viernes, 5 de febrero de 2010

La naranja metálica

Esta semana he estrenado un nuevo artefacto a pedales para transportarme por la city. Dada mi nefasta experiencia con los amigos de lo ajeno -chorizos-, el objetivo era montarme un aparato suficientemente barato como para que no me sangren si me la cholan, y suficientemente ágil, ligera y sencilla como para llevarla por la calle sin preocupaciones. La respuesta me la dio Decathlon. Una vez más, máximo exponente de productos buenos, bonitos y baratos. Aunque lo de buenos y bonitos se puede poner entre comillas sin ningún problema.

El caso es que el viernes pasado llegué al maravilloso y céntrico Decartón de Ciutat Vella, entré, elegí el modelo, y 5 minutos después salía con la bici puesta. Fácil. Después, estuve customizándola un par de horas, y el resultado es éste. Las ruedas single de la Kona, más ligeras, reutilizadas para ésta. Los pedales "buenos" de plataforma, y el resto, de serie. Componentes chusqueros, como los frenos, los cambiaré con el tiempo. Pero lo más importante de esta bici es el cuadro. Tosco y de acero, pero en conjunto bastante ligero y robusto.

Pues eso, una bici super cómoda, extraordinariamente ágil, y muy respetable como singlespeed. Vuelvo a ser el rey de la calle con La Naranja Metálica. ¡Y por 80 euros!

miércoles, 3 de febrero de 2010

La historia (no escrita) de Marin Bikes

La historia de las bicis Marin en España es una de esas cosas que no cuentan las revistas, porque morderían a la mano que les da de comer. Y es una historia muy interesante, ligada al nacimiento del mountain bike y a los comienzos de este deporte. Es una pena que una marca como esta, de enorme carisma e importancia en mercados como el americano o el inglés, haya quedado casi olvidada o ninguneada en España. Veamos por qué.

La importadora y distribuidora de Marin Bikes en los años 90 era Dirt Racing, que también importaba Specialized, Manitou, Fox y Hayes. Todas estas marcas se podían encontrar en Mountain Bike Madrid, la tienda de referencia a principios de los años 90 en la capital. El poderoso equipo Mountain Bike Madrid, que con el tiempo se convirtió en el mítico Coronas, comenzó utilizando bicis Marin. Pero la idea de Miguel Rojo, director de Dirt Racing, era quedarse con la importación y distribución de una única y potente marca: Specialized. Desde entonces, la distribución y la presencia en los medios de Specialized eclipsó totalmente a Marin, que unido a una etapa poco afortunada en las gamas de producto, terminó por sumir casi en el anonimato en España a la marca de Robert Buckley.

Finalmente, después de varias temporadas ninguneando a Marin, Dirt Racing se desprendió de ésta para, al cabo de un tiempo, terminar convirtiéndose en lo que es ahora: Specialized España. Una inteligente maniobra de un tiburón de los negocios como Miguel Rojo, desde entonces socio y colega del alma de Mike Sinyard.

De todas formas, las míticas Marin, ahora distribuidas por Bicicletas Quer, en Valencia, siguen siendo bicis auténticas. Aunque fabricadas en Taiwán y China, como todas, están diseñadas en California (su sede es la antigua casa de grabación de Grateful Dead, nada más y nada menos), y es una de las pocas marcas que mantiene su independencia o no está absorbida por un grupo asiático, al igual que Kona o Santa Cruz, por ejemplo. Es decir, es una marca grande y de masas, pero que mantiene en cierto modo su "esencia" de marca pequeña, formada por colegas entusiastas y "flipados" del Condado californiano. 

Este es un interesante vídeo de la historia de Marin:

viernes, 29 de enero de 2010

Brand new product

A rey muerto, rey puesto, dice el dicho. Y es así. Si me levantan la bici, no sólo me vuelvo a comprar una, sino dos. No es que me haya tocado la primitiva -bueno, me ha caído un quinquenio, pero tampoco es por eso-. Siempre quise tener una Marin, y la ocasión la pintaron calva -nunca mejor dicho- en una tienda de Barcelona, BikeLand, la de los Lacondeguy. De hecho, me cobró el padre de los Lacon. No conocía esta tienda, y está bastante bien, por cierto.

El caso es que la macchina nuova es una rígida que bien puede servir para hacer rutas de XC como para bici urbana con cubiertas finas. A los pocos kilómetros de uso, he observado que es una geometría muy cómoda y endurera. No es para nada una rígida racing de las que vas encorvado. Es ágil y con un eje de pedalier bajito. Creo que puede dar mucho juego para hacer rutas divertidas de pedaleo y endureo.

Lo que pasa es que por componentes y por aspecto general es una bici que canta por la calle. Y ya se sabe. En principio la quiero utilizar en contadas ocasiones como bici de calle, y mantenerme con lo que queda de la Decathlon tuneada. Pero... va a ser que no. A la Decathlon tuneada (negra de paseo con manillar alto) le han quitado el freno trasero completo, los puños, y el otro día también el sillín y la tija. Vamos, que está en el esqueleto. Así que para lo que tendría que gastarme en sustituir estas cosas, me voy a pillar esta otra Decathlon: una versión barata de la Unit. Y a tomar por culo. Así que me hago una bici de XC y otra de calle por menos de lo que me costó la Unit. Creo que es un buen deal.

lunes, 18 de enero de 2010

La bici del abuelo


Mi abuelo utilizaba esta bici para ir de pueblo en pueblo tocando con la orquesta Los Marines. Ahora voy a restaurarla, con los 40 o 50 años que tendrá. Cuando era pequeño, esta bici me parecía un tanque. Enorme, pesada, dura como una piedra. Un verdadero hierro, y además intocable, ya que mi abuelo la cuidaba como a un hijo. Y ahora la veo en la terraza de casa, rescatada del pajar del pueblo donde ha estado los últimos 10 años. La veo frágil, oxidada y en las últimas. Un gigante herido, un viejo esperando a la muerte, pensando en los días gloriosos en los que era brillante, cromada y resplandecía por los pueblos.

Pero no ha llegado su hora aún. Esta bici va a volver a rodar por los caminos y tendrá una segunda o tercera madurez. Es hora de rescatar su orgulloso porte y devolverle la dignidad que tienen las grandes leyendas. Seguro que a mi abuelo le gustará verla desde el lugar donde está.

Comienza el proyecto de la memoria histórica "RetroBike 2010".

lunes, 4 de enero de 2010

Canarias Riding!



Terminar el año en una cálida isla, donde poder tomarse unas cervezas en la terraza, en chanclas, con amigos, y en camiseta, era un sueño que siempre tenía. Echaba de menos aquella navidad cálida de Tailandia, y este año se presentó la oportunidad de ir a Gran Canaria. Y claro, si vas a las Canarias y en invierno, no hay que dejar la oportunidad de salir a montar por esos estupendos paisajes que tienen las islas.

La empresa Free Motion está especializada en rutas de mountain bike para grupos de extranjeros (alemanes sobre todo), y mountain bike del de verdad, no de dar un paseo. Vi en su web que términos como "singletrack" les eran familiares, así que junto a César y Agustín nos decidimos a probar con qué nos sorprendían el día 30 de diciembre, en la ruta llamada "Santa Lucía".

Buen material no les faltaba: unas buenas Cannondale Rush de 140 mm fueron nuestras durante 4 horas, y la verdad es que me gustaron mucho. Buena geometría para pedalear y para endurear, acompañados de unos excelentes frenos Avid Elixir, Fox y Rock Shox Revelation, aunque con las suspensiones un poco duras para mi gusto. Tenía ganas de probar una Rush y el resultado fue lo que me esperaba: muy bueno. El monopivote "evolucionado" y semi virtual de Cannondale funciona perfecto y es mucho más sencillo que un VPP.

La ruta consistía inicialmente en serpentear por los pueblos del interior de la isla: San Bartolomé y Santa Lucía de Tirajana, a los pies del Pico de las Nieves, de 1.900 m. Las carreteras canarionas de esa zona ya son graciosas de por sí, estrechas, bacheadas y divertidas como una pista de tierra, pero a partir de Fataga salimos del asfalto y nos adentramos en una pista que bajaba suavemente hasta Aldea Blanca. Un descenso a tope, muy divertido. El grupo lo formábamos 13 personas más el guía, un alemán bastante cachondo llamado Kai, que trabajaba 6 días a la semana llevando grupos en MTB y el domingo salía a montar con sus colegas.

Me pregunto si este tipo, currando 6 días a la semana y el de fiesta también haciendo bici, no se cansaba de dar tantos pedales. Y parece que no, porque no paraba de reir y estaba de buen rollo todo el tiempo. Supongo que ha encontrado un paraíso en Gran Canaria. No me extraña, a mi también me lo parece. El tipo llevaba dos años y medio en Gran Canaria, y la verdad es que es el típico sitio en el que te dan ganas de quedarte un tiempo nada más verlo.

En fin, que fue una experiencia genial de mountain bike, una alternativa a tener en cuenta para conocer parte del interior de una isla fantástica como Gran Canaria, y la mejor forma de terminar el año montando.

Por cierto, al día siguiente corrimos la San Silvestre en Las Palmas. Así que las patas se merecen un descanso. ¡Al menos hasta el sábado!