ciudad y al mundo más seguro. ¿O más inseguro?

Por eso, cada vez que escucho la palabra conspiración me sigue viniendo un olorcillo friki y se me asoma una sonrisa. Pero la sonrisa cada vez dura menos, y da paso a un gesto de duda y ceño fruncido. Poner en duda todas y cada una de las fachadas que se nos venden como reales, eso sí es posible gracias al acceso a más información y al contacto con más personas que piensen y sean críticas. Y desmontar las mentiras y farsas en las que nadamos, también. Las mentiras de unos y otros. Pero eso está lejos, hoy por hoy. Todavía estamos viviendo en un mundo de pastillas, hipermedicado, con multitud de recetas y pirulas para cada cosa. Una ilusión , un producto virtual, por más que nos quieran hacer creer lo contrario.

Conspiraciones y teorías en Zeitgeist.

martes, 15 de febrero de 2011

El riesgo de una nueva crisis alimentaria

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha advertido de que en el año 2011 se puede repetir la crisis mundial en el precio de los alimentos que se produjo en 2007-2008. Hace dos semanas, la FAO dio a conocer el informe “Guía para los países afectados por el alza de los precios alimentarios”, en el que alertaba de que el precio de los alimentos básicos está aumentando desde mediados de 2010 y que puede alcanzar los niveles de 2008, cuando muchos países sufrieron un drástico aumento de precios en los alimentos. El organismo de Naciones Unidas también ha solicitado a todos los países, especialmente a los productores y exportadores de alimentos básicos, que revisen sus políticas y no se tomen medidas generalizadas sino particulares para cada caso, orientadas a contener el alza de precios y no fomentar la exportación de excedentes.



La crisis alimentaria que se produjo en 2008 tuvo su origen en el aumento del precio de varios productos básicos, especialmente de cereales como el maíz, la soja y el arroz. Una de las causas de este incremento fue que los países productores y exportadores de cereal, como Estados Unidos o Brasil, llegaron a destinar hasta un 20% de sus cosechas para fabricar biocombustibles, en detrimento de la exportación como materia prima para alimentos. Los países importadores de cereal, muchos de ellos en vías de desarrollo y muy sensibles a la elasticidad de los mercados, se encontraron con menor oferta y por consiguiente mayores precios, que se trasladaron a toda la cadena de distribución y a los alimentos de consumo. En ese momento, el precio del arroz, la soja y el maíz en el mercado mundial había llegado a aumentar un 70% respecto a 2007.

El ritmo de crecimiento de la población mundial, las malas cosechas de los últimos dos años, y sobre todo la falta de compromisos para regular la producción y el mercado de materias primas entre los países productores, han provocado que el precio del arroz, la soja, el maíz o el azúcar vuelvan a estar en niveles del año 2008. En diciembre de 2010, los precios de estas materias primas alcanzaron los niveles de 2008, y se prevé que sigan aumentando estos índices durante al menos la primera mitad de 2011.

Por esta razón, ya son muchas las voces críticas en todo el mundo que denuncian y reclaman medidas para garantizar el acceso a los alimentos en aquellos países con menos capacidad de hacer frente a las fluctuaciones del mercado. Las consecuencias de una nueva crisis alimentaria entre la población mundial, especialmente entre los más vulnerables, los niños y niñas, y sus familias, pueden ser de nuevo un problema de alcance internacional durante este año.

jueves, 13 de enero de 2011

Consume o muere

Hacía tiempo que un documental no me impactaba tanto. En realidad, lo que cuenta es sólo la confirmación de lo que siempre hemos sospechado: que existe un "plan secreto" para hacer que los productos no duren lo que deberían durar. Lavadoras, televisores, ordenadores, ¡bicicletas! son diseñados para que duren un determinado tiempo, y no más. Si durasen para siempre no habría consumo, la economía actual está basada en el consumo, y por tanto sería un colapso. Ya digo: es gratificante ver plasmado lo que era un secreto a voces. Más que un descubrimiento extraordinario, el valor del documental está en que alguien se ha atrevido a hacerlo y a demostrar que existe una teoría real y tangible que se dedica a hacer de los productos bienes de consumo.

Lo malo es que resulta un tanto deprimente darse cuenta de algunas cosas cuando te las dicen a la cara. Verse a uno mismo como un eslabón de mierda más en una infinita cadena de producción y consumo resulta poco decoroso. Pero es lo que hay, y el tono del documental es optimista, porque la conclusión es que es cada vez es más posible, hoy en día, sortear y evitar el esclavismo al que estamos sometidos gracias al Capitalismo.

Lo que no me resulta tan esperanzador es que la otra opción -que invoca el documental de forma romántica, indirectamente- es el Socialismo. Y las economías planificadas -sé que está mal decirlo, pero...- fueron un puto fracaso, no lo olvidemos. Pero las alternativas, a mi desde luego no se me ocurren... Lo que está claro es que es imprescindible que las cosas cambien.

Ahí va el docu:

Comprar, tirar, comprar


martes, 16 de noviembre de 2010

Dar, dando, dándote.



Vivimos tiempos en los que parece que todo vale o da igual. Situaciones en las que parece que cada vez tenemos menos el control de la realidad. Quizás la cosa, "the thing", se nos esté escapando de las manos en nuestros propios morros. Y no nos damos cuenta porque todas esas situaciones tienen un nexo en común: que estamos bien jodidos.

Situación 1: ¿Se hunde el capitalismo? ¿Hay crisis y hay que salvar de la quiebra a bancos y entidades financieras? No pasa nada, nos inventamos el socialismo capitalista: privatizamos las ganancias, socializamos las pérdidas, y todos tan contentos. ¿Algún problema? Ah, me había parecido escuchar que organizábais una huelga general... algo me parece oir a lo lejos, pero vamos, que a mi lo mismo me da. Te voy a seguir dando por el culo igual.

Situación 2: ¿Se violan los derechos humanos en el Sahara, en Palestina, debajo de casa, en el instituto? ¿Y a mi, qué? Por encima de los derechos humanos hay otras muchas cosas importantes en la vida: los acuerdos pesqueros, el buen talante para con los agresores, el no complicarnos la vida con el vecino... la última bufonada del entrenador del Madrid... Y todo eso son razones como para mirar hacia otro lado sin que me tiemble el pulso. Además, como levantes la voz te voy a dar por el culo hasta que votes Sí a la OTAN, así que más te vale no protestar.

Situación 3: ¿Unos políticos son investigados por haberse llevado fajos de billetes públicos en los bolsillos? Hombre, por algo lo habrán hecho. No son tan tontos como para hacer esas cosas siendo quienes son y pudiendo ser pillados. Nada, vosotros a lo vuestro, seguid pringando como parias que sois, pagadnos nuestros sueldos de 100.000 euros al año, trajes aparte, y dadnos las gracias de que no os robemos más. Gilipollas, que sois unos gilipollas. Mira que dejar que os robemos en vuestra puta cara... ¡Que sí hombre, que sí, que os estamos estafando! Pero vamos, que cada uno a lo suyo, a mi me da igual lo que digas, lo voy a seguir haciendo porque me da la gana. Por cierto, vótame en las próximas elecciones, para que pueda seguir dándote por el culo, que parece que te gusta.

...Simplificar las cosas y hacer un ejercicio de hipérbole a veces ayuda a entender mejor la realidad. La burguesía, finalmente, ha conseguido lo que tanto buscaba: dominar el pensamiento crítico y someterlo al dictado del progresismo liberal. Cuando el periódico más leído de este país es El País, es que algo va mal. Algo ha fallado en la matriz. ¿Un periódico "de izquierdas" con Vargas Llosa en nómina? ¿Me tomas el pelo? ¿Cuál fue el momento en el que las ideas se arrodillaron ante el poder? ¿Cuándo confiamos el poder ejecutivo a la Reserva Federal de Estados Unidos y al Banco Central Europeo? ¿Cuándo delegamos el poder legislativo a una panda de iletrados que confunden hacer políticas de igualdad y preservar los derechos humanos, con cambiar el género de las palabras? ¿Cuándo elegimos en las urnas a unos legisladores que no persiguen a quienes infringen la ley, o no la ponen en práctica, y encima nos gobiernan? Confirmado: ha ganado el mal, ha ganado el capital.

Parece que cuando Siniestro Total cantaba "cuánta puta y yo qué viejo" ya veían lo que se venía encima. ¡Ojo! que no lea esto la SGAE, que me empapelan.

jueves, 19 de agosto de 2010

¿La generosidad ha muerto?

Un reciente artículo del semanario Newsweek (9 de agosto de 2010), titulado "La muerte de la generosidad" dibuja un panorama sombrío sobre la situación actual de la ayuda internacional hacia los países en desarrollo. El artículo rememora cuando hace 10 años las economías occidentales todavía estaban boyantes. Tony BlairBill Clinton se hacían fotos con los nuevos expertos en desarrollo mundial, como el cantante Bono; Jeffrey Sachs se convertía en el apóstol del neo-desarrollismo, y los recién comprometidos Objetivos del Milenio estaban en pleno auge. Una ola de optimismo y de retos alcanzables recorría los foros internacionales.

Ahora, 10 años después, las economías occidentales están inmersas en una crisis de desenlace impreciso. La ayuda internacional, según este artículo y otros críticos, está en un proceso de escepticismo, de cambio, cuando no de retroceso. Recientemente, se daba a conocer que unos 3.000 millones de dólares destinados a la ayuda se habían esfumado de Afganistán desde 2006. De los 9.900 millones de dólares de ayuda a Haití, comprometidos por la comunidad internacional a raíz del terremoto del pasado mes de enero, sólo se ha ejecutado el 2%. Y habrá más ejemplos con lo sucedido estos días en Pakistán.

Aparentemente, todos estos datos son demostrables. El artículo dibuja un panorama oscuro, pero en cierto modo realista: "¿para qué sirve la ayuda internacional? No parece que los países pobres hayan mejorado su situación", parece querer decir.

Sin embargo, este escepticismo hacia la utilidad de la ayuda internacional no es nuevo. En cada época de crisis o recesión económica, uno de los temas recurrentes es el replanteamiento de la ayuda al desarrollo. Es natural en una economía global de mercado que busca la optimización de las inversiones y donde la rendición de cuentas es más relevante que nunca.

Digamos que sí, que es cierto. La ayuda ha retrocedido. El propio Banco Mundialreconoce que el crédito a ciertos países ha aumentado en 2010, pero que la ayuda comprometida por los donantes, especialmente al África subsahariana, ha sido insuficiente. Los países donantes han incumplido sus compromisos de ayuda por diversas razones: la crisis financiera, la corrupción de los gobiernos locales, o la propia dificultad de muchos gobiernos por "vender" programas de ayuda entre sus propios electorados o parlamentos. Digamos que el mundo es más insolidario -es decir, ineficiente-, y hay razones que lo justifican.

En realidad, estas supuestas razones son las que tienden la trampa. Las economíasneoliberales siguen sin aceptar la utilidad de una ayuda internacional desinteresada, y ahora han encontrado la excusa perfecta: una crisis global que les haga mirar hacia sus propios problemas, o repensar la forma de esa ayuda. Las razones económicas demuestran que la ayuda internacional no soluciona los grandes problemas del mundo, por lo tanto hay que plantear otras alternativas máseficientes.

El artículo de Newsweek, como buen medio norteamericano impregnado de neoliberalismo, no se da cuenta de que la mayoría de la ayuda internacional desde el sagrado Plan Marshall (extraído de la teoría keynesiana), ha sido condicionada estructural y políticamente a intereses económicos. Evidentemente, de esta forma es imposible que la ayuda sea mínimamente efectiva, por lo tanto es fácil renegar de ella y condenarla al fracaso para reconducirla hacia otros intereses, que por otra parte ya subyacían en las estrategias de los organismos financieros internacionales.

Pero lo realmente escandaloso de este discurso es que la conclusión no se plantea eliminar o reducir la ayuda. La conclusión es que hay que mantenerla, porque "si no los ayudamos nosotros, otros lo harán, como ChinaVenezuela". Y ellos sí que tienen intereses en los países a los que ayudan (China ya es el principal "donante" en África, del cual obtiene el 30% de su consumo de petróleo), no nosotros. Con lo cual, la propia tesis destapa lo que en verdad los países occidentales (Estados Unidos y las instituciones financieras a la cabeza) piensan de la ayuda internacional: que no la conciben sin estar ligada a intereses estratégicos, económicos o políticos. Simplemente, es una cuestión de mercado, unneocolonialismo de tapadera.

El mejor ejemplo de este pensamiento neocol se ilustra cuando etiquetan a Somalia, Chad y Sudán como los "peores estados fallidos del mundo", como los llama la revista ultraliberal Foreign Policy -del mismo grupo editorial que el Washington Post y Newsweek-. Estos "estados fallidos" coinciden con zonas de desastres humanitarios, y según este análisis "el fracaso de las políticas de desarrollo puede dar lugar a estados fallidos, que a su vez pueden alimentar el radicalismo político y el de grupos armados locales". Una lectura sin ambages de la ayuda al desarrollo en términos geopolíticos.

Los últimos 30 años han demostrado que cuando la ayuda al desarrollo se entiende -extraoficialmente, claro- en clave política y se diseña desde los mapas, sin contar con la sociedad civil y las organizaciones sin ánimo de lucro y humanitarias, el resultado es contraproducente. Un quid pro quo entre no iguales no es justo, y genera más desigualdad. Optar por otras vías no garantiza el éxito, pero desde luego evitaría muchas consecuencias impropias que genera una ayuda al desarrollo mal entendida.

Imagen: Worldmaps

viernes, 28 de mayo de 2010

Cine y medio ambiente

Vuelve el Festival Internacional de Cine y Medio Ambiente, que se celebra anualmente en El Prat de Llobregat, y este año por primera vez también en varios cines y puntos de Barcelona, como la Fnac o los cines Alexandra.



Se trata de un festival pionero en España, que se celebra desde hace 17 ediciones y se ha consolidado como uno de los festivales más importantes de medio ambiente de todo el mundo.

El programa puede consultarse aqui.

martes, 4 de mayo de 2010

La tormenta del desierto

Una semana en Dajla, en los campamentos de refugiados del Sahara occidental entre Argelia y Mauritania, da para mucho. Da para levantar un festival de cine en el desierto, para tragar arena y polvo, para dormir al raso mirando la luna y las estrellas, para sudar, jugar al fútbol contra una selección saharaui, para ver a un grupo de activistas jugarse el tipo desafiando a Marruecos viajando hasta el campo de refugiados, y para hacer amigos.

En el desierto todo es mágico, inmenso e intenso. Cuando sopla el siroco te sientes torpe y pequeño, un extraño en un medio hostil, el más hostil quizá, del planeta. El calor te ahoga, y los elementos no ayudan a la vida, precisamente. Pero sin embargo, al final todo sale adelante. La vida, si se respetan ciertas reglas básicas, sale adelante. Porque en el fondo, el desierto impone su ley de forma implacable, pero el hombre tiene la oportunidad de aprender de él y de sobrevivir, si sabe escuchar. Al hombre no le queda más remedio que aceptar su verdadera pequeñez, y rendirse a la voluntad del desierto, que es la de Alá y la de Dios. Y así, se da cuenta de lo poco que es necesario para desafiar al poder del desierto: una voluntad inquebrantable.

Sólo de esta forma, los saharauis y cualquier grupo humano que sobreviva en el desierto, como los tuaregs o los beduinos, son capaces de mantener su vida y su sociedad desde hace siglos. Esta voluntad inquebrantable es el único patrimonio de estos pueblos, su intangible más valioso. Y es la única razón que se me ocurre para que los refugiados saharauis lleven 35 años aguantando las condiciones extremas del mundo. Pero también, esa voluntad, no rendirse nunca, es lo que les llevará algún día a conseguir su objetivo: vivir en un país libre.

"Es preciso un corazón de camello para avanzar en la vida", dicen los saharauis. Un corazón de camello y la constancia del viento, que moldea el desierto y las montañas grano a grano durante siglos, son las únicas armas que tienen los saharauis para enfrentarse a los gigantes que les rodean.

miércoles, 14 de abril de 2010

Decíamos ayer…

Aquí estamos otra vez. Desde aquella tarde de una semana santa, hace casi 10 años, en el bar del pueblo, han pasado muchas cosas. Esa tarde nació la idea de algo que, poco después, sería Ruedasgordas, una de las primeras webs no profesionales de mountain bike en España. Ruedasgordas era un proyecto curioso, innovador y vanguardista, que duró lo justo para crear escuela y dejar un rastro que hoy todavía sigue activo.



El espíritu de Ruedasgordas lo continuó Ridingplanet, una evolución hacia una web de experiencias en mountain bike, aventura y reportajes, que tuvo varios pequeños éxitos con entrevistas a los corredores más importantes del mundo, como Steve Peat, Brian Lopes, Cedric Gracia o Fabien Barel. Ridingplanet vivió el auge del freeride y de las webs 1.0 dedicadas a la bici, antes de la llegada de nuevas formas de expresión y comunicación en Internet.


Estos cambios llevaron a una renovación de la idea original de aquella tarde en el bar del pueblo. La idea había sido siempre “hacer algo diferente sobre el mountain bike en Internet”. Con el referente conceptual del gran Xavi Fané en la cabeza, la obsesión era llevar al nuevo medio que era la Red, lo que Fané contaba en las revistas escritas. Así nació Sierra Comunicación. Un proyecto que ya no era una revista online ni un foro personal, sino una microempresa especializada en la comunicación sobre ciclismo de montaña, viajes y deporte de aventura.


Sierra Comunicación ha asesorado en la comunicación y la publicidad a algunas de las marcas más reconocidas del sector en España: Haro Bikes y Transition. Pero Sierra no sólo se dedica a la comunicación profesional. Sobre todo, sigue manteniendo el espíritu que mueve el mountain bike: la búsqueda de la aventura, y el amor por la montaña. Una bici, en el fondo, es sólo una bici. El mundo es un lugar inabarcable y extraordinario en su belleza, pero igualmente frágil y contradictorio con un inquilino como el ser humano.


La sierra es un entorno natural y agreste, pero también cercano al hombre. Un lugar donde estar en contacto con la tierra y los elementos que nos rodean y que nos recuerdan qué somos. El sitio al que acudimos para respirar un aire más limpio desde otra perspectiva. Con este espíritu, Sierra sigue abierta, y sigue para quedarse.

Happy trails