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jueves, 22 de diciembre de 2011

Happy trails 2012

Un año más, el sol de media tarde adquiere ese tinte cobrizo y se cuela por las habitaciones. De pequeño, estas tardes de diciembre iluminaban toda la casa con una cálida luz naranja, que contrastaban con el frío de fuera. Ese era el síntoma de que la navidad estaba a la vuelta y de que el año se terminaba. En realidad, esa luz del Sol estaba apuntando al equinocio de invierno, cuando está más lejos de nuestro planeta, y sin embargo parece que se cuela por las casas en una despedida invernal hacia otro calendario y otro orden astrológico. Celebraciones paganas o religiosas, es lo mismo. Lo importante es que se termina una estación, un ciclo, y empieza otro.

Lo de los ciclos viene bien recordarlo hoy en día. Estamos (otra vez lo digo, lo sé, me repito más que el ajo) en un cambio de ciclo general, en el epicentro de un nuevo orden que aún no vemos con perspectiva. Pero ante esto, lo que nos intentan vender e introducir en nuestros pequeños cerebros es el temor. El miedo a lo desconocido, a la incertidumbre. Lo más grave de la crisis mundial no es la crisis en sí. Es el miedo que nos hacen tener hacia ella. Inocular el miedo en la psicología colectiva ha sido el mayor logro del capitalismo y de la sociedad globalizada.

Por eso, para 2012 pido como propósito general una sola cosa: superar la crisis. Pero en el sentido de actuar como si no existiera, de superarla psicológicamente. Ojalá una multinacional hiciera una campaña con este lema: ME SUDA LA POLLA LA CRISIS. Hay que limpiar el patio de todo y de todos los que nos han metido en esta situación, pero no podemos mirar más que hacia adelante. Por lo que hay que actuar como si los que están empeñados en mantenernos atemorizados y dóciles no tuvieran efecto sobre nosotros. Y así no lo tendrán.

Así que celebremos este fin de un año intenso, 2011, al que agradezco que haya sido benévolo conmigo y con mi entorno, y a los dioses, que nos han dado fuerzas para superar las batallas.

Happy Trails 2012!

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Lo nuevo y lo viejo

En lo que llevamos de diciembre he estado ya un par de veces en Madrid. Una para el puente de la Constitución y otra por trabajo. Así que en la primera, aproveché entre otras cosas para montar en bici por los senderos de mi tierra. En esta ocasión fue un clásico que, paradójicamente, no había catado en mis 20 años de experiencia biker, y que tenía a escasos 60 km de casa. Me refiero a la zona de Hoyo de Manzanares. He hecho descensos urbanos en Hoyo, y otras muchas rutas por la zona y por la sierra, pero nunca había rodado en la tierra de Hoyo. El sitio se puso bastante de moda entre la comunidad de las ruedas gordas como residencia de invierno. Por su clima y geografía, Hoyo es agradable para montar en invierno, es soleado, el terreno es seco y poco húmedo, y tiene una red de senderos excelentes y técnicos. Justo en ese momento de auge Hoyero me fui a Barcelona, así que lo tenía como asignatura pendiente desde hace tiempo.

Ahora me he desquitado un poco. Hoyo, de la mano del guía-sherpa Félix, y con los inconmensurables Guitarra y Dani, se ha convertido en mi nuevo favourite spot de Madrid. Trialero, granítico, técnico, sinuoso, bonito. Un lugar perfecto para rodar a los pies de la sierra y a dos pasos de la gran ciudad. La única desventaja es que, una vez más, necesitas cargar la bici en el coche para dirigirte a casi cualquier sitio que merezca la pena en Madrid pero, en este caso, compensa.

jueves, 1 de diciembre de 2011

La belleza de lo gastado


Lo viejo y lo inútil, en una bici, tiene un atractivo innegable. Unas cubiertas gastadas, unos puños raídos, un casette destruido... ¿Por qué nos gustan más las bicis cuando están sucias y embarradas que cuando están limpias? Una bici curtida y unos componentes hechos mierda son casi tan atractivos, aunque por otras razones, que una bici recién estrenada e impoluta. ¿Por qué sucede esto?

No tengo ni idea, y no me toca a mi responder a esta trascendetal cuestión que ha llenado libros, revistas y blogs absurdos como este. Pero lo cierto es que cuando me ha tocado cambiar la transmisión entera de la Heckler y me han devuelto las viejas bielas, eje, casete, cadena, desviador y cambio, me han dado ganas de montar un bodegón impresionista. La cosa esa del valor de lo disfrutado, de lo vivido, que pasa a la sala de trofeos y de museo.

Al hilo de esto, del desgaste de componentes, tuve que hacer un cambio completo de transmisión, y el otro día comenté la jugada con el bueno de Willy Master sobre qué es mejor: si ir controlando meticulosamente el desgaste de piezas de la transmisión como cadena o casette, y así teóricamente alargar la vida de todos los componentes en total, o bien agotar la vida de una transmisión entera y llegado el momento cambiarlo todo. Como los motores de los coches, los ciclos de vida de los componentes deben seguir su duración hasta que revienten, porque han sido diseñados para eso. Pero como en todo, para gustos los colores. Yo personalmente prefiero agotar los ciclos de cadena y casette aunque sea para montar un bodegón o un museo con las piezas viejas.

martes, 29 de noviembre de 2011

Inshallah


Estaba viendo la tele el otro día, justo antes de salir a montar el domingo, y vi un reportaje sobre la Titan Desert y una especie de concurso que organizaba dicho programa, Bike Attack, de Esport3. Por supuesto, se me afilaron los dientes una vez más, después de asistir a la presentación de la edición 2012 de la Titan y de ver que algunos colegas se han apuntado ya. De no ser porque la inscripción es una PASTA me habría apuntado hace tiempo. Pero mientras tanto me conformo con acumular envidia y relamer los huesos que me encuentro. Entonces, al final del programa anunciaron lo del concurso: el Repte Gaes. El sponsor principal de la Titan Desert organiza un concurso para elegir a 2 personas que correrán la Titan. De entre todos los inscritos al concurso se elegirán a 10 personas, que pasarán 4 meses de entrenamiento asesorado, y de ellos solo 2 conseguirán su plaza para la carrera. Todo eso, en formato "reality" para la tele, más o menos. Flipa.

La movida es la siguiente: el próximo 14 de enero se juntarán todos los concursantes en Sitges, y en un trazado de 10 km cronometrados, se elegirán a los 10 mejores. No solo cuenta el tiempo de la crono. También la técnica, la bici... un conjunto de cosas. "Dar bien en cámara". Los concursantes no pueden haber corrido nunca la Titan ni haber hecho podiums en su "carrera deportiva". Vamos, que doy el pego perfectamente (solo he sido 4º en dos ocasiones). De esos 10 elegidos, solo 2 conseguirán el pase a la Titan con todos los gastos pagados. Después de 4 semanas de entrenamiento asesorado por profesionales y documentados en el programa de tele. En fin, una especie de "reality show biker". Algo insólitorrr.

...todo sonaba tan descabellado que no he podido resisitirme y me he apuntado. La preselección en Sitges será divertida: 10 km en el Garraf (el recorrido es secreto) que lo conozco medianamente bien.

Y para ello, ya estoy sacando brillo y engrasando a la ultimate machine gun: The Heckler.

Así que, como dicen en el desierto: Inshallah.

martes, 22 de noviembre de 2011

Los Losers


Hay días, al terminar la ruta que toca, en los que volvemos por la gasolinera para darle un manguerazo a la bici. Especialmente en invierno, cuando empieza a proliferar el barro, hacemos la operación "lavado automático por la cara". Ni siquiera es una manguera, sino uno de esos grifos manuales de las gasolineras, pero ayuda a quitar los pegotes más gordos del cuadro.

El caso es que al lado de la gasolinera hay un campo de fútbol donde suelen jugar las categorías infantiles del Europa (un histórico equipo de Barcelona, ahora en Tercera, pero que fue uno de los clubes que fundaron la Liga Española). El campo fue construido como campo de hockey hierba para las olimpiadas del 92, y ahora se utiliza como campo de entrenamiento y para jugar partidos entre empresas y liguillas infantiles y juveniles.

Lo que solemos hacer si terminamos la ruta en esa zona, es hacernos con unas latas de cerveza en la gasolinera y si se tercia, ver el partido que esté en juego en ese momento. Suele haber poca gente en la grada: familiares, amigos, lo típico. Pero lo verdaderamente sorprendente es que casi siempre, por no decir siempre, no tenemos que esperar mucho hasta ver alguna tangana entre jugadores, entre entrenadores, entre el público, entre el árbito y el público, entre un jugador y otro, o entre el público, un jugador y el árbitro. Un día hasta tuvo que venir la guardia urbana para poner orden en una pelea entre dos aficiones.

Claro, nosotros venimos con el subidón de la ruta, unas cervecitas frías, el cuerpo oxigenado y las endorfinas al 100%. Y nos ponemos a ver otro deporte, como espectadores, en el que la peña acaba a hostias, insultándose y perdiendo los nervios por una pelota. Resulta gracioso, pero al mismo tiempo penosamente grotesco, ver estos espectáculos en los que los padres de un chaval se dejan la voz insultando a un árbitro, mientras unos ciclistas empapados en sudor y barro observan perplejos la escena.

En realidad, respeto profundamente el deporte del fútbol. Lo sigo con mi equipo, me gusta y lo valoro. Pero espero que no vuelva a escuchar decir eso de que el fútbol es el deporte rey, aunque sea una frase hecha. Nadie con un mínimo de inteligencia puede respetar al fútbol y poner de vuelta y media al ciclismo o a los ciclistas, a quienes se tilda con facilidad y se etiqueta como esto o lo otro. La violencia que engendra el fútbol no tiene comparación con ninguna otra disciplina deportiva. Estamos de acuerdo: la violencia es una cosa y el fútbol, otra. Hay aficionados perfectamente educados y otros que podrían ser psicópatas potenciales. Pero con demasiada frecuencia la sociedad ensalza el fútbol y todo lo que lo rodea dando alas, precisamente, a los piraos. Frustrados, generalmente, que lo más cerca que han estado de practicar un deporte de verdad es comprar el Marca los lunes. Gente, en definitiva, que no puede dar lecciones de nada, ni de deporte, ni de educación, ni de civismo, salvo de cómo ser un loser y estar orgulloso de ello.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Proyectos


El otoño prometía ser "caliente" en cuanto a actividades, digamos, laborales. Y no está defraudando. A algunos cambios y reubicaciones en mi actual trabajo (para mejor, afortunadamente), hay que añadir algunos interesantes proyectos "extraescolares", como es el de la EEMTB, la Escuela Española de Mountain Bike, de la cual formo parte y en la que obtuve el título de monitor y guía de MTB. Ahora estamos trabajando con ellos desarrollando la web y la nueva línea de comunicación en un bonito proyecto que empieza prácticamente desde cero, si bien la escuela lleva funcionando desde 1998.

Eso, empezar un proyecto "desde cero" es casi lo más excitante de un trabajo y de una aventura como esta. Lo cual me lleva al siguiente Gran Proyecto en el que estoy ya casi sumergido, a punto de hacer "chafúm": la fabricación de cerveza artesanal. Efectivamente, amigos. Con la ayuda de Dios y del Congreso, espero algún día convertirme en un flamante microproductor de cerveza, conquistar el mercado de Alcoba de la Torre, fundar una asociación de amigos de mi birra, ponerme pedo con mi propio mejunje, y por fin dominar el mundo.

Lo que quiero decir es que... con la que está cayendo ahí fuera, la única forma de mantener la cabeza despejada es tenerla ocupada con proyectos. Y eso hago. No sin antes hacer una recomendación a la descabellada audiencia de este blog. No quisiera pasar la oportunidad para hacer propaganda electoral y decir: Vota útil. Vota Bob Esponja.

martes, 8 de noviembre de 2011

Haiku













Las hojas secas abren paso a los caballos
y de cristales verdes cubren la alfombra.

Haiku de Collserola.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Enseñar a apensar


Ayer decía que ya iba siendo hora de ajustar cuentas con el mundo. Pues bien, ha llegado la hora. Las semanas pasan volando y ya estamos en pleno solsticio de invierno. Entre horas de trabajo y horas de asueto para la vida personal y doméstica, apenas me queda tiempo para la reflexión. Si no creyera ciegamente en la bondad del Sistema, diría que todo está montado para que no nos quede espacio para esto, precisamente: para pensar, reflexionar y no hacer nada. "No hacer nada" está tan mal considerado en la sociedad como fracasar o perder. Se espera que seamos productivos y generemos beneficios de todos nuestros actos de consumo, menos de pensar, que es gratuito y por tanto no genera ingresos y no interesa a nadie. Por tanto, no pienses, se nos dice sutilmente.

Hablo estos días con varios amigos de mi entorno sobre lo peligroso que es pensar hoy en día. El ejercicio de riesgo que supone pensar. Porque pensar supone cuestionar, poner en duda la norma, pararse en medio del paso de cebra y decir: "eh, un momento, ¿esta dirección es la correcta?" Y eso es un peligro, porque no genera ingresos, detiene la maquinaria productiva y desconcierta al resto. Pero aquí escribo una serie de recetas para que pensar no sea un lastre en nuestra existencia diaria. Llamémosle "manual" o guía práctica para sobrevivir en un mundo de pensamiento Cero. Aqui van:

Receta:
1. Mira a otro lado. Lo que hay que hacer [en tiempos de crisis] es seguir la corriente, pasar de todo y esperar a recibir la nómina. ¿Que tus jefes son unos inútiles, te amargan la vida, no se dan cuenta de que lo están mandando todo a la mierda en la empresa, ves injusticias con otros compañeros, eres testigo de delirios de grandeza empresarial o de actitudes cuanto menos cuestionables? -Da igual. Mira hacia otro lado y ocupa tu mente en cosas mejores. No pienses en ello. Mete esa realidad en un periodo de 9 a 5 y luego olvídate de ella. Si luego tienes que ir a terapia para asumir esa disonancia psicológica, o a darte masajes porque estás estresado, tienes ansiedad o insomnio, te tomas unas pastillitas o vas a un herbolario, y solucionado.

2. Échale la culpa a otro. Lo mismo que en el trabajo, en la vida. En realidad, no podemos hacer nada para evitar los problemas del mundo. El paro, las injusticias, el hambre, las matanzas... Por lo tanto, échale la culpa a otro. Al Sistema, al mundo, a los gobiernos, a la OTAN, a Gadafi... Da igual. Al no formar parte del mundo sino de la cadena productiva no-pensadora, no tienes responsabilidades. Salvo pagar las facturas. Estás cabreado con el mundo y gritas contra el Fondo Monetario, pero twittealo y cuélgalo en Facebook para que ellos lo sepan y tomen medidas al respecto. Sólo así te harán caso y cambiarás el mundo. Desde dentro del Sistema. No cabe duda de que será así.

3. Ante la duda, consume. Todo el mundo sabe que estás diseñado para consumir. Si no consumes nada durante 24 horas se te paralizan los miembros y caes en coma. Hay que mantener viva la llama de la economía mundial, seguir moviendo la ruedecita, ya sabes. Repite los lemas y consignas que escuches en los medios acerca de cualquier cosa: la política, los partidos, las ideas, lo políticamente correcto e incorrecto, el progreso, la democracia... Todo lo que consideres un argumento serio, asúmelo como propio y repítelo hasta creerlo, hasta el delirio, hasta llegar a la locura máxima como: votar, creer en unos valores, etc. Consume ideas, identifícate con ellas y crea tu propio personaje.

Entonces serás un perfecto apensador.

Creo firmemente que el verbo apensar debería incluirse en la RAE como "acto consciente del ser humano que consiste en omitir el acto de pensar". O bien, el término despensar, que sería "la acción provocada por uno mismo para deshacer el pensamiento adquirido", más o menos.

Hoy en día se dan las circunstancias perfectas para omitir el pensamiento, mandarlo al fondo del retrete y tirar de la cadena. En su lugar, se pueden rellenar los espacios del cerebro con miles de cosas: las instrucciones para el GPS, los cálculos de la hipoteca, los intereses de un préstamo, el desbordamiento de tareas y responsabilidades en el trabajo, el próximo modelo de iPhone, las responsabilidades familiares... lo que sea que impida hacerse las preguntas correctas. Curiosamente estas preguntas responden a la lógica periodística clásica, (y cada vez más clásica):

QUIÉN, QUÉ, DÓNDE, CUÁNDO, POR QUÉ, CÓMO.


martes, 25 de octubre de 2011

¿Otoño?


Las últimas carrerillas han sido muy divertidas: la Trinxacadenes, de Vallromanes; y el Open Natura de Esparreguera. Buenas sensaciones, paisajes bonitos, buen ambiente, y una buena forma de coger fondo y hacer piernas. Por lo que pueda pasar, ya se sabe. En el momento menos pensado la civilización moderna puede irse al carajo del todo, habrá que coger la bici para huir a la montaña... y hay que estar preparado. Unos construyen refugios antinucleares, y otros montamos en bici.

En el momento de estas carreras, el cambio de estación se resistía aún. Fueron los últimos coletazos de un largo verano que ya por fin parece exinguido, y que ha dejado paso a un prometedor otoño de caminos cremosos, llenos de lujuria. Tan largamente esperado, el otoño va a ser breve, seguramente, pero intenso.

En fin, esto es todo por hoy. Cuando mi trabajo me lo permita, entre batalla y batalla, me explayaré más tiempo, largo y tendido. Hay muchas cuentas que ajustar, y poco tiempo para hacerlo...

Happy trails!


martes, 11 de octubre de 2011

Sunn 5000R+

Unas fotos de la última actualización: Sunn 5000R+ Road Edition.

Continental 1,3"
Guía de freno Ritchey Logic
Dirección de rosca 1"
Potencia Ahead Sunn Brute
Horquilla Sunn Force.


jueves, 6 de octubre de 2011

Gracias, Steve


«Tu tiempo es limitado, no lo malgastes viviendo la vida de alguien distinto. No quedes atrapado en el dogma, que es vivir como otros piensan que deberías. No dejes que los ruidos de las opiniones de los demás acallen tu voz interior. Y, lo que es más importante, ten el coraje para hacer lo que te dicen tu corazón y tu intuición».

jueves, 22 de septiembre de 2011

jueves, 1 de septiembre de 2011

La historia de Manuel Ricol


Hay historias que merecen la pena rescatarse del olvido de los tiempos. Quitarles la capa de polvo que las cubre y recuperar el eco que dejaron hace años. Su recuerdo perdura porque fueron historias extraordinarias, y hace falta conocerlas y valorarlas. Una de estas historias es la que he conocido a raíz de la última locura en la que voy a embarcarme: el II Campeonato de España de Ciclismo para Periodistas, a celebrarse en Huesca el próximo 23 de octubre, y que este año homenajea al decano del ciclismo español: Manuel Ricol Giner. Esta es su historia.

Banqueros, comerciantes e industriales eran quienes acudían en el siglo XIX a las célebres exposiciones universales, en donde se mostraban lo más sofisticados avances tecnológicos. Fue en la exposición celebrada en París en 1865, donde el francés Michaux dio a conocer al mundo su célebre biciclo Spider, la primera bicicleta comercializada con enorme éxito, con una rueda delantera de mucho mayor tamaño que la trasera. Montado en una de ellas hizo su entrada en Barbastro el relojero Manuel Ricol, apareciendo por el Paseo del Coso en mayo de 1873.


Precisar quién fue el primer español que montó en bicicleta es prácticamente imposible. Existen en la prensa del siglo XIX incontables noticias de osados aventureros y de originales inventores que construyeron y probaron con diverso éxito distintos prototipos de bicicletas. Pero en lo que estaban de acuerdo y de forma abrumadora asociaciones, clubes y órganos de prensa del momento, era que por su trayectoria, hazañas, records y por su labor de divulgación, Manuel Ricol Giner
, es considerado decano y pionero del ciclismo en España.

Manuel Ricol Giner, nació en Castellote (Teruel) en 1849, trasladandosé su familia a Barbastro cuando él contaba con ocho años de edad . A los trece, en 1863, fue a residir a Zaragoza para trabajar como aprendiz de oficial de relojero con Clovis Feunet, fabricante de relojes de Besançon (Francia).

Este mismo año, Mariano Pueyo, artesano y tallista de la calle Mayor de Zaragoza, construyó un velocípedo de cuatro ruedas y otro de dos, ambos de madera, que Manuel Ricol tuvo oportunidad de probar, lo que le impactó enormemente. En 1866, su insistencia provocó que Manuel Caballero, maestro de obras militares y residente en Barbastro, construyera otro pesado velocípedo de madera. Montado en él, Ricol llegó hasta la Cuesta de la Almunieta, pero tuvo que regresar a pie arrastrándolo.

A instancias de su jefe, Manuel se trasladó a Madrid en 1869. Aquí adquirió uno de los primeros biciclos que deambularon por el Retiro, la Castellana y Paseo del Prado. Por estas fechas coincidió con los hermanos Santos, Rivera y Manuel Lluch, con los que se reunía en el café de Fraga, y en estas tertulias ciclistas surgió la idea de constituir la Sociedad Velocipedista de Madrid
, la autética pionera del deporte del pedal en España.

En 1873, Manuel Ricol viajó en bicicleta desde Madrid hasta Barbastro. Eloy Pa en El Deporte Velocipédico nº 122, narraba este evento.

En 1877 decidió junto a su esposa establecerse definitivamente en Barbastro, abriendo su relojeria en el paseo del Coso nº22 y domiciliándose en la calle San Hipólito, hasta su muerte el 2 de Junio de 1920.

En 1888 recibió de la Sociedad Velocipedista de Madrid, el título de socio de honor y decano del ciclismo español. Dos años antes habia lanzado un reto a escala nacional comprometiendose a premiar con mil reales al ciclista que lograra realizar con menos tiempo que él o cualquier otro ciclista barbastrense, el trayecto comprendido entre Barbastro - Mesón de Almudévar - Barbastro. El reto se publicó integramente en El Veliocipedo (nº 12, Madrid 1886).

Ya entrada la primavera de 1888, logró verificar el primer record español de las 12 horas sin desmontar. Al año siguiente, en mayo de 1889, logró asimismo verificar el record español de las 24 horas en bicicleta; estableciendo en junio de 1893, ya con 44 años de edad, el primer record español de los 100 km en bicicleta sin desmontar, efectuando el trayecto Barbastro - Huesca - Barbastro en 5 horas y 10 minutos según se relata en la revista El Ciclista nº 32 (Barcelona, 1 de julio de 1893) Estas gestas lo convirtieron en todo un mito a nivel nacional, testimoniandolo periódicos deportivos y de información general de la época, El Veliocípedo, Crónica del Sport, El Deporte Velocipédico, Diario de Informaciones de Madrid , Barcelona- Sport, El Ciclista, Los Deportes o El Mundo Deportivo de Barcelona, La Defensa de Zaragoza, La Bicicleta de Pamplona etc, etc ; que pueden consultarse en la Biblioteca Nacional, la Hemeroteca de Madrid o el Museu de Història de la Ciutat de Barcelona.

En los primeros dias de octubre de 1886, organizó Ricol en Zaragoza las carreras celebradas durante la festividad de El Pilar. En 1888, le encargaron la organización de las primeras carreras ciclistas de Lleida, coincidiendo con la Festa Major del 12 de mayo, y en agosto de ese mismo año por San Lorenzo en Huesca.

En 1892 se disputó el primer campeonato español de resistencia, Barcelona-Reus-Barcelona, en la que participaron siete ciclistas, entre ellos Ricol, con 43 años de edad, no pudiendo acabar, al caerse a su paso por Villafranca, de regreso a Barcelona, y sufrir una lesión de consideración en la frente. Pero la generosa gesta impresionó tanto a los ciclistas catalanes, que al año siguiente las tres sociedades ciclistas existentes en Barcelona le nombraron socio de honor, desplazándose en bicicleta desde Barcelona a Barbastro en 1894 cinco ciclistas para rendirle homenaje.

Ricol devolvió la visita en 1895, acompañado por su amigo A. Gruas. El periódico El Deporte Velocipédico relató el suceso (Madrid 31 de julio de 1895).

En los años sucesivos continuó Ricol recibiendo muestras de admiración y cariño de todos los rincones de España , pues entre los años 1895 y 1900, no hubo socicedad ciclista que se fundara que no hiciera mención en sus estatutos al popular decano. Pero fue en el tercer congreso de la Unión Velocipedista Española celebrado en Barcelona en 1897 presidido por Claudi de Rialp, donde se le reconoció oficialmente como decano de los ciclistas españoles, título que ya le habian otorgado desde mucho tiempo antes la mayoría de las asociaciones ciclistas y órganos de prensa.

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Autor: F. Lagardera
Resumido por Esnafrau, del Club Ciclista Barbastro (Huesca)
Fecha de publicación: 2 de enero de 1998
via@ amigosdelciclismo.com

martes, 30 de agosto de 2011

Me duelen las manos

Y me duelen no por golpear a nada ni a nadie, ni por ejercitarlas jugando a las cartas o aplaudiendo al papa en su visita reciente. En ese caso habría utilizado las manos para otra cosa. Tampoco es por aplaudir las últimas medidas de nuestros queridos politicastros. Precisamente por aplaudirlos, no. En todo caso me dolería de forrarlos a hostias.

Desde hace unos años, la sensación de la última parte de la temporada y del verano es siempre la misma: un intenso dolor de manos. Y eso es una señal inequívoca de que el verano ha ido bien. De que ha habido ejercicio relacionado con agarrar un manillar, apretarlo fuerte sin soltarlo, frenar, cambiar, etc. Las durezas en las manos y las articulaciones ligeramente tocadas son la huella que queda de las bajadas, curvas y saltos a los que nos dedicamos con entusiasmo en los meses estivales. Mientras se adivinan los tonos ocres del otoño entre los bosques, nosotros, los que sudamos en verano, todavía estamos recuperándonos de los excesos. Es cuestión de reposar un poco y relajarse antes de emprender la mejor parte del año en lo que a dar pedales se refiere.

Sé que cuando sea mayor y jubilado seré víctima de una de estas dos dolencias: próstata y/o artrosis en las manos. Tantas vibraciones, botes, golpes, movimientos y demás cosas no pueden ser buenos para el organismo. Y lo pagaremos caro -especialmente porque no habrá sanidad pública para cuando nos toque quejarnos-.

Pero mientras tanto... ¡a tomar por culo y a montar! Nos podía haber dado por el estramonio y las raves, pero nos ha dado por la bici y la destrucción. Qué le vamos a hacer.

jueves, 18 de agosto de 2011

Lost, perdido en la montaña


Nunca he visto un solo capítulo de la serie Lost, pero cuando te toca a ti estar perdido te aseguro que echas mano a tu manual mental de supervivencia, venga de Lost o del flipado ese del Último Superviviente. Todo tu conocimiento sobre situaciones "comprometidas" se pone a examen. Y no es un examen fácil. Algo así me sucedió hace unos días en la serranía conquense.

Todos sabemos que no se pueden hacer ciertas cosas al salir a la montaña, sea en bici o andando o en cualquier otra actividad. Y los accidentes y percances en la montaña suceden tanto a gente inexperta como a gente habituada. Pero a veces la experiencia juega malas pasadas y uno se arriesga a hacer ciertas cosas, como ir solo por una zona que no conoces. La estadística no miente, y si no te ha pasado nada en años de salidas por la montaña, puede haber una que sí te suceda. El famoso 9 de cada 10 médicos recomiendan Colgate. Siempre hay un hijoputa que recomienda Binaca.

Aquel día cumplí todos los requisitos de seguridad y previsión ante una salida en bici por una zona desconocida, en solitario y en agosto: agua y comida abundante, mapa detallado (dejé una réplica del mapa de la ruta a mi novia, menos mal que hice caso a la vocecita interior que me lo dijo), batería en el móvil (que luego se demostró insuficiente), protección solar... En fin, que tomé las precauciones necesarias. Pero no fueron bastante para el palizón de kilómetros, el sol y lo difícil de orientarse y moverse en esa zona en concreto. Orientarse en la montaña no es cosa fácil, y la experiencia de muchos años no te garantiza nada, pero sin un buen mapa estás perdido. Esta vez, ni siquiera con un buen mapa me bastó.

La ruta había transcurrido sin problemas pero con algunas correcciones sobre la marcha, que había solucionado perfectamente. El típico sendero que tocaba retroceder porque no era el correcto, algún camino mal señalizado, etc. Pero el mapa y el marcaje de la ruta estaba demostrándose bueno. Me encaminaba hacia el bucle final ya de vuelta al pueblo de partida, desde el punto más alto de la montaña hasta el valle. La ruta decía que el camino se terminaba y que debía buscar un enlace a través del monte hasta otra pista que bajaba hasta una carretera, y de ahí al pueblo. Pero el monte estaba impracticable, totalmente cerrado y además había un barranco que según las curvas de nivel no debería estar allí. Retrocedí para buscar una alternativa que bajara por el monte. Imposible. Un rebaño de cabras sin pastor andaba por allí, pero no conducían a ningún sendero. A esas horas de la tarde ya notaba todo el peso de la jornada y del sol acumulado. Seguí buscando alternativas bajando por un cauce seco, ya con la bici al hombro. Nada. Conducía a otro barranco. Todo parecía indicar que estaba perdido y lo que era peor: el mapa no me ayudaba en nada.

Roto por el cansancio, subí otra vez con la bici al hombro por el cauce seco hasta un collado. Si me asomaba por unos árboles podía ver perfectamente el pueblo al que tenía que bajar, allí en el valle, pero no había forma humana de llegar hasta él a través del monte, y tenía que retroceder unos 7 km de subidas y bajadas por pista para llegar a una bifurcación que quizás me llevara a otro pueblo. Eso, estando completamente sin fuerzas y desde ese momento, para añadir más desgracia, también sin agua. En resumen: estaba jodido. Traté de buscar otras opciones, pero ya solo encontré una: la llamada de auxilio.

Desde entonces hasta que me encontraron unos amables tipos que había en el camping, con el 4x4, pasaron otras 3 horas. No eran capaces de localizarme por las referencias del mapa, sino por las suyas locales, así que ya pensaba que iba a pasar la noche bajo los buitres y algunos perros que andaban por allí. Allí no había ni rastro de civilización. Solo un inmenso silencio, pajaritos y chicharras, que parecían reirse de mi por subestimar esas montañas. Al final, vi el 4x4 acercarse a lo lejos y recogerme exhausto. La solución era difícil porque estaba en una zona sin salida. Tendría que haber retrocedido 7 km y bajar por unas pistas (sin marcar) hasta otro pueblo distinto. Es decir, muy posiblemente también me habría perdido. Se trata de una zona que solo conocen los cazadores de la zona, muy poco marcada y transitada. No apto para visitantes atrevidos.

En fin, el examen fue largo y tuve suerte, pero he aprendido muchas lecciones, entre otras: intentar evitar salir solo por zonas desconocidas, y... ¡¡comprarme un jodido GPS!! Es curioso lo que te pasa por la cabeza en esas situaciones. Eso, si te deja el cansancio extremo y los nervios que tienes encima. Pensaba en quién coño me mandaba estar una tarde de agosto perdido en la montaña, jodido de cansancio y de calor. No encontré la respuesta.

miércoles, 17 de agosto de 2011

La vida en Marte

Como decía la canción de Bowie, la vida en Marte vista desde el vehículo Opportunity parece mucho más tranquila de lo que es hoy en día en muchos puntos de nuestro querido planeta Tierra. Agobiados por la crisis/estafa económica mundial, por sequías, hambrunas y otros dramas, la vida en nuestro planeta Azul se antoja más complicada que la apariencia silenciosa y quieta del planeta Rojo.

Ahora que lo pienso, lo de planeta Azul y planeta Rojo puede querer significar algo...

El Opportunity ha tardado 3 años en recorrer 21 km en Marte, para llegar al cráter Endeavour. Qué cosas...

jueves, 21 de julio de 2011

Una bici cambiará el mundo


Propongo que, ahora que estamos en pleno verano, los políticos se vayan todos de vacaciones a hacerse una lobotomía forzada. De esta forma, quizás con un poco de suerte volverían en septiembre con un cerebro renovado y con capacidad suficiente para decir más de dos frases coherentes. ¿Y qué hacemos en este país durante el verano sin fútbol y sin políticos? Muy fácil: sustituirlos por los tertulianos de Sálvame. En vez de hablar de si uno le ha puesto los cuernos al otro, o de que fulano le dijo a mengano que era una persona non grata, que cambien el sujeto "Ortega Cano", por decir alguien, por "Zapatero"; "Ana Obregón" por Dolores de Cospedal; y "Falete" por Mariano Rajoy. Y listo. Ya tenemos debate político de calidad para todo el verano: entretiene, divierte y genera conversación de terraza y sombrilla.

Para el caso, la política en este país se reduce a eso: hablar de chismorreos. Lo mismo da escuchar el discurso de José Blanco que el de Kiko Matamoros. Y no nos engañemos: es mucho más divertido oir barbaridades de un profesional del medio como Matamoros, que de un pobrecito hablador como Pepe Blanco.

El nivel de desarrollo de un país debería medirse por dos indicadores: el índice de circo mediático que hay en sus televisiones y el índice de bicis por habitante. Leía el otro día el amplio reportaje de Borja Echevarría en El País: Revolución ciclista, en el que analiza -ahora ya dejando de lado las ironías- que la bicicleta se está convirtiendo en un reflejo del nivel de felicidad/desarrollo de un país. La forma en que el ciudadano se relaciona con el espacio en la ciudad está cambiando. Como está cambiando el papel del mismo ciudadano en relación a las instituciones, al gobierno, al poder, a la política, a los medios. Estamos frente a una revolución, no frente a una crisis. Superar una crisis supone volver después a un punto inicial parecido al original. En este caso, las cosas no volverán a ser como antes. Para bien o para mal. Por eso estamos en una Revolución. Y el vehículo de esta revolución bien puede ser un vehículo sencillo pero acorde a la nueva sociedad.

Nuestra sociedad en estos momentos es "impredecible y vertiginosamente cambiante". Descentralizada, con el papel del Estado en entredicho, con una clase política y pública en franca decadencia, el individuo se convierte en el centro del mundo, en protagonista de su propia Historia. Vuelven a cuestionarse las cosas que se cuestionaron en la época de la pre-Revolución Francesa (¿es el Estado el garante de nuestros derechos, tenemos libertad de elección, somos todos iguales?). Como somos protagonistas y dueños de nuestro destino, ¿por qué dejarlo en manos de los políticos? ¿Por qué dejarlo en manos de los poderes fácticos?

Curiosamente, aunque cada vez hay más máquinas, cada vez más buscamos más el beneficio individual en ellas, no el del progreso científico, por ejemplo. No se inventan aparatos para hacer que los ciegos vean o los sordos oigan. Se inventa el iPad. Pero lo cierto es que las máquinas y la tecnología nos igualan. Somos todos igual de individualistas con las nuevas herramientas. Conectados a un mundo virtual pero desconectados con el vecino. Y eso crea masas críticas con el sistema real, ya que en el físico ya existe otra lógica de relación, verdaderamente democrática. Y una masa crítica conectada en lo virtual también puede llegar a estarlo en lo real. Y cambiar el sistema.

Por eso, la bici simboliza el nuevo espíritu ciudadano del siglo XXI: libertad, igualdad, fraternidad. Redes de información descentralizadas y sin monopolios mediáticos. Rutas de bits conectados por nodos espontáneos y naturales como líderes de opinión, no líderes económicos o políticos/de partido. Herramientas de cambio social, no de entretenimiento. Sería muy irónico que lo que en un momento de la Historia se utilizó y consideró como "ocio" acabe siendo un elemento de cambio social: las tecnologías, los medios sociales, como sistema de organización ciudadana y de control político; y la bicicleta como vehículo antiguo, denostado y minusvalorado, que resurge como vehículo sin dependencia energética, globalizador y democrático.

viernes, 15 de julio de 2011

Campaña Detox de Greenpeace

La nueva campaña de Greenpeace apunta directamente a los fabricantes de ropa deportiva como Nike o Adidas, que utilizan productos tóxicos en sus procesos productivos, especialmente en las fábricas de China. Esto supone, entre otras cosas, el vertido y la contaminación del medio ambiente.

La campaña dice: Únete a nosotros y diles a Adidas a Nike y a otros posibles campeones JUST DO IT y rétales a liderar el camino hacia un futuro libre de tóxicos, para que demuestren de una vez por todas que IMPOSSIBLE IS NOTHING.




jueves, 14 de julio de 2011

martes, 12 de julio de 2011

El futuro son las chapas

Ahora que me he enterado de que el freeride ha muerto, es hora de desempolvar la hemeroteca y decir con voz alta y clara: ¡YO TENÍA RAZÓN! Cuando hace 5 o 6 años la gente se volvía loca comprándose hierros con 180mm de recorrido, y las entonces llamadas enduro de 120 empezaban a desmarcarse de esos modelos, algunos visionarios con poderes extrasensoriales dijimos: "el futuro es el enduro". Y así ha sido. El enduro ahora no es de 120, sino de 160. Porque el enduro se ha fagocitado al freeride literalmente, y lo que antes era enduro ahora es all-mountain.

Como dice el artículo de Mitchell Scott en Pinbike, el mountain bike tiene más subcategorías y subgéneros que la tabla periódica de elementos. O más subgéneros que el "rock", también se podría añadir. Y evoluciona tanto porque es un deporte joven y en crecimiento, muy ligado a la competición y al desarrollo tecnológico. Aunque la competición está reservada para dos ramas del MTB muy claras y definidas (rallye y descenso), el usuario tiene una gama inmensa de tipos de bici para la modalidad que prefiera practicar. Y eso lo hace rico, pero también confuso y poco accesible al público. La gente que no sabe de bicis no tiene por qué tener claro si quiere hacer all-mountain, freeride, cross-country, descenso, con ruedas de 26, de 29, rígidas o dobles. Por eso la bici de carretera siempre será (más aburrida) pero también más popular y reconocida.

El otro día me subí, por cierto, a una Pinarello ultramegaquetecagas. Y por poco me rompo. Increíble la postura y la sensación de peligro en una flaca. Hacía tiempo que no me subía a una, y volverá a pasar mucho tiempo antes de que me suba a otra. Lo cual hace que admire mucho más a los ciclistas de carretera y de competición. Pero como dice un amigo: "lo nuestro es el surf".

martes, 28 de junio de 2011

La escuela de calor


Las últimas semanas han sido ajetreadas y de mucho viajar los fines de semana. Como recién graduado Técnico Monitor y Guía de Mountain Bike, por la Escuela Española de Mountain Bike y la Federación Madrileña de Ciclismo, puedo decir y digo: "¡joder, qué calor!" Y es que el verano ya ha llegado, y nadie sabe cómo ha sido. De repente, han empezado a derretirse los Kinder Sorpresa en las tiendas de golosinas y los caminos se han secado como el cerebro de los gobernantes que nos mangonean. Todos los síntomas inducen a pensar que es verano y que tenemos por delante unos meses a base de chanclas y gazpacho. Y también de salidas nocturnas, de viajes, de montar con los colegas, de cervezas y de terracitas. Cambio climático aparte, el verano es una de las estaciones que más me simpatizan, aunque reconozco que hay que saber montárselo para no caer en los tópicos y cagarla con todo el equipo. Huir de las muchedumbres y el enjambre dominguero, escapar de las colas y caravanas, apostar por las verbenas de pueblo, estar a la fresca, por el paseo playero o montañero y, sobre todo, por los espacios abiertos y poco explotados. Esos que no salen en el País Semanal o en cualquier otro medio de desinformación de masas.

Personalmente, y para evitar el síndrome post-vacacional o post-estival, creo que es un error sobreestimar o tener altas expectativas hacia esta estación. El verano son dos días y pasan volando. Tampoco es pa tanto. Hay que disfrutarlo exactamente igual que el resto del año, un poco más porque hay más tiempo libre, sí, pero sin verlo como un permiso carcelario a nuestras rutinarias y apestosas vidas. Antes que llegar a tener un concepto tan bajo de nuestra existencia, habría que preguntarse si algo falla. Es como los fines de semana. Si estás deseando que llegue el viernes porque crees que tu vida entre semana es una mierda, es que algo no marcha bien, ¿no te parece, amigo?

Quizás este quitarle hierro al verano sea una reminiscencia del efecto Vacaciones Santillana, y de aquellos infernales libros de tareas que nos recordaban que en verano también había que currar, cuando éramos niños. Aunque fuera solo durante un par de días -yo solía hacer todas las tareas del tirón y después me tumbaba a la bartola-, te hacía ser consciente de que el verano no era totalmente un agujero negro. En cualquier caso, el verano es una buena época para hacer cosas distintas a las habituales, o hacerlas con más intensidad, depende del caso. Y todo por dos razones: más Tiempo para hacer cosas y más Sol.

Así que ya está abierta la Escuela de Calor. También están abiertos los Bike Parks, los Clinics, las piscinas, los aceleradores de partículas, el medievo, los helados, las galletas, los nite-rides...

miércoles, 15 de junio de 2011

Las tardes con Gómez


Ya es conocida mi amistad con un mirlo llamado Señor Gómez, que viene por casa todas las mañanas y tardes a cantar. Sé que es el mismo siempre porque se posa en el mismo sitio. Una vez asentado en su rincón de la terraza, se queda entre 5 y 10 minutos cantando melodías a los cuatro vientos, y después se va a otro sitio con viento fresco.

Comenzó a acercarse por casa el año pasado, en verano. Y este año, desde primavera ya andaba trajinando por aqui y por allá.

Cuando tengo la bici en la terraza y me preparo para hacer un Clinik, Gómez me respeta y no molesta. En el fondo es tímido.

Bueno, este es Gómez.

martes, 7 de junio de 2011

No es un día cualquiera


Todo parecía indicar que hoy sería un día más de la semana. Un martes de junio. Pero no del todo. No exactamente. A veces los días se suceden sin pena ni gloria. Otros llevan más penas que glorias, y otros la balanza cae más hacia las glorias. Vamos, que no hay un día igual a otro, pero a veces se parecen. Pues hoy ha sido uno de esos días curiosos.

Comenzaron las curiosidades cuando fui a la presentación de la temporada de verano de Vallnord y Grand Valira. El gran Óscar Saiz me estuvo contando las novedades de Grand Valira Bikepark, y estuvimos charlando un rato de esto y aquello. Por allí andaba también el no menos grande Cyril Despres, tres veces ganador del Dakar. Luego conocí a una chica que resultó ser amiga íntima de una compañera de trabajo. Nos reimos un buen rato por la coincidencia. Esas cosas que pasan porque el mundo es un pañuelo.

Después, no tenía ganas de ir a comer a la oficina. Así que me he quedado en el rompeolas de la playa tomando el fresco viento que venía de levante y comiendo una ensalada. Unos chavalines que estaban correteando por las piedras me han preguntado si quería que pescaran un cangrejo para mi. Les he dicho que no, y que tuvieran cuidado. Luego se han ido a otra parte con sus patinetes, que se están poniendo de moda otra vez, pero ahora tuneados.

Al salir del trabajo he ido al Decartón a comprar un par de cosas. Me he metido con la bici en las callejuelas del casco antiguo y por la Plaza de Sant Felip Neri, acribillada a balazos de la guerra. Y a la vuelta de una esquina me he topado casi de bruces con Sebas Romero, Andreu Lacondeguy y Alex Echevarría, que iban de camino a ver a César Rojo. He quedado con Sebas en tomarnos algo un día de estos y contarnos planes.

Y por fin, ya en casa y con una tarde de tormenta magnífica, ha venido el Sr. Gómez (el mirlo que viene todos los días a la terraza) y se ha puesto a cantar como un loco durante un buen rato. Mientras tanto, yo grababa el sonido en el móvil, y luego lo reproducía, lo cual él interpretaba como si hubiera otro mirlo cerca suyo. El pobre pájaro debía estar alucinando. Espero que mi bromita no le haya molestado...

Así que ese ha sido mi día de hoy. Aunque todavía no ha terminado, por supuesto. Aún queda la noche.

lunes, 6 de junio de 2011

RV-4

He aquí el nuevo vídeo de la saga Rutones Verbeneros.


Y abajo la versión de Jesús, de mucha más calidad...


¡Es lo que hay!


miércoles, 1 de junio de 2011

Como perros sin collar

La carretera que conduce a Aínsa ya daba señales de que aquello iba a ser extraordinario. No era normal el color del pantano, ni los árboles sumergidos a media altura en el agua. El color turquesa, uniforme en todo el pantano, y el contraste con los tonos grises de las colinas de margas resaltaba en la tarde, que ya caía en esas altitudes. Los tonos anaranjados se reflejaban en las cotas altas de la Peña Montañesa, pero abajo en el pantano era el turquesa el color dominante. Y en las montañas, los grises del suelo y los verdes oscuros de los pinos. Y al fondo, Aínsa.

El plan era sencillo: elegir una de las 12 rutas que proponía la organización de la Quedada Zona Zero y completarla alegremente durante la mañana, para dedicarnos al solaz durante la tarde y la noche. Quizás el domingo haríamos otra ruta. Mientras tanto, disfrutando de la compañía de buenos colegas llegados de Madrid y Barcelona: los Team Members oficiales Dani y Simon, los grandes Jesús, Charlie y Carlos, desde Madrid, y el inconmensurable Willy desde Barcelona.

Así que el sábado de buena mañana nos dirigimos hasta la plaza central de Aínsa, donde nos esperaba la organización con un chocolate calentito. Despertamos un poco entumecidos por el recibimiento de la noche del viernes, que como siempre se prolonga un poco más de lo debido. Pero nos espabilamos pronto nada más salir del camping donde estábamos, y afrontar el primer sendero a la puerta del bungalow, como quien dice. Un sendero de subida por un bosquecillo hasta el castillo de Aínsa, un pueblo medieval precioso, empedrado y con olor a MEDIEVOOOO!

Pero el chocolate nos sentó como una patada. Ya íbamos con el estómago un poco revuelto, y aquello nos sacudió. Así que nada mejor que empezar la ruta subiendo para poner al organismo en su sitio. Senderos y pistas de subida, bien bonitos entre un cauce de lajas y pizarra, entre un riachuelo, fue el comienzo del tomate. Sabía que con esas referencias paisajísticas de los alrededores la ruta no podía defraudar.

Aquello iba poniéndose bonito e interesante. Tras ganar una buena cota, accedimos a un sendero endurero donde ya empezamos a salivar. Buenas piedras donde poner en práctica la técnica que cada uno buenamente tenga. Falso llano en trialera por bosque: un favorito. Piedra por aqui, raíz por allá... precioso. Enlazado una bajadita de vez en cuando... fantástico. Esto marcha.

Poco después subimos y bajamos cota casi seguido. Primera bajada interesante del día entre un canal de margas y colinas naturales de piedra suelta pero con una tracción sorprendente. Fabuloso. Y el paisaje, que sigue ganando: bosques y más bosques de coníferas, robles y boj, de media montaña prepirenaica.

Tras atravesar un pueblecito comenzó una dura ascensión prolongada por asfalto hasta otro pueblito, Oncins. Fue la parte más pesada, pero luego lo agradecimos. Porque empezaba un descenso casi contínuo por senderos ya de vuelta hasta Aínsa. Primero, una parte técnica de piedra suelta entre rocas, agujeros y cortados; luego una parte rapidísima de pedaleo por trialera abierta; y después un enlace hasta el tramo mágico de Bosque Bóveda (la especie autóctona de estos lugares): un larguísimo, merecido y esperado ¡¡singletrack por bosque abovedado!! El rey de la selva, el puto amo de las especies de caminos, la pieza maestra de todo buen cazador de senderos. Un pedazo de singletrack como Dios manda, con sus curveos, peraltes, zonas rápidas, de ir pedaleando a muerte rozando los árboles e ir gritando de gusto y de alegría. Uno de los mejores singletracks que puedo recordar, sin duda. Generoso, noble y completamente entregado a la causa. ¿O quizás era una hembra?

Pero no terminaba ahí la cosa. Después de unos 15 minutos de éxtasis quedaba lo mejor: como cuando terminas una Guinness y llegas a la espuma. Bueno, en realidad sólo podría compararlo con el sexo, pero tampoco voy a entrar en detalles porque quedaría demasiado porno describirlo con un símil.

Lo que hicimos después de ese singletrack pensaba que solo sucedía en los vídeos del Kranked. Pero no. Resulta que en HUESCA, ESPAÑA también. Un jodido descenso por una sucesión de dunas y colinas de margas, piedrecillas grises compactas, como una montaña rusa de asfalto granulado. Una jodida montaña rusa en medio del bosque y de colinas arcillosas como nunca antes había visto, salvo en las Bardenas o los Monegros. Pero aqui tú mismo ibas haciendo tu propia línea entre las colinas. Freeride. El puto éxtasis. ¡Y todo está grabado!

Así que después de semejante cierre para la ruta, sólo pudimos celebrarlo el resto del día. Una ruta épica para un día épico en el que todos disfrutamos como jodidos perros sin collar.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Rutones Verbeneros III

Hello! Aqui, la nueva superproducción del Team.
Perfecto para inaugurar esta nueva plataforma web de Sierra Commmmmm...

lunes, 23 de mayo de 2011

Sobran las palabras

A partir de ahora, todo será distinto.



...porque algo ha cambiado.

¿Y por qué estoy tan seguro? Porque no necesita escribirse en un post. Se sabe. Y con eso basta.

martes, 17 de mayo de 2011

Droga dura

A casi 3.000 metros, la montaña del Puigmal es una de las cumbres más altas de Cataluña, y una cima mítica para los muchos aficionados catalanes al montañismo. El Puigmal también marca la frontera (no real, pero casi) entre España y Francia, y entre el pirineo catalán y el francés, en plena Cerdaña. Es una montañita muy atractiva, en definitiva. Y muy turística. En el lado catalán del Puigmal existe un centro-resort desde donde se pueden hacer infinidad de rutas: el Valle de Nuria que, a pesar de ser bastante turístico, es de visita obligada para cualquier aficionado a la montaña.

El Valle de Nuria tiene una mezcla de verbena montañera y santuario mariano, -de cierta grima, por tanto-, pero es un sitio que merece la pena totalmente. Más que eso: es imprescindible si se tiene la ocasión de ir por la zona. Sobre todo para perderse por los senderos que se adentran en los valles y los bosques, y para intentar subir al Puigmal. Es una especie de campo base perfecto para atacar un montón de rutas. Y la más emblemática de todas es el Puigmal.

Sin madrugar mucho, el domingo nos levantamos un tanto escépticos. La tarde y la noche anteriores había hecho muy mal tiempo, pero el domingo amaneció completamente despejado, para sorpresa mía.  Creo que esa sensación de incertidumbre cuanto te levantas, vas hacia la ventana y ves que hace buen día... es una de esos momentos en que parece que te estás jugando que la ruta, la excursión, el día entero que has estado esperando salga bien o sea un fracaso. Y cuando abres la ventana y ves que hace un sol radiante... es como cuando ganas a la lotería o a las cartas. Te la juegas a cara o cruz, y te sale cara.

Tras un desayuno pantagruélico, pusimos rumbo a la cima. Dos horas 45 minutos estimadas. La cosa empieza fuerte, con una subida preciosa entre un sendero de pinos. Me hago con un buen bastón-rama, y poco a poco vamos calentando el ritmo. El bosque desemboca en un collado que a esas horas está lleno de escarcha nevada, pero sólo en la cara norte del suelo. De forma que si mirabas hacia adelante, hacia el norte y a contrapelo, veías algunos trazos de nieve sobre la hierba, pero si mirabas hacia el sur lo veías todo blanco, al estar de cara al norte. Un efecto divertido.

Seguimos subiendo, cada vez con menos vegetación. El deshielo de la primavera va descubriendo ríos bajo los neveros, horadando y derritiendo las acumulaciones de nieve y dejando paso a enormes torrentes de agua clara. La vegetación está en pleno estallido de vida después de meses bajo cero, aunque el día tampoco invita a mucho destape, ya que un vientecillo del norte mantiene las cosas en su sitio. Algunas marmotas corretean por las laderas, silbando.

La nieve ya se puede ver en todas las cumbres que rodean el valle, aunque a nosotros no nos toca pisarla hasta los últimos tramos de la subida. Justo cuando empieza la piedra, ya sin vegetación ni tierra bajo las botas. Piedras y rocas sueltas forman la base de la cumbre, y el viento cada vez es más fuerte. Hasta la cima, la ascensión se hace a paso cada vez más lento, pendiente y rítmico. Cristina y yo, con prendas algo rudimentarias, sin guantes y casi "de paseo" vamos a buen ritmo. Empezamos con mucha precaución y sin mucho convencimiento de llegar a la cima, pero poco a poco nos hemos ido creciendo y sintiéndonos más cómodos. Nos cruzamos con algunos montañeros ultraequipados que suben o bajan corriendo, y en ese momento me parece una locura total, aunque luego no lo será tanto. Cuando estás concentrado regulando la respiración y el ritmo de subida, y ves bajar a unos tíos corriendo por donde tú subes te parece una barbaridad. Pero poco después tú estás haciendo lo mismo...

A pocos metros de la cima el viento se hace más y más fuerte. Y al llegar a la cumbre es insoportable. Al sacar las manos para hacernos la foto de rigor comencé a notar que a cada segundo que pasaba me ardían más los dedos, hasta dejar de sentirlos durante un momento. Entonces me acojoné, y comencé a bajar de la cima. ¡El frío era increíble! El chubasquero me protegía bien, pero en las manos sencillamente no podía moverlas! Así que tras unos pocos minutos arriba, comenzamos el descenso.

Entonces vino la parte divertida: como ya me pasó al bajar el volcán Izalco, en El Salvador, el descenso entre piedra suelta cuando la montaña es muy pendiente, se hace esquiando. Es decir, bajar soltando frenos como si estuvieras sobre nieve. Espectacular. Mucho más fácil que si bajas cargando las patas.

Tras celebrar el ascenso y el descenso en poco más de 4 horas, la sensación de haber cumplido con el objetivo marcado fue reconfortante. Una pequeña montaña de 3.000m, de paisajes espectaculares, que marca una gran experiencia. Siempre quise dedicar más tiempo a subir montañas, algo que siempre he hecho, pero menos de lo que quisiera. Mi primo, un consumado montañero, lo llama "la droga más dura". La adicción máxima. ¿Más que la bici? No lo sé. Pero me ha gustado tanto este viaje, después de un tiempo sin probarlo, que ya estoy buscando repetirlo. No recordaba que era tan buena. Sea como sea, cualquier cosa que sucede en la montaña, es adictivo y bestial.

 

jueves, 12 de mayo de 2011

Fragmentos de la última aventura

Cuando todo sale bien percibes una sensación de fluidez y de conjunto. Como cuando serpenteas por un camino, yendo al ritmo que te marca. Te sientes parte de un todo mucho mayor: una montaña, un entorno. Esto incluso pudes captarlo en otro tipo de circunstancias: un concierto, un momento de intimidad, contemplar un paisaje. En un viaje también sucede. Momentos fragmentados que al final encajan dando sentido a un conjunto.

Esto es (parte de) lo que sucedió en nuestra última incursión en las tierras salvajes. Aparte, claro, de otros muchos momentos y pinceladas que forman parte de eso que los futbolistas llaman "reglas del juego": lo que pasa en el campo, queda en el campo.

Y esto es el campo: