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miércoles, 5 de junio de 2013

El día del planeta

Los que amamos la naturaleza no necesitamos que exista un día como hoy para tener presente, cuidar, respetar y enseñar a que otros respeten al medio ambiente. Hoy, Día Mundial del Medio Ambiente, todos se ponen el lacito verde, la etiqueta "eco" y hacen pomposas declaraciones de lo ecológicos que son. Empresas, gobiernos, ciudadanos y todo cristo. Tener actitudes "ecológicas" o ser "ecologista" hace años era cosa de hippies, oenegeros y gente de poca importancia. Los típicos brasas de chapita en el chaleco, barbudos ellos y de pelo largo y desaliñado, ellas. Ser ecologista era ser poco menos que un cutre y un fumeta, vamos. Ahora la globalización ha convertido en ecologistas a cualquier estrella de cine, futbolista, político o tertuliano. No digo que eso esté mal. Siempre es bueno que existan figuras públicas que presten su imagen a campañas sociales o medioambientales, y que se lo crean, como por ejemplo Leonardo di Caprio, que es un ecologista convencido y siempre apoya campañas dando ejemplo en su vida diaria. Lo que pasa es que esto no es lo habitual. Lo normal es que este tipo de campañas con prescriptores se queden en meras estrategias de marketing, en fotos para la galería. Con lo cual, una actitud ecologista, que por definición busca el equilibrio del impacto del ser humano en la naturaleza, minimizar su huella, etc, se convierte en un instrumento más de consumo. Cuando lo que dice el ecologismo, entre otras cosas, es "empieza por consumir menos, y luego ya hablamos de otras cosas".

En esta trampa caemos todos, tampoco nos engañemos. Yo el primero. Y esto no es más que una reflexión de cómo funcionan las cosas. El "Día mundial del medio ambiente" no es más que otro de esos productos de consumo, como el día de San Valentín o el Día de la Madre. Que sí, que está bien que al menos durante un día del año las flores, los corazoncitos o las madres sean los protagonistas. Pero pasarse de celebraciones, hacer de este tipo de días una especie de acto público de exaltación y enaltecimiento de lo importante que es el tema que toque, y sobre todo venderlo, sobarlo, pisotearlo en los medios, convierte una idea y un concepto intangible en un producto más en las estanterías del comercio global. Es decir, lo convierte en una mierda enlatada.

Para mi, todos los días son del Medio Ambiente, de los animales en peligro de extinción, de la pesca sostenible, de los bosques tropicales, de las dehesas, del monte, la montaña, los ríos y los jardines. Y para poner en práctica lo que hoy predicarán unos y otros, lo único que hay que hacer es una cosa muy sencilla pero muy complicada: cambiar de mentalidad y verse a uno mismo como un microbio más dentro del gran ecosistema interconectado que es el planeta.

Para todos, Feliz Día del Planeta.

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