viernes, 7 de mayo de 2010

Quicksilver

Mañana toca sesión de bici. Todavía no sé si será entrenamiento en la rígida o un divertido y refrescante enduro. Sea lo que sea, tengo pendiente un "mini Clinik" para poner a punto ambas máquinas.
Aparte de esto, la motivación extra de estos días ha venido por la gran película de Kevin Bacon: Quicksilver. Ya comenté que me la regaló el gran Veider, y que es un clásico del cine ochentero hortera. Pero es mucho más que eso: es una peli sobre bicimensajeros, con un secundario de lujo como Laurence Fishbourne, que es pionera en tratar a la bici como parte casi protagonista en la peli. ¡Una escena transcurre mientras Kevin Bacon ajusta los radios y centra una rueda!
A pesar de lo simple del argumento, la peli cuenta la historia de un broker que se arruina en la Bolsa y se mete a bicimensajero para ganarse la vida. Así descubre su verdadera pasión, y ya no puede vivir sin la bici y sin la adrenalina de los repartos kamikazes por las calles de San Francisco. Debe ser la primera película de la historia con escenas de persecución de bicis y coches. Y tremenda es también la música, mezcla de Flashdance y Duran Duran.
En fin, una película mítica, entrañable por lo naïf que resulta hoy en día, -no me imagino a los hermanos Lacondeguy viéndola-, pero sin duda una de las mejores inspiraciones para la era del Kranked o los Disorder. Algún día habría que hacer un remake de Quicksilver, con bicis de montaña y toda la pesca.
Y hablando de pelis modernas, ahí va el trailer oficial del gran estreno del año: Follow me.
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jueves, 6 de mayo de 2010

Prensa y cooperación internacional

Hoy he asistido a la presentación del libro "La prensa y la cooperación internacional", un estudio acerca de la cobertura de la cooperación para el desarrollo en nueve diarios europeos: El País, ABC, La Vanguardia, Le Figaro, Libération, Le Monde, The Times, The Daily Mirror y The Guardian.

El estudio deja claro que la información sobre cooperación en la prensa europea sólo ocupa un exiguo 3,5% en los contenidos interiores de los periódicos, aunque alcanza un 4,8% en las portadas y primeras. Parte de esta poca cobertura mediática se debe, según Marcial Murciano, autor del estudio, a la carencia de profesionales especializados en cooperación dentro de los medios.

Pero lo realmente importante de este estudio es que pone de manifiesto la laguna informativa que es el Sur. Siguiendo las conclusiones del famoso informe McBride de 1980, que supuso una convulsión internacional en materia comunicativa y cultural -Estados Unidos pidió su salida de la Unesco a raíz de este informe-, seguimos inmersos en un mundo informativo en el que el Sur sólo existe cuando hay catástrofes. Los medios cuentan lo que se ve, no lo que sucede. Si bien Internet ha contribuido a difundir más contenidos, sigo teniendo mis dudas sobre el hecho de que la tan sobada brecha digital no haya hecho sino crecer proporcionalmente entre un mundo sobreinformado y otro infrainformado.

Se trata de un asunto crítico en la teoría de la información actual, y el modo en que se conforme el panorama comunicativo a través de las relaciones internacionales, la tecnología y la economía mundiales serán claves para el desarrollo de las sociedades en las próximas décadas.

Reformas

La última salida antes de irme de viaje al Sáhara tuvo un componente pintoresco. Hubo un poco de todo, incluida una bonita raja en el antebrazo cuando me arrastré entre unas rocas durante una bajada. La cosa parecía más aparatosa de lo que realmente era, aunque terminé en el centro de salud. Había dudas entre el grupo: "¿te pondrán puntos de sutura o sólo de pegar?", pues bien, bastaron unos cuantos de pegar, aunque según la enfermera "estaba en el límite para coser la herida". En fin, esto no supuso ningún problema para curarse en el desierto, al contrario, ya que ha cicatrizado perfectamente gracias al clima tan seco.



Aparte de esta anécdota, mi querida Black Mamba ha vuelto a ser la que era desde que le hice algunas reformas. Transmisión nueva, bielas Hone y revisión y mantenimiento de horquilla y amortiguador. Lo estaba pidiendo a gritos después de tirar con lo puesto durante 3 años, prácticamente sin pasar por el taller. Esto demuestra dos cosas: que el mantenimiento de la Blur LT es mínimo y que el castigo que lleva encima, lo lleva con una dignidad envidiable para otras bicis de su segmento. Creo que le quedan aún muchos kilómetros a la Black Mamba.

martes, 4 de mayo de 2010

La tormenta del desierto

Una semana en Dajla, en los campamentos de refugiados del Sahara occidental entre Argelia y Mauritania, da para mucho. Da para levantar un festival de cine en el desierto, para tragar arena y polvo, para dormir al raso mirando la luna y las estrellas, para sudar, jugar al fútbol contra una selección saharaui, para ver a un grupo de activistas jugarse el tipo desafiando a Marruecos viajando hasta el campo de refugiados, y para hacer amigos.

En el desierto todo es mágico, inmenso e intenso. Cuando sopla el siroco te sientes torpe y pequeño, un extraño en un medio hostil, el más hostil quizá, del planeta. El calor te ahoga, y los elementos no ayudan a la vida, precisamente. Pero sin embargo, al final todo sale adelante. La vida, si se respetan ciertas reglas básicas, sale adelante. Porque en el fondo, el desierto impone su ley de forma implacable, pero el hombre tiene la oportunidad de aprender de él y de sobrevivir, si sabe escuchar. Al hombre no le queda más remedio que aceptar su verdadera pequeñez, y rendirse a la voluntad del desierto, que es la de Alá y la de Dios. Y así, se da cuenta de lo poco que es necesario para desafiar al poder del desierto: una voluntad inquebrantable.

Sólo de esta forma, los saharauis y cualquier grupo humano que sobreviva en el desierto, como los tuaregs o los beduinos, son capaces de mantener su vida y su sociedad desde hace siglos. Esta voluntad inquebrantable es el único patrimonio de estos pueblos, su intangible más valioso. Y es la única razón que se me ocurre para que los refugiados saharauis lleven 35 años aguantando las condiciones extremas del mundo. Pero también, esa voluntad, no rendirse nunca, es lo que les llevará algún día a conseguir su objetivo: vivir en un país libre.

"Es preciso un corazón de camello para avanzar en la vida", dicen los saharauis. Un corazón de camello y la constancia del viento, que moldea el desierto y las montañas grano a grano durante siglos, son las únicas armas que tienen los saharauis para enfrentarse a los gigantes que les rodean.