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viernes, 27 de enero de 2012

El reducto

Hay tiendas para todos los gustos y necesidades del biker. Hay tiendas generalistas, especializadas, artesanales, personalizadas, grandes superficies... Y he llegado a la conclusión de que el tipo de bici determina el tipo de tienda que le conviene. Cada bici tiene su tienda, porque cada bici tiene sus necesidades. No es lo mismo buscar piezas para una moderna Lapierre que para una Klein, por poner un ejemplo. Creo que hay dos puntos diferenciales en una tienda de bicis: la experiencia y sabiduría de sus comerciales, y los productos. En lo primero, efectivamente hay muchas tiendas con buenos profesionales, expertos, conocedores de la bici y magníficos en lo suyo. Pero entre ellos, sólo unos pocos son verdaderos "cracks" y de verdad saben de mountain bike. Ellos definen su oferta y su público objetivo, y por eso orientan su negocio hacia un sector del mercado o hacia otro. Y por tanto, traen el material que mejor se ajusta a lo que quieren ofrecer.

El grupo de tiendas con algo especial es muy reducido. La mayoría son tiendas comerciales, correctas, unas más y otras menos, lo normal. Pero algunas, aunque aparentemente sean "normales" esconden a verdaderos gurús de la bici. Tipos que viven la bici y acumulan experiencia a través de años de historia. Es el caso de esta tienda: Bikeshop. Escuchar y hablar con su responsable, Alfonso, es hacer un posgrado en mountain bike y en ciclismo en general. Y eso, a pesar de que su tienda es la típica tienda de bicis de barrio, con sus bicis para niños, su gama media... pero eso es el escaparate. En la trastienda esconde verdaderas joyas, piezas incunables que pasan desapercibidas para el público general, ni falta que les hace. Ciertos detalles y bicis que destacan a los ojos de cualquiera con algo de idea sobre bicis. Casi cualquier pieza, por difícil o des-stockada que parezca, está en su poder. Por eso, dar con un "mago" como Alfonso te salva el culo de muchas situaciones, por ejemplo a la hora de rebuscar piezas sueltas para tu bici retro, o para solucionar los problemas mecánicos de los estándares modernos.

Como en anteriores entradas dedicadas a otros personajes de este mundillo, el caso de Alfonso y Bikeshop es el ejemplo de una especie en peligro de extinción. Las tiendas online son una amenaza para las tiendas de barrio, y para las tiendas de masas, en general. Pero sobre todo para los profesionales de un sector pequeño y hecho a sí mismo. Con la relativa resurrección de las bicis para uso urbano, las tiendas vuelven a recuperar cierto protagonismo en la escena. Luego están los usuarios principiantes, que siempre necesitan el apoyo de los profesionales cercanos. Pero el peligro está más en los usuarios expertos, que muchas veces preferimos el servicio y la oferta, a veces imbatible -todo hay que decirlo, de las tiendas online. Hay que seguir protegiendo el valor añadido que suponen estos reductos de sabiduría de la bici de montaña.

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