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miércoles, 19 de septiembre de 2007

Ordenanza del siglo XIX

La nueva ordenanza de circulación en Barcelona se ha puesto dura con los ciclistas. Va a estar multado aparcar la bici en cualquier elemento del mobiliario urbano como árboles, farolas, etc; incluso si se obstruye un elemento publicitario como vallas; no se podrá circular a más de 20 km/h por el carril bici (una velocidad ridícula); ni circular por las aceras salvo si se demuestra que no es posible circular por la calzada; será obligatorio llevar timbre y elementos reflectantes; y estará multado aparcar en vías de menos de tres carriles y a menos de cinco metros de la calzada.

Todas ellas, normas restrictivas con el uso de la bici. Como derechos "reconocidos" para los ciclistas, únicamente se defiende el consabido 1,5 metros de distancia en adelantamientos por parte de motocicletas, y la preferencia de las bicis en el carril bici (no así en los cruces con pasos de peatones).

En resumen, el ayuntamiento de Barcelona ha optado por perseguir el uso de la bici en vez de fomentarlo. No se trata de una regulación del uso, sino de una vigilancia. En vez de seguir el ejemplo de la ejemplar Amsterdam, donde el uso de la bici es libre en cuanto a estacionamiento, y están ampliamente regulados los carriles, semáforos y vías especiales para bicis sin molestia para los peatones, en Barcelona se ha optado por una legislación represora y retrógrada, que no sigue la intención de los ciudadanos sobre el uso masivo y creciente de las bicis en la ciudad, sino que al revés, indirectamente fomenta el uso del vehículo privado. O quizás habría que decir que fomenta el uso de ese servicio tan popular y rentable que es el Bicing. Las arcas municipales tienen que alimentarse de algo, y además de las zonas verdes de parking, ahora las bicis también tienen que pasar por el aro. En lugar de habilitar más carriles bici, más parkings para bicis y mayores facilidades para un vehículo que cada vez utilizan más personas, se deja que los ciclistas convivan con el resto de la circulación y no se les proteje.

Por lo tanto, la nueva ordenanza tiene todas las papeletas para ser desobedecida (conscientemente) al menos por una buena parte de los usuarios de bici, por ser injusta y represiva, y también por al menos uno de los habituales de este blog. Entre los cuales estoy yo.

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