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martes, 29 de mayo de 2007

Una clásica con variante

El domingo realizamos -ejecutamos sería más exacto- una extraordinaria ruta Remember the Classics un poco más ceñida al horario de lo deseable, pero bien aprovechada. A las 14.00 teníamos que estar en casa -sobre todo Oscar y Willy- para ver la F1, pero como salimos a las 10 nos dio tiempo a hacer la ruta y tomarnos medio litro de Heineken al terminar.

La ruta propuesta y celebrada por los asistentes, o sea nosotros, fue la del clásico Acueducto -que en realidad es un viaducto, pero bueno- con variante desde Sant Medir. En vez de subir por el GR lo hicimos haciendo un bucle -el que conecta Sant Medir con el camino dels Caçadors -bajada muy vertical. Salió por tanto una ruta bastante descender, con el plato fuerte del Acueducto, que es el descenso más completo de Collserola y que por más veces que lo hagas lo disfrutas como si fuera la primera vez. En este punto es necesario remitirse y rendir homenaje al tema Like a Virgin de Madonna, porque trata de lo mismo: cómo una señorita siente que está echando un polvo como si fuera la primera vez. Esto es debido, sin duda, al tamaño descomunal del miembro del tipo que la está taladrando, y que le hace ver las estrellas (teoría demostrada en Reservoir Dogs). Pues bien, en Like a Virgin la chica seria la bajada del Acueducto, y el miembro viril serían los pepinos que nos gastamos últimamente entre los colegas.

Y es que la bajada fue de las mejores y más aplaudidas. Rápida, muy rápida, y con algunos sustos incluidos, como la macro hostia que me di contra un árbol mal puesto sobre mi cabeza -y que arrugó a mi Giro Semi- o la caidita de Roma que tuvo Willy al final, sólo una pequeña hemorragia en la rodilla.

La vuelta transcurrió sin novedades salvo las ya comentadas revueltas por el bucle, Sant Medir, y cómo no, la bajadita de las piedras al final de la Carretera de las Aiguas, un verdadero rocódromo de pedrolos afilados y puntiagudos, que sólo es recomendable hacer en seco. También muy divertido y ultrarrápido. La verdad es que estamos bajando muy bien últimamente, y se vislumbra un horizonte glorioso para este verano, aunque no entre en mis planes volver a hacer DH.

La cosa terminó como de costumbre, con la consabida Heineken y una breve tertulia antes de ir a nuestros domicilios a ver las carreras.

Heil!

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