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miércoles, 25 de mayo de 2011

Rutones Verbeneros III

Hello! Aqui, la nueva superproducción del Team.
Perfecto para inaugurar esta nueva plataforma web de Sierra Commmmmm...

lunes, 23 de mayo de 2011

Sobran las palabras

A partir de ahora, todo será distinto.



...porque algo ha cambiado.

¿Y por qué estoy tan seguro? Porque no necesita escribirse en un post. Se sabe. Y con eso basta.

martes, 17 de mayo de 2011

Droga dura

A casi 3.000 metros, la montaña del Puigmal es una de las cumbres más altas de Cataluña, y una cima mítica para los muchos aficionados catalanes al montañismo. El Puigmal también marca la frontera (no real, pero casi) entre España y Francia, y entre el pirineo catalán y el francés, en plena Cerdaña. Es una montañita muy atractiva, en definitiva. Y muy turística. En el lado catalán del Puigmal existe un centro-resort desde donde se pueden hacer infinidad de rutas: el Valle de Nuria que, a pesar de ser bastante turístico, es de visita obligada para cualquier aficionado a la montaña.

El Valle de Nuria tiene una mezcla de verbena montañera y santuario mariano, -de cierta grima, por tanto-, pero es un sitio que merece la pena totalmente. Más que eso: es imprescindible si se tiene la ocasión de ir por la zona. Sobre todo para perderse por los senderos que se adentran en los valles y los bosques, y para intentar subir al Puigmal. Es una especie de campo base perfecto para atacar un montón de rutas. Y la más emblemática de todas es el Puigmal.

Sin madrugar mucho, el domingo nos levantamos un tanto escépticos. La tarde y la noche anteriores había hecho muy mal tiempo, pero el domingo amaneció completamente despejado, para sorpresa mía.  Creo que esa sensación de incertidumbre cuanto te levantas, vas hacia la ventana y ves que hace buen día... es una de esos momentos en que parece que te estás jugando que la ruta, la excursión, el día entero que has estado esperando salga bien o sea un fracaso. Y cuando abres la ventana y ves que hace un sol radiante... es como cuando ganas a la lotería o a las cartas. Te la juegas a cara o cruz, y te sale cara.

Tras un desayuno pantagruélico, pusimos rumbo a la cima. Dos horas 45 minutos estimadas. La cosa empieza fuerte, con una subida preciosa entre un sendero de pinos. Me hago con un buen bastón-rama, y poco a poco vamos calentando el ritmo. El bosque desemboca en un collado que a esas horas está lleno de escarcha nevada, pero sólo en la cara norte del suelo. De forma que si mirabas hacia adelante, hacia el norte y a contrapelo, veías algunos trazos de nieve sobre la hierba, pero si mirabas hacia el sur lo veías todo blanco, al estar de cara al norte. Un efecto divertido.

Seguimos subiendo, cada vez con menos vegetación. El deshielo de la primavera va descubriendo ríos bajo los neveros, horadando y derritiendo las acumulaciones de nieve y dejando paso a enormes torrentes de agua clara. La vegetación está en pleno estallido de vida después de meses bajo cero, aunque el día tampoco invita a mucho destape, ya que un vientecillo del norte mantiene las cosas en su sitio. Algunas marmotas corretean por las laderas, silbando.

La nieve ya se puede ver en todas las cumbres que rodean el valle, aunque a nosotros no nos toca pisarla hasta los últimos tramos de la subida. Justo cuando empieza la piedra, ya sin vegetación ni tierra bajo las botas. Piedras y rocas sueltas forman la base de la cumbre, y el viento cada vez es más fuerte. Hasta la cima, la ascensión se hace a paso cada vez más lento, pendiente y rítmico. Cristina y yo, con prendas algo rudimentarias, sin guantes y casi "de paseo" vamos a buen ritmo. Empezamos con mucha precaución y sin mucho convencimiento de llegar a la cima, pero poco a poco nos hemos ido creciendo y sintiéndonos más cómodos. Nos cruzamos con algunos montañeros ultraequipados que suben o bajan corriendo, y en ese momento me parece una locura total, aunque luego no lo será tanto. Cuando estás concentrado regulando la respiración y el ritmo de subida, y ves bajar a unos tíos corriendo por donde tú subes te parece una barbaridad. Pero poco después tú estás haciendo lo mismo...

A pocos metros de la cima el viento se hace más y más fuerte. Y al llegar a la cumbre es insoportable. Al sacar las manos para hacernos la foto de rigor comencé a notar que a cada segundo que pasaba me ardían más los dedos, hasta dejar de sentirlos durante un momento. Entonces me acojoné, y comencé a bajar de la cima. ¡El frío era increíble! El chubasquero me protegía bien, pero en las manos sencillamente no podía moverlas! Así que tras unos pocos minutos arriba, comenzamos el descenso.

Entonces vino la parte divertida: como ya me pasó al bajar el volcán Izalco, en El Salvador, el descenso entre piedra suelta cuando la montaña es muy pendiente, se hace esquiando. Es decir, bajar soltando frenos como si estuvieras sobre nieve. Espectacular. Mucho más fácil que si bajas cargando las patas.

Tras celebrar el ascenso y el descenso en poco más de 4 horas, la sensación de haber cumplido con el objetivo marcado fue reconfortante. Una pequeña montaña de 3.000m, de paisajes espectaculares, que marca una gran experiencia. Siempre quise dedicar más tiempo a subir montañas, algo que siempre he hecho, pero menos de lo que quisiera. Mi primo, un consumado montañero, lo llama "la droga más dura". La adicción máxima. ¿Más que la bici? No lo sé. Pero me ha gustado tanto este viaje, después de un tiempo sin probarlo, que ya estoy buscando repetirlo. No recordaba que era tan buena. Sea como sea, cualquier cosa que sucede en la montaña, es adictivo y bestial.

 

jueves, 12 de mayo de 2011

Fragmentos de la última aventura

Cuando todo sale bien percibes una sensación de fluidez y de conjunto. Como cuando serpenteas por un camino, yendo al ritmo que te marca. Te sientes parte de un todo mucho mayor: una montaña, un entorno. Esto incluso pudes captarlo en otro tipo de circunstancias: un concierto, un momento de intimidad, contemplar un paisaje. En un viaje también sucede. Momentos fragmentados que al final encajan dando sentido a un conjunto.

Esto es (parte de) lo que sucedió en nuestra última incursión en las tierras salvajes. Aparte, claro, de otros muchos momentos y pinceladas que forman parte de eso que los futbolistas llaman "reglas del juego": lo que pasa en el campo, queda en el campo.

Y esto es el campo:











martes, 10 de mayo de 2011

Conspiraciones



Son tiempos extraños y absurdos estos que vivimos. Cada época tiene sus tiempos extraños y absurdos, claro, pero a nosotros nos toca hablar de los nuestros. Y los hechos que nos tocan a nosotros se caracterizan por ser extrañamente ridículos. Sucesos que nos venden y nosotros compramos como si se tratase de píldoras de realidad, de colores y sabores. Nos las tragamos. Las de los colores que más nos gustan. Sucesos planos y simples que aceptamos sin cuestionar ni analizar. Ñam, ñam, qué ricas. Los medios de comunicación ayudan a hacer esta digestión, claro. Y ahora también, las redes sociales. Que son el paraíso de las pildoritas. La ciudad de las pirulas. El gran centro comercial. Si ayer la tele era un hipermercado de la realidad proyectada, hoy las redes sociales son un mall. No solo las píldoras de los medios. También las de los otros. Atracón.

Pero hoy en día, en pleno siglo XXI, nadie puede alimentarse a base de píldoras, gominolas, pastillas o cacahuetes. Podemos consumir algunas, comer de aqui y de allá, como complemento vitamínico, de aperitivo, de postre... Pero atragantarse a base de pirulas le deja a uno gilipollas. Y te vuelves un inocente ciudadano crédulo y manejable. Me refiero a este tipo de sucesos, de acontecimientos históricos que suceden o nos cuentan. No son como los pintan. No son tan fáciles ni tan fotogénicas como aparecen en los medios (es decir, como se proyecta la realidad). Algunas cosas, sencillamente, están meticulosa y precisamente planeadas por ciertos intereses que a nosotros los mortales, se nos escapan.

Ejemplo: la única Superpotencia que queda viva se jacta de liquidar al enemigo mundial Nº1. Coincidiendo con un largo periodo de crisis mundial y el fin de un ciclo en muchos países árabes y de Oriente Medio, el Imperio Democrático acaba con el último villano que amenazaba la hegemonía del American Way of Democracy. Se da la circunstancia de que el Premio Nobel de la Paz asume el papel de Capitán América y con su escudo decapita al malvado Bin Laden. Ahora ya no hay excusa para que otros posibles villanos vuelvan a obstruir las incipientes democracias populares del mundo árabe, y quiten su parte del pastel al Imperio. Obama se apunta la victoria de una guerra venganza no declarada que ha durado 10 años, y vivirá de este crédito hasta su reelección en 2012. Jugada maestra. Y el mundo bendice a Obama, que ha acabado con el malo sin importar cómo. Parece mentira que, siendo el país de Hollywood, no piensen en las segundas partes de las películas, cuando los malos contraatacan con más fuerza. Y parece mentira que, sin otra superpotencia que les haga sombra, el sheriff del mundo siga siendo el mismo de siempre. Elige a los malos y los mata. Al resto les perdona la vida. Mientras tanto, ha dejado a su ciudad y al mundo más seguro. ¿O más inseguro?

Por eso, cada vez que escucho la palabra conspiración me sigue viniendo un olorcillo friki y se me asoma una sonrisa. Pero la sonrisa cada vez dura menos, y da paso a un gesto de duda y ceño fruncido. Poner en duda todas y cada una de las fachadas que se nos venden como reales, eso sí es posible gracias al acceso a más información y al contacto con más personas que piensen y sean críticas. Y desmontar las mentiras y farsas en las que nadamos, también. Las mentiras de unos y otros. Pero eso está lejos, hoy por hoy. Todavía estamos viviendo en un mundo de pastillas, hipermedicado, con multitud de recetas y pirulas para cada cosa. Una ilusión , un producto virtual, por más que nos quieran hacer creer lo contrario.

Conspiraciones y teorías en Zeitgeist.

lunes, 2 de mayo de 2011

Capítulo Dos

Ya está aqui el segundo capítulo de la exitosa serie "Rutones Verbeneros". El tercero de la saga también se rodará en tierras castellanas.