martes, 10 de mayo de 2011

Conspiraciones



Son tiempos extraños y absurdos estos que vivimos. Cada época tiene sus tiempos extraños y absurdos, claro, pero a nosotros nos toca hablar de los nuestros. Y los hechos que nos tocan a nosotros se caracterizan por ser extrañamente ridículos. Sucesos que nos venden y nosotros compramos como si se tratase de píldoras de realidad, de colores y sabores. Nos las tragamos. Las de los colores que más nos gustan. Sucesos planos y simples que aceptamos sin cuestionar ni analizar. Ñam, ñam, qué ricas. Los medios de comunicación ayudan a hacer esta digestión, claro. Y ahora también, las redes sociales. Que son el paraíso de las pildoritas. La ciudad de las pirulas. El gran centro comercial. Si ayer la tele era un hipermercado de la realidad proyectada, hoy las redes sociales son un mall. No solo las píldoras de los medios. También las de los otros. Atracón.

Pero hoy en día, en pleno siglo XXI, nadie puede alimentarse a base de píldoras, gominolas, pastillas o cacahuetes. Podemos consumir algunas, comer de aqui y de allá, como complemento vitamínico, de aperitivo, de postre... Pero atragantarse a base de pirulas le deja a uno gilipollas. Y te vuelves un inocente ciudadano crédulo y manejable. Me refiero a este tipo de sucesos, de acontecimientos históricos que suceden o nos cuentan. No son como los pintan. No son tan fáciles ni tan fotogénicas como aparecen en los medios (es decir, como se proyecta la realidad). Algunas cosas, sencillamente, están meticulosa y precisamente planeadas por ciertos intereses que a nosotros los mortales, se nos escapan.

Ejemplo: la única Superpotencia que queda viva se jacta de liquidar al enemigo mundial Nº1. Coincidiendo con un largo periodo de crisis mundial y el fin de un ciclo en muchos países árabes y de Oriente Medio, el Imperio Democrático acaba con el último villano que amenazaba la hegemonía del American Way of Democracy. Se da la circunstancia de que el Premio Nobel de la Paz asume el papel de Capitán América y con su escudo decapita al malvado Bin Laden. Ahora ya no hay excusa para que otros posibles villanos vuelvan a obstruir las incipientes democracias populares del mundo árabe, y quiten su parte del pastel al Imperio. Obama se apunta la victoria de una guerra venganza no declarada que ha durado 10 años, y vivirá de este crédito hasta su reelección en 2012. Jugada maestra. Y el mundo bendice a Obama, que ha acabado con el malo sin importar cómo. Parece mentira que, siendo el país de Hollywood, no piensen en las segundas partes de las películas, cuando los malos contraatacan con más fuerza. Y parece mentira que, sin otra superpotencia que les haga sombra, el sheriff del mundo siga siendo el mismo de siempre. Elige a los malos y los mata. Al resto les perdona la vida. Mientras tanto, ha dejado a su ciudad y al mundo más seguro. ¿O más inseguro?

Por eso, cada vez que escucho la palabra conspiración me sigue viniendo un olorcillo friki y se me asoma una sonrisa. Pero la sonrisa cada vez dura menos, y da paso a un gesto de duda y ceño fruncido. Poner en duda todas y cada una de las fachadas que se nos venden como reales, eso sí es posible gracias al acceso a más información y al contacto con más personas que piensen y sean críticas. Y desmontar las mentiras y farsas en las que nadamos, también. Las mentiras de unos y otros. Pero eso está lejos, hoy por hoy. Todavía estamos viviendo en un mundo de pastillas, hipermedicado, con multitud de recetas y pirulas para cada cosa. Una ilusión , un producto virtual, por más que nos quieran hacer creer lo contrario.

Conspiraciones y teorías en Zeitgeist.

lunes, 2 de mayo de 2011

Capítulo Dos

Ya está aqui el segundo capítulo de la exitosa serie "Rutones Verbeneros". El tercero de la saga también se rodará en tierras castellanas.

lunes, 18 de abril de 2011

Santas Rutas

El reencuentro con los buenos senderos y los buenos colegas siempre es motivo de honda satisfacción, como diría aquel. En este caso, incluso sirvió para poner en marcha un nuevo y absurdo proyecto audiovisual con el que nos echaremos unas risas. Se trata de recopilar, en formato serie por entregas, los mejores senderos de flow desde una cámara subjetiva. Eso me recuerda a la serie canadiense Drop In, el primer reality show con el freeride como protagonista. Consistía en un autobús con algunos de los mejores freeriders del país de la hoja, que iban de ciudad en ciudad y los espectadores les retaban a montar en los spots locales.

Rutones Verbeneros Cap.1 from Jan der Klaander on Vimeo.



Esto no tiene nada que ver con el Drop In, claro está, pero algo de ese espíritu itinerante sí. Lo que quiero es plasmar una colección de spots nacionales, de senderos y rutas que vaya haciendo este año, y al final recopilarlos todos en una peli más larga. Todo en plan casero, claro.

En fin, este es el primer corte. El segundo será el próximo fin de semana. Semana Santa: Santas Rutas. Los seguidores de la fe en los caminos celebramos una particular procesión a estos lugares santos. No cargamos, sino montamos cruces -Santas Cruces-, bebemos agua de las benditas montañas y también vamos de morado cuando nos comemos una buena hostia entre las piedras. Es decir, somos unos auténticos costaleros de la Semana Santa.

A mi, que no soy seguidor de la Iglesia, sin embargo se me antoja una experiencia mística eso de ir a la montaña todos los domingos y fiestas de guardar. Creo en eso que algunos llaman animismo, y eso de que Dios está en todas partes, pero más en el campo. Así pues: que disfruten ustedes de la fe (la fe mueve montañas, ya se sabe), y que la Semana Santa les sirva para meditar en la trascendencia humana y divina. Happy trails; podéis ir en paz.

martes, 12 de abril de 2011

La cueva de los valientes

El fin de semana pasado tuve la suerte de volver a rodar por la Sierra de Madrid con los amigotes de siempre. Un sábado espectacular y una ruta épica, no podía ser de otra manera.

La cosa empezó cuando mis colegas me provocaron para sentir la envidia cochina de sus rutas por la Sierra la semana anterior. Así que me lié la manta a la cabeza y cogí un Alsa el viernes nada más salir del trabajo. Metí la Black Mamba en una bolsa de viaje para bicis, junto a una mochila con lo básico, y me apreté en una mierda de asiento durante 7 horas y media hasta Avenida de América. Una vez allí me despedí de mi compañero de viaje, un chino simpático algo extraño, desembolsé la bici y me dejé caer hasta casa. Había que descansar, pero antes tuve tiempo para cambiarle las pastillas del freno trasero a la bici.



Al día siguiente, temprano, quedé con Vico para subir en su coche hasta San Rafael, punto de salida de la ruta. Después Félix, José Manuel y Tinker completaron el equipo Marmota recién instaurado. Primeras risas y absurdeces en el calentamiento previo. Y el olor... ese olor único de la Sierra, a pino madrileño, que no tiene nada que ver con el olor a pino que anuncian los jodidos limpiadores de baño.. Si los limpiadores de baño olieran a PINO las tiendas Schlecker parecerían un jodido bosque ¡cuando en realidad huelen a Quimicefa, por Dios!

La ruta: una subida infernal de 3 horas, con tramos más infernales y otros de descanso entre senderos y pistas escondidas entre el bosque. Subidos los primeros 5 km comenzamos una serie de intervalos fuera de pista entre senderos, de lo más divertido. Y después de alcanzar la primera cota alta, comenzó una zona de pedaleo rapidísima por singletrack, que nos dejó la primera sonrisa en la boca del día.

Luego venía la ascensión continuada hasta Cueva Valiente, el objetivo a batir del día, y que tuvo 2 o 3 tramos realmente jodidos o muy jodidos. Pero al final, a 1.900 metros, la vista merecía la pena. El día estaba tan despejado que se podía ver Castilla y Madrid con gran claridad. En Cueva Valiente también conocimos a un personaje bastante cercano a los años 80 y que nos acojonó un poco con sus maneras flowerpower...

Pero a partir de ahi comenzaba el descenso de vuelta hasta San Rafael. Pedregoso, técnico en tramos, rapidísimo en otros... En fin, espectacular.

Una muestra en el vídeo que se curró la GoPro de Tinker:



Los verdaderos placeres deben ser escasos pero intensos, como saborear un buen vino o una cerveza. Si no, perderían su valor extraordinario. De ahí que para mi, volver de vez en cuando a la Sierra sea comparable a comerse un solomillazo con un buen Ribera: un lujo ocasional, una exquisitez, un acto sagrado que se paladea durante semanas y deja el listón altísimo para los gourmets de los caminos.

pD.- Por cierto, el resto del fin de semana en Madrid fue infernal: nada de cachondeo, ni de tapas en La Latina, ni de buen tiempo, ni de noche al fresco en medio de un ambientazo, ni de ver ganar a tu equipo de fútbol Glorioso por 3-0... nada de eso. Sí que volví en otro Alsa nocturno (mucho más cómodo que el de ida) en el que fui todo el viaje dormido hasta llegar al trabajo el lunes a las 7,30am.  Infernal.