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martes, 26 de febrero de 2008

Lo han vuelto a hacer



Me llega la nota de prensa de la última creación de Santa Cruz: la nueva Blur LT. El cuadro ha sido totalmente rediseñado, con un tubo superior muy en la línea de los Nomad, nuevos anclajes con el basculante, para hacer el pedaleo más suave y lineal. No es que el antiguo Blur LT sea un puerro ni que esté desfasada. Los de Santa Cruz empezaron a pensar cómo mejorar el Blur LT hace dos años, desde el momento en que salió a la calle. Y por lo que parece, el nuevo cuadro tiene un diseño para hacerlo más enduro-free.

Lo que sí está claro es que lo han vuelto a hacer. Coger una gran bici como la Blur LT, cambiarla un poco aquí y otro allá, y convertirla en una bici completamente distinta, mucho más atractiva y sugerente, que me llena la boca de babas de envidia y admiración.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Lluvia y calçots

Pues nada. Mi gozo en un pozo. El finde pasado me las prometía muy felices para salir a montar con los Pepinos, pero todo se jodió el sábado en una calçotada. Entre el despiste y la montonera de abrigos perdí/me robaron la bolsa donde llevaba una cámara digital, el iPod, gafas... y las llaves de casa. Mi compañero de piso, en Noruega. Yo, sin dinero, documentación ni casa. Menos mal que a mi novia no le quitaron el bolso y pudo alojarme en su casa. Pero el domingo no pude salir a montar, obviamente.

Este fin de semana tampoco monto, con lo que estoy en el dique seco hasta nueva orden. Eso sí, mientras tanto las nubes están espolvoreando algo de agua por las montañas, y eso nos vendrá bien a todos.

Y por supuesto, este fin de semana hay un acontecimiento histórico que bien merece dejar la bici aparcada: el reencuentro de los Maderfuckers en Madrid. YAAHAAA

miércoles, 6 de febrero de 2008

Norcal


Ver Into the wild el otro día me ha abierto un montón de sensaciones nuevas y me ha hecho pensar algunas cosas que hacía algún tiempo tenía olvidadas. Por ejemplo, el valor de ir a trabajar en bici a diario. Salir de casa por las mañanas con el único instrumento de por medio de una bici, sentir el frío en la cara, deslizarse entre los coches sorteando semáforos y guardias urbanos es una sensación gratificante, y hasta cierto punto tiene algo de aventura. O quiero creer que tenga algo de aventura.

Supongo que intentando buscar el lado silvestre a la urbe, siempre se puede llegar a ver algún rasgo de naturaleza en las calles. La sensación del frío, el viento, la velocidad, la aventura... me hacen recordar que debajo del cemento hay tierra, y que las calles tienen desniveles porque debajo de ellas hay laderas. Que el sol alumbra en la calle igual que en la montaña, y que si llueve te mojas ya sea en Barcelona como en el camino Smidt. Gracias a pensar estas cosas, muchos no nos hemos pegado un tiro viviendo en una gran ciudad.

En el caso de Barcelona, siempre me ha parecido estar viviendo en San Francisco y tener al lado las montañas de Marin County. Las calles anchas, inclinadas, el mar, el buen clima y los senderos extraordinarios de Barcelona me tranquilizan durante la semana. Esto, y saber que el sábado o el domingo salgo a la verdadera Naturaleza.