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jueves, 10 de octubre de 2013

La calle para el que la trabaja

El pasado fin de semana tuvo lugar el I Descenso Urbano en Barcelona, DUB, un evento organizado por los chicos de Ocisport que en principio iba a celebrarse en la semana de las fiestas de la Mercè, pero que al final se pospuso a mejores fechas y previsiones meteorológicas. La prueba fue un éxito, al menos teniendo en cuenta las inscripciones, afluencia de público y organización en general. Y sobre todo fue un éxito habida cuenta de la NULA, cero, niet, zero difusión que tuvo la prueba desde medios públicos y privados. Es curioso que en la ciudad que se volcó con los X Games hace escasos meses no se preste atención a una prueba que puede convertirse, a poco que triunfe, en un referente nacional. No vamos a decir que el DUB sea como el Lisboa Downtown porque sería mentir, pero sin duda un descenso urbano en una ciudad como Barcelona tiene muchas posibilidades de crecer si encuentra el compromiso de un sponsor.

Roger González en el I Descenso Urbano Barcelona.

En esta edición, el ayuntamiento de la ciudad dio el visto bueno a la prueba propuesta por Ocisport. Y para lo poco que los han ayudado, ha salido fenomenal. Espero que un patrocinador apueste por este formato y que la prueba crezca, porque como dependa del ayuntamiento... El mismo ayuntamiento (o poder público, me da lo mismo) que quiere imponer la normativa de circular con casco por las ciudades y poner multas por alcoholemia a los ciclistas, el mismo que no hace nada para conciliar el uso del vehículo con la bici, que se gasta millones en traer unos X Games y luego no mantiene ningún equipamiento deportivo para modalidades como el dirt, bmx o skate, y el mismo que ocasionalmente sanciona y multa a estos mismos deportes urbanos pero vende suelo público a los grandes equipos de fútbol para financiar su deuda. Deuda que ha contraído malgastando coches oficiales, abandonando (o privatizando) infraestructuras y equipamientos o invirtiendo en eventos, campañas o congresos por intereses descaradamente personales o políticos. De este tipo de ayuntamientos, como de todos en realidad, no podemos esperar nada mientras los que están al mando ignoren a los colectivos a los que afectan cuando toman decisiones. Es decir, a todos.

El uso del espacio público, y esto enlaza con lo anterior, es una de las conquistas sociales que más peligra ahora mismo, desde el punto de vista del activismo y la legitimidad ciudadana. Lo vimos con el movimiento del 15M, el desalojo brutal de manifestantes y acampados pacíficos en la Puerta del Sol, etc. El uso de la calle y del espacio público siempre ha sido parte de los movimientos revolucionarios o de derechos civiles y sociales como el espacio común en el que se pueden y se deben llevar a cabo manifestaciones cívicas de la ciudadanía en cualquiera de sus formas: desde mostrar el desacuerdo de un colectivo con determinadas cosas, hasta practicar cualquier forma de cultura o expresión artística. Siempre que no violente a los demás y se desarrolle en unas formas razonables de civismo. Ciudades como Berlín o Londres han sido históricos ejemplos de espacios públicos amigables con la ciudadanía. Pero desde la contraofensiva neocon de las últimas décadas los espacios públicos están en franco retroceso, aquí y en todas partes. El nuevo pecado capital que han inventado los poderosos es que la calle es sagrada, es el santuario de la democracia y el pensamiento único, y no se puede dejar en manos de la chusma. ¿Una democracia para el pueblo? ¡Dónde se ha visto eso!

Bansky
Por eso, ante el avance del ejército de Sauron y sus malolientes orcos, hay que proponer contraofensivas creativas. Mientras ocupemos los espacios públicos y no se adueñen de todo, hay esperanza. Por eso hay que seguir apoyando el skate, los músicos y artistas de la calle, la manifestación, el flautista, el partido de fútbol espontáneo... y por supuesto las bicis en cualquiera de sus formas. Laissez faire, laissez passer. Libres, cívicos y solidarios. ¿Una utopía? No creo, "it's easy if you try". Las revoluciones empiezan por uno mismo.

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