Todos sabemos que la primavera es una estación jodidamente traicionera. Puede amanecer despejado y en dos horas empezar a llover a muerte, o bien que bajen las temperaturas por un frente polar que te deja tieso, o hacer un sol implacable como en pleno mes de julio. La primavera es así, y en los tiempos del cambio climático, todavía más.
Por eso, el pasado viernes día 10 de abril, Viernes Santo, vi cómo caían copos de nieve del tamaño de un huevo frito, en mi pueblo. Y dos días después, estaba en mangas de camisa (casi) montando en bici bajo un sol radiante, aunque a 10 o 12 grados. Vamos, que no se sabe con lo que te vas a encontrar.
Para evitar esto en parte, existe la predicción meteorológica. El hombre o la mujer del tiempo. Pero hacer caso a las predicciones de la tele, la radio o los periódicos es perder el tiempo. NO DAN UNA.
Las predicciones del tiempo están basadas en fórmulas, algoritmos y patrones matemáticos, y hay numerosos modelos. Los buenos no los utilizan los civiles. Efectivamente, habéis acertado. Los buenos son los que usan los militares.
Estos enlaces son mapas de predicción basados en modelos que utiliza la marina y la aviación norteamericanas. Y sólo ellos predijeron que el viernes nevaría en mi pueblo, y no el Florenci Rey de turno. Son dos buenas herramientas para predecir (no asegurar) qué tiempo va a hacer esta primavera. Son un poco complejos de utilizar, pero con un poco de tiempo se pueden averiguar muchas variables: temperatura, humedad, viento, etc. Y casi siempre aciertan.
FNMOC WXMAP
GFS Europa - Modelo de predicción numérica
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