martes, 28 de junio de 2011

La escuela de calor


Las últimas semanas han sido ajetreadas y de mucho viajar los fines de semana. Como recién graduado Técnico Monitor y Guía de Mountain Bike, por la Escuela Española de Mountain Bike y la Federación Madrileña de Ciclismo, puedo decir y digo: "¡joder, qué calor!" Y es que el verano ya ha llegado, y nadie sabe cómo ha sido. De repente, han empezado a derretirse los Kinder Sorpresa en las tiendas de golosinas y los caminos se han secado como el cerebro de los gobernantes que nos mangonean. Todos los síntomas inducen a pensar que es verano y que tenemos por delante unos meses a base de chanclas y gazpacho. Y también de salidas nocturnas, de viajes, de montar con los colegas, de cervezas y de terracitas. Cambio climático aparte, el verano es una de las estaciones que más me simpatizan, aunque reconozco que hay que saber montárselo para no caer en los tópicos y cagarla con todo el equipo. Huir de las muchedumbres y el enjambre dominguero, escapar de las colas y caravanas, apostar por las verbenas de pueblo, estar a la fresca, por el paseo playero o montañero y, sobre todo, por los espacios abiertos y poco explotados. Esos que no salen en el País Semanal o en cualquier otro medio de desinformación de masas.

Personalmente, y para evitar el síndrome post-vacacional o post-estival, creo que es un error sobreestimar o tener altas expectativas hacia esta estación. El verano son dos días y pasan volando. Tampoco es pa tanto. Hay que disfrutarlo exactamente igual que el resto del año, un poco más porque hay más tiempo libre, sí, pero sin verlo como un permiso carcelario a nuestras rutinarias y apestosas vidas. Antes que llegar a tener un concepto tan bajo de nuestra existencia, habría que preguntarse si algo falla. Es como los fines de semana. Si estás deseando que llegue el viernes porque crees que tu vida entre semana es una mierda, es que algo no marcha bien, ¿no te parece, amigo?

Quizás este quitarle hierro al verano sea una reminiscencia del efecto Vacaciones Santillana, y de aquellos infernales libros de tareas que nos recordaban que en verano también había que currar, cuando éramos niños. Aunque fuera solo durante un par de días -yo solía hacer todas las tareas del tirón y después me tumbaba a la bartola-, te hacía ser consciente de que el verano no era totalmente un agujero negro. En cualquier caso, el verano es una buena época para hacer cosas distintas a las habituales, o hacerlas con más intensidad, depende del caso. Y todo por dos razones: más Tiempo para hacer cosas y más Sol.

Así que ya está abierta la Escuela de Calor. También están abiertos los Bike Parks, los Clinics, las piscinas, los aceleradores de partículas, el medievo, los helados, las galletas, los nite-rides...

miércoles, 15 de junio de 2011

Las tardes con Gómez


Ya es conocida mi amistad con un mirlo llamado Señor Gómez, que viene por casa todas las mañanas y tardes a cantar. Sé que es el mismo siempre porque se posa en el mismo sitio. Una vez asentado en su rincón de la terraza, se queda entre 5 y 10 minutos cantando melodías a los cuatro vientos, y después se va a otro sitio con viento fresco.

Comenzó a acercarse por casa el año pasado, en verano. Y este año, desde primavera ya andaba trajinando por aqui y por allá.

Cuando tengo la bici en la terraza y me preparo para hacer un Clinik, Gómez me respeta y no molesta. En el fondo es tímido.

Bueno, este es Gómez.

martes, 7 de junio de 2011

No es un día cualquiera


Todo parecía indicar que hoy sería un día más de la semana. Un martes de junio. Pero no del todo. No exactamente. A veces los días se suceden sin pena ni gloria. Otros llevan más penas que glorias, y otros la balanza cae más hacia las glorias. Vamos, que no hay un día igual a otro, pero a veces se parecen. Pues hoy ha sido uno de esos días curiosos.

Comenzaron las curiosidades cuando fui a la presentación de la temporada de verano de Vallnord y Grand Valira. El gran Óscar Saiz me estuvo contando las novedades de Grand Valira Bikepark, y estuvimos charlando un rato de esto y aquello. Por allí andaba también el no menos grande Cyril Despres, tres veces ganador del Dakar. Luego conocí a una chica que resultó ser amiga íntima de una compañera de trabajo. Nos reimos un buen rato por la coincidencia. Esas cosas que pasan porque el mundo es un pañuelo.

Después, no tenía ganas de ir a comer a la oficina. Así que me he quedado en el rompeolas de la playa tomando el fresco viento que venía de levante y comiendo una ensalada. Unos chavalines que estaban correteando por las piedras me han preguntado si quería que pescaran un cangrejo para mi. Les he dicho que no, y que tuvieran cuidado. Luego se han ido a otra parte con sus patinetes, que se están poniendo de moda otra vez, pero ahora tuneados.

Al salir del trabajo he ido al Decartón a comprar un par de cosas. Me he metido con la bici en las callejuelas del casco antiguo y por la Plaza de Sant Felip Neri, acribillada a balazos de la guerra. Y a la vuelta de una esquina me he topado casi de bruces con Sebas Romero, Andreu Lacondeguy y Alex Echevarría, que iban de camino a ver a César Rojo. He quedado con Sebas en tomarnos algo un día de estos y contarnos planes.

Y por fin, ya en casa y con una tarde de tormenta magnífica, ha venido el Sr. Gómez (el mirlo que viene todos los días a la terraza) y se ha puesto a cantar como un loco durante un buen rato. Mientras tanto, yo grababa el sonido en el móvil, y luego lo reproducía, lo cual él interpretaba como si hubiera otro mirlo cerca suyo. El pobre pájaro debía estar alucinando. Espero que mi bromita no le haya molestado...

Así que ese ha sido mi día de hoy. Aunque todavía no ha terminado, por supuesto. Aún queda la noche.

lunes, 6 de junio de 2011

RV-4

He aquí el nuevo vídeo de la saga Rutones Verbeneros.


Y abajo la versión de Jesús, de mucha más calidad...


¡Es lo que hay!