




Siempre me han hecho gracia las bicis singlespeed. Me parecen el concepto más depurado y esencial del mountain bike. Una bici simple, minimalista, sin cambios ni aditivos, ni suspensiones ni puñetas. Una bici para culos duros y próstatas deshauciadas. La vuelta a los orígenes. Y siempre he tenido ganas de hacerme una. Kona tenía un modelo con el que se me hacía el culo agua, y estaba ahí, estaba ahí...
El otro día fue mi 30+1 cumpleaños, y fue un día muy especial. Tres días antes, el 17 (no podía ser de otra forma), encargué a Alfonso de Bikeshop una Kona Unit para el menda lerenda, previa notificación a los colegas de Motor Dealer. El mismo día 20 llegaba la bici a la tienda. Circunstancias de la vida me impidieron ir a por ella hasta ayer día 25, y como es natural estaba ya que no podía aguantar por subirme a la nueva joyita de la corona.
Las sensaciones desde la tienda hasta mi casa fueron divertidas. Una bici extremadamente ligera y manejable (cuadro Dedacciai de calidad), la mítica horquilla Project 2, vainas y tirantes estilizados, puntera desmontable y regulable, componentes Race Face y Easton, frenos Avid... una presentación impecable ya desde serie. Una bici urbana y semi-rural, que campa a sus anchas por todas partes. Era una oportunidad que no podía dejar escapar.
Ya tengo una singlespeed!! Que tiemble la Guardia Urbana!!!