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viernes, 10 de diciembre de 2010

Bellotas



En vez de salir a hacer una de las rutas clásicas que solemos hacer en el monte, el otro día me vi con fuerzas y empalmé dos rutas. La cosa empezó bien, suave y con precaución porque había llovido y las trialeras estaban un poco mojadas y resbalaban. Continué (iba solo) por un enlace que solemos hacer de bajada, y que esta vez me tocó hacerlo de subida. Con el plus de que el camino estaba impracticable, lleno de árboles caídos. Tenía que hacer contorsionismo para pasar por debajo y por encima de troncos y ramas. Parecía una mezcla de Circo del Sol y el juego aquel de Enredados, o como se llamara. Un verdadero calvario. A la postre, creo que eso fue lo que me dejó K.O.


Pero en fin, continué la ruta, ya encadenado la segunda parte y sin síntomas aparentes de cansancio, aunque tampoco muy fresco después de media hora trepando por rocas y jugando a ser El Hombre Elástico. Consecuencia: una pájara de proporciones bíblicas cuando encaraba una de las subidas más duras de la zona, hacia Can Pascual. Sin agua, sin comida, vi que todavía me quedaba una pedazo de bajada, y un largo camino de vuelta pasando por otra buena subida. Jodido estoy, pensé.


El sendero pasaba a la puerta de un par de casas "okupadas" que hay por el monte, de algunas familias que viven en una especie de "comuna", con sus gallinas y tal. Así que a una de ellas le pedí agua. "Sólo tenemos agua de lluvia que recogemos..." ¿Cómo? Sí, vale, me da igual. Aunque sea aguarrás la iba a beber igual. Aunque no tuviera algo de polución en vez de minerales me daba lo mismo, necesitaba agua. Pero todavía quedaba meter algo de glucosa rápida al cuerpo. Lo bueno del otoño es que es la época de algunos frutos secos, como las bellotas. Así que busqué cual gorrino ibérico entre los matojos en busca de ricas bellotas doradas y crujientes que me dieran algo de energía.


La cosa salió medianamente bien, ya que pude volver a casa con bastante esfuerzo, eso sí, pero pude volver después de una ruta de escándalo, de las que hacen afición. Al final, en el campo encontramos todo lo que podemos necesitar para "sobrevivir". Sólo hace falta saber aprovecharlo sin esquilmarlo.





2 comentarios:

  1. Es usted todo un bestia, si señor! Pero yo pensaba que sería en plan bestia salvaje, lobo, zorro, jabalí o algo del estilo, no un cerdo, un cochino, un gorrino adiestrado, ibérico y de bellota, eso sí. Salud!

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  2. ¡Los cochinos! jejeje... oink oink!

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