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viernes, 27 de julio de 2012

Viejos rockeros...

Junio y julio han sido apoteósicos. He podido tachar de mi lista de tareas dos de los objetivos vitales que perseguía desde hace años; dos de las cosas que quería hacer en esta vida: montar por el Cervino-Zermatt (ver post anterior), y ver a Billy Idol en concierto. Ambas experiencias han satisfecho por completo mis expectativas. A veces cuando tienes muchas ganas de hacer algo y finalmente lo haces o sucede te quedas igual, no pasa nada, no hay un antes y un después. Pero hay otras veces en que sí, hay un antes y un después del evento en cuestión. En este caso, sobre todo en lo de Zermatt. Conciertos hemos visto ya unos cuantos, y a todos los grandes, por eso Billy no impresiona tanto como concierto  en sí. Lo que es espectacular es ver a un pibe de 56 años, una leyenda del rock, dándolo todo a dos metros de ti y coger al vuelo la púa de uno de los mejores guitarristas de la historia: Steve Stevens.

En fin, son dos cosas que tenía que hacer y afortunadamente, gracias a los dioses, he podido hacerlas y además en compañía de mis amigos. Además esa noche, en la farra posterior y después de ver a un magnífico grupo amateur en directo tocando versiones de los Stones o de AC/DC, nos echaron de un garito por hacer pequeñas travesuras, en medio de los pijos que habían ido a escuchar rock, así que el rock'n'roll attitude lo llevamos a su máximo esplendor en la tórrida noche madrileña. El decoro y los buenos modales son un invento de la burguesía para mantener el control sobre la clase trabajadora. El rock es, precisamente, la banda sonora de la clase popular frente al sistema establecido. Hoy a los rockeros se les llamaría perroflautas. La sociedad es así de gilipollas.
Track de la ruta en la Casa de Campo.

Para rematar la jornada de Billy Idol, celebramos un reencuentro nostálgico con otra vieja gloria del rock, pero del otro rock, el de las ruedas gordas. La Casa de Campo puede que sea el lugar más horadado por los bikers de la capital, el parque de atracciones -nunca mejor dicho- de la bici, a 10 minutos de la Gran Vía. Horas y horas de rutas, entrenamientos, paseos e incluso carreras de la Copa del Mundo. John Tomac, Tinker Juarez o Thomas Frischknecht han rodado por aqui. En fin, la Kelicampo en jerga castiza es una vieja gloria del rock, y mi reencuentro con ella después de casi 7 años de exilio voluntario fue emocionante y divertido, como escuchar en directo un viejo tema de los Stones -Gimme shelter podría valer-. Una gran jornada de singletracks suaves y sinuosos, de calor y polvo, de viejos y conocidos senderos en los que veo cómo pasan los años por ellos, sin que pierdan su esencia, incluso mejoran con el tiempo. Una Titus (Dani) y una Heckler (myself). Nostalgia de buen rock'n'roll.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Maestros

Cualquier excusa es buena para montar con los colegas. Y buscar el pretexto es a veces un ejercicio tribal, el sentido de pertenencia a un clan. Algo que nuestros antepasados dejaron grabado en el ADN. Ya se sabe: eso de que los conciertos de música son las nuevas reuniones sagradas de la tribu, que los héroes antes eran dioses, luego gladiadores y ahora jugadores de fútbol... Todos los rituales actuales que en realidad son situaciones antropológicas que se repiten desde generaciones y generaciones.

Pues en este caso fue fácil encontrar la excusa: el mito de "la vieja escuela". Los veteranos que se dan un homenaje retro. El pequeño clan que comparte una serie de cosas en común y que se reconoce como tal, y que para terminar el año se da una pequeña celebración: volver a los orígenes durante un día. Esto es importante por dos cosas: uno, porque te echas unas risas. Y dos, porque no olvidas. Y eso, casi siempre, es bueno. No olvidar de dónde venimos.

El caso es que todas las "escuelas" tienen "maestros". Todos hemos tenido maestros en la vida, o al menos me gusta pensar eso. Ir por la vida sin reconocer al menos a un maestro o maestra que nos haya enseñado una disciplina concreta -aparte de nuestros padres- sería tristísimo. Yo tengo la suerte de conocer a más de un maestro. Y el otro día se dieron cita dos de ellos, que fueron o son maestros en distintas formas y etapas.

Unos maestros pueden serlo por iniciarte en una disciplina, por abrirte las puertas a algo que desconocías. Y otros maestros pueden ser guías para alcanzar la perfección en algo. Pero en ambos casos o en otros que se puedan dar, lo que caracteriza a los maestros es que ellos no saben que lo son. No dan consejos ni clases magistrales ni ejercen como maestros. Sólo aprende de ellos su discípulo o aprendiz. Ellos negarán ser maestros, pero el aprendiz lo sabrá. Seguirá sus pasos, y quizás algún día llegue a ser tan grande como ellos o quizá más, en otros casos. Lo que me conduce a sacar a colación al gran mito de una generación como la mia: la saga Star Wars, jeje..

Así que, por los maestros. Cheers por ellos. Va este pedazo de vídeo:

Life Cycles

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Salud, dinero y salud

La salud (la buena salud) puede que sea el bien más importante que tenemos en la vida. Se suele decir eso de "salud, dinero y amor"... Pero cuando te falta la primera, o le falta a alguien de tu entorno, el resto de problemillas que rodean nuestras pequeñas vidas se vuelven ridículos. Digo esto no por mi, sino por un buen amigo que está en una situación así, en modo "fight", como él dice.

En casos así, cuando tienes un problema de salud (ya sea una caries, un hueso roto o un cáncer), unos invocan a Dios, otros a los dioses, y otros a sí mismos, para recuperarse del trance. El dolor nos hace bajar a la tierra y humillarnos ante nuestra condición de seres frágiles y mortales. Nos despoja de todo lo que no es humano en nosotros, y nos deja en pelotas frente a frente con la vida y la muerte. Es entonces, para recuperar nuestra salud y volver a ser personas "completas" y seguir con nuestras vidas, cuando recurrimos a lo que buenamente puede cada uno.

No sé en qué pensaría Lance Armstrong para salir de su enfermedad y ganar el Tour 7 veces. Tengo pendiente leer su biografía, porque aunque no me simpatice, reconozco que Armstrong los tuvo bien puestos (nunca mejor dicho) para superar toda una adversidad como un cáncer de testículos. El tío dejó claro que la capacidad de recuperación de un ser humano es infinita, y que la voluntad lo puede todo.

Suelen decir que los deportistas tienen una capacidad especial para superar las enfermedades o las lesiones. No lo sé, pero quiero pensar lo mismo que pensó Armstrong si alguna vez me veo en las mismas. A él le dijeron que tenía menos de un 40% de posibilidades de sobrevivir. ¿Qué tendría en ese momento, un 0,001% de probabilidades de ganar 7 Tours?

Claro que en el caso de Armstrong, el dopaje también tuvo algo que ver. Pero también es verdad que sólo con hormona del crecimiento no se supera lo que ha superado este hombre.

martes, 31 de agosto de 2010

El GPS y otros chismes

Como ya dije alguna vez hace algún tiempo, me he hecho con un móvil con GPS. En principio, con el objetivo de utilizarlo para rutear, meter tracks y descubrir nuevos senderos. Pues bien, todavía no le he hecho ni puto caso al GPS. Quizás algún día se lo haga, ahora que se acerca el otoño, y apetece perderse por algún bosque alfombrado de hojarasca.

En lugar de eso, estoy enfrascado en mi último proyecto audiovisual: una película de presupuesto infame. La obra maestra del cine de acción que sigue a todo verano que se precie. En este caso, la saga Diesel y Barro llegará en otoño a su tercera parte, siempre salvando las censuras y persecuciones de Youtube. Los fanáticos de la Saga pueden ver un par de adelantos aqui y aqui.

Porque hablando de chismes, y aparte del GPS, la estrella del verano han sido estas camaritas chinas. Con un tamaño ridículo y a la vez acojonante, las cámaras han hecho unas tomas subjetivas fantásticas. Son tan enanas como un JODIDO MECHERO, con lo cual puedes colocarlas prácticamente en cualquier lugar imaginable: el casco, la mochila, la horquilla de la bici, la tija... Y además la calidad es excelente, oiga.

El bueno de Simon nos regaló una a cada miembro del Team, así que estuvimos la semana de vacaciones como niños con zapatos nuevos. Este año he notado una cosa curiosa: todo el puto mundo iba con cámaras tipo GoPro, que se han puesto tan de moda como el sistema VPP. Es una buena noticia que los chinos se curren tecnología barata para el disfrute de los pobres mortales de los deportes de montaña. Hasta el punto de que era raro no ver un casco integral con una GoPro acoplada. Pronto habrá tantos vídeos de bicis en Youtube como de Lady GaGa o del Niño alemán loco.

Así que ahora, después de la resaca del verano, sigo pasándolo debuti editando los vídeos y tener lista la peli en otoño, el día más importante del año, jejeje.

miércoles, 21 de abril de 2010

En Gijón

El fin de semana pasado estuve en Gijón con motivo de una boda. El evento hizo que Cris y yo pasáramos unos días en esta agradable ciudad asturiana, donde pude confirmar que se trata de una de las mejores ciudades de España para vivir. Ya tenía mis sospechas, pero ahora lo corroboro. Una ciudad pequeña, sencilla y manejable, rodeada de montañas y bosques, y con una calidad de vida que parece muy alta. Definitivamente, Asturias, los asturianos y Gijón molan. Comer bien es inevitable, el paisaje es fantástico, la gente es amable y tranquila, y además tienen al paisano más universal del deporte español actualmente.

Aparte de esto, que me mantuvo alejado de las bicis el fin de semana, he empezado a actualizar mi exiguo y obsoleto arsenal tecnológico, y he adquirido una mini DV de segunda mano que me servirá para grabar próximas pelis y cosas varias. Junto a la cámara voy a hacerme con un nuevo portátil, jubilando al iBook, que ya no me sirve ni para ver powerpoints. Algo sencillo y que dé pocos problemas: es decir, un PC. Basta ya de la dictadura de los Mac y las gafas de pasta. Me rindo a los clones y al imperio del mal.

Y con la tontería ya estamos en miércoles, mi buen amigo David me ha regalado algo que merece un post solo, y ya estoy pensando en la ruta del próximo sábado. Yeah!